Mientras Zeus y sus hermanos se dirigían al campo de batalla, Theo tenía otra cosa que hacer, con su habilidad de desplazamiento apareció frente a la vieja cabaña donde se escondió con sus padres y entró en ella, ahi pudo ver a Kiro y Vince jugando a las fuerzas mientras Leo terminaba de cocinar.
Theo: Ejem ejem -dijo llamando la atención del trio-
Leo: Maestro, llega justo a tiempo, el almuerzo está listo.
Theo: Por más que quiera probar alguno de tus manjares Leo, tenemos trabajo que hacer -mencionó y todo se pusieron serios-
Kiro: Sentimos el poder de sus aliados crecer, parece que ya comenzaron a pelear.
Theo: Exacto... -deja el cofre que tomó en la mesa para que se hiciese grande y se abriese- Tomen un arma cada uno, es momento de que luchen.
El trío asintió y se acercaron al cofre, Leo fue el primero y tomó una espada de gran tamaño que se fusionó con Blaze de tal forma que el stand también tenía una.
Blaze: Se parece mucho a Fire Sword. -hizo un par de movimientos- Yo diría que es una recreación exacta -mencionó el espíritu en asombro-
Ahora era turno de Kiro, extendió la mano al cofre y sacó una katana con una leyenda que se forjaba a base de su nueva esencia.
Kenji & Jade.
Kiro sintió como algo bajaba en su mejilla derecha y observó una lágrima, sin duda esta espada lo contentó.
Ahora Vince extendió sus manos y recibió un par de pistolas Desert Eagle plateadas y en las recámaras había una leyenda escrita.
Night Hawk.
Vince sonrió divertido mientras negaba con la cabeza, sin quererlo este se convirtió en su regalo favorito.
Theo: Veo que les gusta sus nuevas armas. -los tres asintieron- Les he pasado la antorcha, los deseos de sus corazones están en esas espadas, no permitan que la llama se extinga... Jamás ¿Entendieron?
Kiro/Leo/Vince: ¡Si!
Todos sintieron como la batalla se descontrolaba asi que comerian la comida de Leo más tarde. Ahora es momento de luchar.
Continuará...
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El descendiente del Titán y los Dioses Griegos (Saga 0)
FantasyLos Primordiales lo olvidaron, los Dioses lo olvidaron, los semidioses ni siquiera conocen su existencia, ignoran que el espera pacientemente en sus dominios el momento de aparecer ante sus viejos amigos, y ajustar un par de cuentas.