CAPITULO 4

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Seokjin juntaba los pétalos de las rosas que caían sobre su buro guardándolos en un pequeño frasco de vidrio sonriendo al escuchar las maldiciones por parte de Yoongi que venían desde la cocina, el alfa se había ofrecido a hacerle algo de cenar y de seguro sus palabras venían por culpa de la estufa ya que las parrillas de esta eran algo engañosas.

Tenerlo ahí con él en el departamento le agradaba, se sentía cálido, feliz. Y es que tener a Yoongi cerca  era lo que últimamente más le gustaba Jin. No tenia explicación para eso, pero algo dentro de él lo invitaba a revolotear a su alrededor y querer llamar su atención y cuando lo lograba para él era navidad en junio, se sentía más que feliz. 

Por ahora el calor de su cuerpo se había detenido, gracias a los supresores y suponía que su olor ya no era tan fuerte, lo que le llevo a pensar en el olor del alfa de la cocina, ¿a que olería?; él sabia que su olor era igual que el de las cerezas, Jimin se lo había dicho al igual que sabia que este olía a durazno, siempre alardeaba sobre ello, Hobi él olía a flores de cerezo, pero entonces Yoongi. El aroma de los alfas era fuerte tal vez, café, tierra, pino o madera. ¿Cuál de todos esos olores seria el de él?

-¡Jin! - grito el alfa desde la cocina.

Este salió enseguida a alcanzarle descubriendo  la mesa puesta, sobre de ella había huevos revueltos y tostadas lo cual hizo gruñir su estomago; Yoongi lo miraba del otro lado de la cocina en busca de su aprobación a lo que Jin sonrió sentándose.

-Gracias - dijo este - cénenos entonces.

Yoongi guisaba realmente bien, lo que Jin no sabia si agradecerle o ponerse a llorar, nadie había tenido aquel detalle en el pasado para con él, y que ese alfa que en apariencia lucia un tanto cascarrabias la tuviese le provocaba un nudo en la garganta, debía distraer su mente en algo más.

-Oye Yoongi - llamo este con su voz un tanto cortada.

Yoongi volteo a mirarle con sus pequeños ojos intrigado.

-¿Cual es tu aroma?

-No te importa - dio como respuesta mientras una sonrisa ladina se extendía en sus labios.

-Vamos Yoongi dime - decía al tiempo que formaba un puchero cual niño malcriado - ¿Cuál es? Quiero darme una idea.

-A cera.

-Mentiroso. - lo decía al tiempo que se cruzaba de brazos frustrado por su fracaso.

-¿En serio? - decía el alfa divertido - ¿A que crees que huelo?

Jin sonrió ante el reto.

-Café - contesto sin pensarlo.

Yoongi abrió por completo sus pequeños ojos y sonrió.

-Le atine - decía triunfante Jin - lo sabia es tú bebida favorita. 

-¿Y eso que tiene que ver?

-No lo se. Solo se me ocurrió. Me gusta el café.

-Eres único Jin - decía el alfa sin apartarle la vista de encima y dejarle de sonreír.

-Eso es bueno o malo en tu vocabulario.

-Bueno.



Quizá el comportamiento de adolescente estúpido y enamoradizo se pasaría pronto o solo estaba comenzando a notar lo perdido que se encontraba por Jin, mira que desvelarse y preparar galletas solo por ver la sonrisa de este era algo que semanas atrás no abría pensado pero, ahora se hallaba frente a los enormes ojos de sorpresa de Jin mirando la bolsa transparente llena de galletas que le extendía tratando de ocultar su sonrojo.

Entre omegas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora