"Are you fighting
For someone
Who loves you
Or...
Are you fighting
For someone
To love you?"
FanFic
Shadowhunters x OC
Derechos a Netflix y Cassandra Clare lo
Season 1 - ????????
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"IM NOT THE ONLY ONE"
P.O.V Omnisciente
Era el 14 de febrero de 2012, conocido por los mundanos como el día de San Valentín, y para Jace, Isabelle y Alec, el cumpleaños de Quinn.
La chica iba a cumplir diecisiete, y su parabatai no podría estar más emocionada, no solo era el cumpleaños de Quinn, si no también una de sus festividades mundanas favoritas; la chica Lightwood se había asegurado que sus hermanos ayudarán con la fiesta sorpresa de la chica, pidiéndole un pequeño favor al gran brujo de Brooklyn para que les prestara su lugar para la fiesta de la rubia, y la pelinegra sabía que el brujo no se podía negar, al fin y al cabo, era uno de los mejores amigos de Quinn, extraño, porque nunca había interactuando, pero ambos le tenían una gran estima a la chica.
La cual, se encontraba en una escuela mundana, hacía meses que iba, y todo por una apuesta que había perdido con su rubio novio, las condiciones eran, que si alguno de los dos perdía, tendría que tomar clases en una escuela mundana durante un año, y la rubia había perdido.
La cumpleañera estaba saliendo de su nueva escuela, saludando y recibiendo cartas de la mayoría de los alumnos de McKinley, portando su uniforme de porrista rojo y una coleta rubia que adornaba su cabello, sus dos amigas mundanas atrás de ella, recibiendo cartas de San Valentín que les estaban regalando, si bien, la rubia había ganado popularidad cuando llegó, nunca imaginó que casi toda la escuela la alabara y amara, ese era un nuevo sentimiento.
Claro que su parabatai y sus amigos la amaban, cada uno de manera distinta, pero en el mundo de las sombras todo era diferente, no la amaban, no la alababan, se estaba ganando su reputación y estaba arreglando el apellido Lovelace, el cual había sido manchado por la acción de sus padres al unirse al círculo, pero la gente no la veía con admiración, o con devoción, no como lo hacían en McKinley, claro que le daban respeto, al igual que a su novio por ser de los mejores cazadores de su generación, pero lo que recibía y sentía en McKinley era diferente.
Las chicas la miraban con envidia o admiración, los chicos la miraban como si fuera la perla más hermosa del océano, había gente que quería estar con ella o ser ella, y eso a la rubia le gustaba, le gustaba sentirse importante y salir de su mísera realidad, donde su abuela había sido negligente y había olvidado que era su nieta y su propia sangre, donde parte del instituto la veía con asco, terror o lastima por las acciones que habían tomado sus padres.
La rubia rápidamente salió de su burbuja mental cuando un chico alto que portaba el número cinco en su jersey de americano se paró enfrente de ella, chocando ligeramente con el castaño, el cual le estaba con una carta de papel rosa y una caja de chocolates en sus manos.
