CAPITULO 34: ¿Y si no qué?

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NOAH WHITE

Me apresuró a pasar puertas tas puerta corriendo sin tropezar con los meseros que salen de el área de la cocina, troto ágilmente hasta el lavamanos, frotó mis manos una y otra vez por un par de segundos con el agua y el jabón hasta que se sienten limpias, tomó un delantal.

—¿Donde estabas rogué?

La piel de mi nuca se eriza. Sigo amarrado el delantal a mi cuerpo tranquilamente.

No a mi, no es conmigo, no es a mi.

—¿Y tienes el sionismo de ignorarme? — Exclama y jala mi hombro con brusquedad para voltearme.

—No, como cree— aprieto mis manos a él delantal con nerviosismo mientras la cena sobresale de su frente. — no sabía que me hablaba a mi cheff

Veo como sus delgadas cejas se alzan mientras una vena resalta lo suficiente para tocar la berruga que estropea su frente. Rene, la loba  encargada del banquete del festival y la gala, un ser intolerante y grosero se cruza de brazos al mismo tiempo que plasma una mueca.

—¿Crees que en mi cocina hay otro sucio rogué? —grita llamando la atención de todos, niego con la cabeza—no, no estamos rodeados de seres inservibles para el mundo. —Con sus manos señala toda la cocina y siento cada una de las miradas en mi y logró entender algunos de los  murmullos de todos los espectadores—ve a trabajar o me encargaré personalmente que tu asqueroso olor desapezca  in tutta Italia—

Sin poder evitarlo, me siento diminuto, otra vez.

Se retira balanceando su  gordo trasero hasta la puerta, se detiene un momento y sin siquiera voltear gruñe.

—Recuerda por que estas aquí — suelta sin más para irse.

Suspiro.

Camino entre las mesas hasta una aislada cerca del lavabo, alejada de la mayoría de los asistentes ya que según la chef.

''No sabemos que plaga traerá consigo ese rogué "

Tomo la cesta con jitomates y me dispongo a lavarlos con cuidado con agua.

Siento unos pasos acercarse a mi, volteo de reojo para ver a una chica castaña pararse a mi lado.

—Te vi. — Escucho cerca de mí.

Sin siquiera mirarla la ignoro, sacó los jitomates de él agua.

—Vi lo que hiciste — repite

—No se de que hablas. —Niego —Este es mi lugar mejor, vete. — Mencionó con firmeza.

<<Sabe lo que hiciste. >> susurra alek.

<<No seas cobarde, nadie sabe nada, callate>>

Giro mi rostro para confrontar la.

—Fue el mio antes de que llegarás. —Ella sonríe de lado.

En ese momento una ráfaga de aire golpe mis mejillas con delicadeza, impulsando mis sentidos, como en cámara lenta puedo persivir todo a mi alrededor, cada uno de los sonidos, los cuchillos, ollas chocando con el fuego de la estufa, el agua de las tuberías, voces; En ese preciso segundo persivo su aroma, distingo ese olor, es omega y es Brissa.

Brissa es una de las chicas que trabaja en la mansión, cuando llegue ella fue muy atenta conmigo, considerando que llegamos a las primeras horas de la mañana; Ella tenía listo un banquete digno de la mismísima Diosa y para mí que no había comido en semanas fue maravilloso.

Regresó la sonrisa de inmediato.

En toda mi vida he conocido a muy pocos omegas, por la forma en la que vivía y en la forma en la que algunos vivían.

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⏰ Última actualización: Dec 09, 2023 ⏰

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