Capítulo II: Dos meses después.
Así, uno tras otro los días fueron pasando y Adora seguía asistiendo religiosamente a aquel salón de clases improvisado que Angella había dispuesto para el curso, tomaba notas, hacia las preguntas que tenía que hacer y después se marchaba sin decir nada o siquiera hacer alguna de aquellas bromas que solía jugarle a Catra cada vez que podía, lo que extrañó a todos sus compañeros, ya que conforme más se acercaba el final del curso, sus oportunidades de hacer algo para redimirse ante ella iban disminuyendo junto con sus esperanzas de conseguir ser algo más para ella que una simple estudiante problemática, un mujeriega y un payasa empedernida que no tenía nada mejor que hacer que sacarla de sus casillas.
Si, Adora en verdad había decidido dejarla tranquila y evitar todo tipo de contacto con ella, salvo el que fuera estrictamente necesario, ya que ahora que el "Adiós" se encontraba a la vuelta de la esquina, simplemente no quería seguir fomentando aquella mala imagen que seguramente Catra tendría de ella a estas alturas del partido...
Sin embargo, esto no quería decir que se hubiera rendido todavía, es más, de alguna manera la necesidad de verla, de hablarle y de pasar más tiempo con ella, habían crecido hasta el punto en el que su determinación para conquistarla se había vuelto mucho más fuerte, lo que la hizo darse cuenta, muy a su pesar, de que lo que sentía por aquella mujer de fríos ojos azul y dorado, era algo mucho más intenso que una simple atracción o un mero capricho de obtener aquello que no podía tener y, aunque aún no era algo que se atreviera a catalogar como "amor", definitivamente era un sentimiento que podía llegar a ser tan fuerte como para hacerla pensar que cabía la posibilidad de que se hubiera enamorado... Lo que era imposible tratándose de ella, solo que ahora no estaba tan segura de ello.
Fue así que, desesperada, en el último día del curso de primeros auxilios, Adora decidió finalmente jugarse su última carta en un arriesgado todo o nada con aquella mujer, que con su sola presencia había causado tantos estragos en su vida; se armaría de todo el valor que le había faltado en estos dos últimos meses y, después del examen final del curso, se atrevería a invitarla a salir así fuera a tomarse un simple y llano café en la cafetería de la esquina, sin importarle nada y así la vida se le fuera en el intento, después de todo lo peor que podía pasarle era que la rechazaran y sí lo hacía, entonces se haría a un lado sin rechistar y se olvidaría de ella para siempre ¿Cómo? Pues sinceramente no tenía idea de cómo lo haría, pero de seguro ya encontraría la manera de inventarse algo para sacarla de su vida; ahora si por otro lado Catra terminaba aceptándola... Okey, tampoco sabía que podía hacer en ese caso, así que si ese milagro se daba tendría que ver qué demonios se inventaba sobre la marcha.
Era un maga, así que algo se le ocurriría ¿No?...
Cuando finalmente llegó su turno de presentar la prueba final que Catra había preparado para ellos, realmente se esforzó al máximo en aquella realista simulación de accidentes, usando todo lo que había aprendido en estos dos últimos y tortuosos meses, junto con su ingenio para arreglárselas y poder "atender" al herido con lo que tenía al alcance en cada una de las situaciones que se le presentaron, realizando un excelente y sobresaliente trabajo para la gran sorpresa de Catra, quien no se esperaba para nada un resultado como este de parte de alguien como Adora Grayskull, ya que seriamente desde un tiempo para acá había comenzado a creer fervientemente que aquella infantil maga solo era buena para la magia, para seducir mujeres y para sacarla de quicio con sus estúpidas bromas.
— Aprobada —Anunció Catra sonriendo levemente, arrebatándole una sonrisa a Adora sin darse cuenta de ello— Felicitaciones, Grayskull.
Después de eso, Adora, aún sintiendo como los nervios seguían carcomiéndola por dentro, se armó de valor y se forzó a sí misma a salir de aquel salón sin hacer absolutamente nada, lo cual no fue nada fácil con lo absurdamente atractiva que se veía Catra ese día con aquella camisa de lino manga larga de color blanca y con aquella endemoniada falda negra, que estaba cien por ciento segura de que era dos o tres veces más corta de lo habitual, ya que en lugar de llegarle hasta las rodillas como de costumbre, esta se encontraba al menos a una cuarta más arriba, lo que le permitía ver un poco más de "piel" y un poco más de aquellas delineadas piernas que se habían adueñado de su campo de visión desde el momento en el que entró al salón para presentar su evaluación. Luego de eso se limitó a esperar pacientemente por ella, sin poder evitar el fantasear un poco con la trigueña, a la vez que observaba sin observar realmente como uno a uno sus compañeros salían tras terminar con sus respectivas pruebas, todos salvo uno de ellos, el cual se estaba demorando en salir demasiado para su gusto y aunque en el fondo sabía que no debía hacer lo que estaba pensado hacer; al final decidió volver a entrar en aquel salón, teniendo mucho cuidado de no ser vista ni escuchada por Catra o por su molesto acompañante.
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Historias Cortas. (Variadas)
De TodoAqui una compilación de historias cortas 100% originales que he escrito hace algún tiempo de comedia-romantica, drama, tragedía, comedia, entre otros géneros. Las cuales he versionado en distintos fandoms. Aqui podrán reirse, entretenerse, quizás ll...