¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Unos pasos se escuchaban al compás de el suelo algo mojado, había llovido la noche anterior, pero, eso no impido a ese pequeño niño de ir a buscar a quien tanto apreciaba, a su mejor amigo.
Al ver que ya había llegado sonrió de gran manera y tocó la puerta esperando paciente a que alguien abriera y para su suerte así fue, viendo a una mujer de cabellera un poco larga y negra le sonreía al verlo de nuevo.
— ¡Buenos días señora Yugi! —
— Buenos días Kou. Supongo que vienes por Amane, ¿no? —
— ¡Si! ¡Amane dijo que jugariamos a las escondidas! ¡Además! ¡Hoy parece que no va a llover! —
— Bien, bien, entra, Amane esta ahora mismo desayunando. —
— ¡Si! —
Entró a la casa cuando la mayor le dio el paso y así comenzó a buscar con la mirada a su amigo peli negro hasta que al fin lo capto.
— ¡Ama- —
— Yo soy Amane. —
El de hebras rubias dirigió su mirada hacia su lado notando a un niño de ojos ámbar, parado a su lado que le veía sin parar a lo que solo lo vio de pies a cabeza y así negó dando unas palmadas en la cabeza de el menor.
— ¡Tú eres Tsukasa-chan! —
— ¡No es justo! ¡Mamá! ¡Kou sabe que soy yo! ¡Eso no se vale! ¡No es divertido! —
Sonrió y así se dirigió hacia donde estaba su mejor amigo que solo le dirigió la mirada mientras terminaba de comer.
— ¡Amane! ¡Hoy el día se ve hermoso! ¡Quiero jugar contigo! —
— ¿Hmm? Bien, solo deja que lleve los platos con mamá, así podemos ir a jugar juntos. —
— ¡Si! —
El pequeño de hebras rubias espero hasta que al fin Amane estaba listo y así tomo su mano notando el desconcierto en la cara de ese mismo, pues nunca le había tomado de la mano, pero, ahora que lo veía...
— ¡La mano de Amane es muy suave y linda! —
— ¿E-Eh? —
El peli negro solo se sonrojo un poco y solo escucho como el mayor indicaba que salieran a lo que lo hicieron notando como todo el lugar estaba con un poco de charcos, pero los rayos del sol comenzaban a secarlos con sus rayos.
Caminaron juntos hasta llegar a el pequeño parque que estaba cerca de la casa de los Yugi a lo que cuando vieron el lugar sonrieron.
— Juguemos a las escondidas, yo te busco y tú te escondes. —
— Si, pero- —
— D-Disculpen... —
Ambos dirigieron su mirada a quien había llamado su atención así notando como se trataba de una chica de ojos rubíes y cabello corto de color crema.