En el Día de San Valentín.

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Rating: M
Pairing: Eremika

Eren resopló cuando escuchó el llanto de su hija a través del monitor situado en la mesita de noche. Mikasa se desplazó de encima de él hacia la orilla de la cama y con una toalla desinfectante limpió sus pechos y caminó fuera de la habitación para amamantar a la pequeña.

Sintió como su miembro perdía rigidez y buscó sus pantalones entre la cama deshecha. Últimamente, de manera poco creíble, su hija de cinco meses no había dejado que hicieran el amor. Solía llorar por hambre en cierto punto de la noche y Mikasa se separaba para amamantarla, y al regresar caía como princesa durmiente entre sus brazos, y cuando era su turno regresaba para encontrar a su esposa dormida y él se encontraba cansado. Cerró los ojos y no sintió mucho más hasta que los rayos de luz solar se colaron por las cortinas de la habitación.

En la mañana siguiente al despertar, estiró sus brazos cuando Mikasa entró en su habitación con su hija en brazos. Hana, era una niña hermosa de grandes ojos grises y cabello castaño. Era domingo y solía cuidarla en la mañana en el tiempo que su esposa se encargaba del desayuno. La pequeña se lanzó hacia él y comenzó a jugar con su cabello en lo que él propinaba un dulce beso en los rosados labios de su esposa.

- Hana estaba ansiosa por verte. - La mujer azabache sonrió con los brazos cruzados sobre su pecho. - Eres su adoración.

- Igual que la tuya. - Guiñó su ojo y ella se sonrojo notablemente y luego negó con su cabeza.

- Iré por el desayuno. - Comenzó a marcharse. - No la mimes mucho.

La pequeña jaló su cabello hacia abajo e hizo un sonido de disgusto por el cual la pequeña rió. La alejó y comenzó a hacer muecas graciosas y ella intentó imitarlas con ternura. Adoraba a su pequeña, el rostro de Hana era idéntico al de su esposa con pequeñas facciones suyas, como la forma de los ojos y le encantaba. Saltó de la cama y la pequeña explotó en carcajadas para salir rumbo a la sala de juegos esperando a Mikasa.

- He llamada a Gabi. - Le mencionó mientras fregaba los platos y Mikasa se encontraba a su lado después de dormir y dejar a Hana en su cuna. - Iremos a cenar hoy, por San Valentín.

- Oh, yo también la he llamado. Creo que ambos teníamos planes. - Mikasa se acercó a su espalda y la besó. - Es una suerte que sea nuestra vecina y sea del agrado de Hana. - Paseó sus delicadas manos por su pecho y pegó el suyo a él, no llevaba sostén y sentía sus pezones erizados. Mikasa se acercó a su oído y con un tono de voz suave susurró. - Tengo una sorpresa.

- ¿Y me darás una pista de esa sorpresa?

- La verás cuando me quites el vestido.

N/A

¡Feliz día del Cariño!


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