Capitulo 23 / Lagrimas

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Pov Narrador

El sol asomaba por encima del lago. Y la gente comenzaba a desvelarse. El silencio reinaba en el alrededor y los campistas y los dioses comenzaban a vestirse de negro.

Todos se reunían en frente de la casa grande. La gente llegaba y se sentaba en las sillas que las ninfas habían colocado.

Todos miraban al suelo, pues si levantaban la vista se encontrarían con aquella piedra donde su amiga estaba tendida, pálida y sin vida.

-______ Jones, amiga e hija.-comenzó a decir aquel centauro.- Hoy nos reunimos aquí para despedirla con lágrimas en los ojos.-continuó.- Más a ella le hubiera gustado que la recordaremos con una enorme sonrisa.-pero todos lloraban.-

La sonrisa no aparecía en ninguno de los rostros presentes, solo lagrimas y un silencio entristecedor. Ese día Thanatos no se levantó. Las almas en pena, no llegaban a su destino, pues el dios no sabía ni qué hacer con la suya misma.

-La vida comienza y termina de alguna manera o de otra y ella la quería vivir al máximo, a pesar de saber que le quedaba lo más mínimo cada instante que pasara.-siguió hablando el centauro.-Sus últimas palabras fueron para la persona que más amaba y la que en estos momentos le gustaría que estuviera feliz, pero él la amaba.-dijo mirando al príncipe del inframundo.-

El rey de los fantasmas se levantó de la silla sin mirar a nadie y se puso delante del cuerpo de la mujer que amo y amaba.

-Preciosa, fría y testaruda. Luchadora, valiente y fuerte.-comenzó a hablar aquel chico.- Esas son los adjetivos que la describen a la perfección.-explico.- No le tenía miedo a la muerte, de eso estoy seguro, pero si le daba miedo dejar todo lo que amaba atrás.-comentó.-

Hizo una pausa breve, pues cada palabra que salía de su boca refiriéndose a la joven, era como clavarse mil cuchillos en el corazón. No habían pasado ni 24 horas de su muerte y para él ya se había sentido como pasaron décadas.

-Podre no ser la persona más expresiva, ni la más sociable, pero de alguna manera en el lo poco que la conozco, a sido la única aparte de mi hermana que supo llegar a lo más hondo de mi.-la primera lagrima resbalo por su mejilla.-

Su mirada pasó por cada persona que estaba allí, amigos y familia. Sentía rabia, no lo iba a negar. De todas las personas que pudieron morir en la guerra tenía que ser ella.

Se culpaba a sí mismo, pues si hubiera reaccionado a tiempo, ella no tendría que haberse interpuesto en el camino, y la espada no la hubiera atravesado.

-Y me da rabia.-volvió a hablar.-¡Porque la mayoría de vosotros la tratasteis como la mierda y aun asi estáis aquí!.-gritó con rabia, a lo que todos se sorprendieron.- ¡La culpabais por la guerra que se venía, pero no sabías que la culpa no era suya!.-volvió a gritar.-¡Y aun así se sacrificó para salvarnos a todos!.-todos agacharon las cabezas.-

Y es que tenía razón. Desde que se supo la venida de la guerra no hacían más que hablar entre susurros sobre ella, la culpaban de la destrucción inminente.

-______ fue una de las mejores personas que pudo tener este asqueroso y repugnante mundo y aun así la tratasteis como el culo.-volvió a escupir con rabia.- Se sacrifico, os ayudo cuando lo necesitabais y no lo valorasteis, y ahora estáis aquí sentados memorando-la como si la conocierais y hubieras sido sus amigos.-

Aquellas fueron sus últimas palabras antes de girarse a ver el cuerpo sin vida de la mencionada hace unos segundos. No pudo evitar soltar un mar de lágrimas.

-Lo siento, te falle.-dijo depositando un beso frío en la frente de la joven y luego se fue a sentar a la silla donde antes estaba sentado.-

Nadie habló más. Todos se sentían culpables de algún modo de su muerte. Podían haber sido más fuertes, pensaban todos en sus mentes.

La presencia del dios del mar se hizo presente delante del cuerpo de la joven y la miró por unos segundo y luego la alzó en sus brazos.

-¿Que haces?.-preguntó el hijo de Hades levantándose de su silla.-

-Cumplir su deseo después de la muerte.-mencionó el dios.- Llevar su cuerpo y alma al mar.-dijo y se dirigió al lago del campamento, que desencadenaba en el hermoso mar donde llaceria ______.-

Nico y sus amigos, siguieron al dios hasta la orilla. Allí, una pequeña barca los esperaba. El dios depositó el cuerpo de la joven encima y la barca zarpó.

-Lo siento Nico.-dijo el dios antes de desvanecerse.-

-Nadie lo siente más que yo.-se dijo a sí mismo el chico.-

Y con aquel sentimiento de culpa y pérdida, volvió a meterse en su cabaña. No quería ver a nadie. Las lágrimas no tardaron en volver a salir y su desesperación por la culpa le consumía poco a poco.

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790 palabras.

Lo vuelvo a decir NO ES EL FIN DE LA HISTORIA.

Tengo muchas ideas a partir de ahora.

Tutto per te (Nico Di Angelo y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora