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-Buenos días Señor Wang...

-¡Buenos días Suni!

Una vez que me quite mis zapatillas deportivas comencé a ponerme mis alpargatas, estas me relajaban mucho después de haber entrenado. Retome mis pasos y volví a subir las gradas del departamento.

-Hola Suni...

-Hola Señora Hee.

Al entrar a mi departamento sentí una sensación de vacío, así que a paso lentos me dirigí al refrigerador, de donde saque una manzana. La puse en mi boca para después tomar mis auriculares de la pequeña mesa que estaba al lado de la mesa y luego tome mi celular y salí de desolado departamento con dirección a la azotea.

-I'm gonna stay right here by your side... -Canté en voz baja cuando empuje la puerta que daba a la azotea.

Me saqué mis auriculares y las puse en mi bolsillo, viendo atenta al muchacho en el borde de la azotea, vaya que vi de todo... menos esto.

Caminé hasta él, apoye mis codos en el borde, captando la atención del chico, así que decidí hablar.

-¿Que esperas? -Dije mirándolo, a lo que el se ve confundido-. Si te vas a suicidar, hazlo de una vez... Pero yo que tu me retractaría... Es un edificio alto, pero no lo suficiente... ¿Morirás? No, pero al estar abajo sentirás el dolor mientras aun estas consciente, pero es tu decisión no dejes que yo influya.

Pasé por su lado, de vuelta a mi habitación, pero el chico camina por mi atrás, así que apresuré mi paso, cuando vimos al "portero" mirar una puerta. Que casualmente estaba frente a la mía.

-Que esta haciendo? -Pregunta el guapo, me paré en mi puerta, antes de entrar.

-Tienes que pasar a la oficina... -Demonios el chico suicida vive frente a la mía.

Resople en voz baja y entre a mi habitación, decidí darme un baño asi que comencé a desvestirme quedando solo en ropa interior. Un hormigueo recorrio mi cuerpo, por inercia me giré hacia la ventana que daba a los pasillo, rápidamente me tape con mi polera. El guardia del departamento estaba mirandome desde la ventana, su mirada era escalofriante, aun asi lo ignore y rápidamente fui a bañarme.

Después de aquel suceso terminé recostada en medio de mi cuarto, mi vestido negro no servia de nada con el suelo frio. Me senté cuando escuche mi barriga rugir de hambre, mire a mi alrededor y no habia mas que porquerias. Asi que salí del departamento, acomode mi vestido de camino al ascensor, en donde vi a una chica de mechas rosada y una guitarra en su espalda, dentro del ascensor yacía una mujer con una carriola. Suspire y al pasar por el lado de la chica sentí su mano enroscarse en mi muñeca, me giré a mirar confundida a la chica de mechas.

-Oye hermana... -Ella temblaba al igual que su voz, me miro un tanto asustada-. Dejamos la billetera... En el departamento...

No podía estar más confundida, la chica al notar mi expresión me sañalo ligeramente la carriola de la señora... Habia un detalle, la carriola estaba vacía.

-Oh cielos... Debemos volver por ella -Sonrei incomoda y me abrace al brazo izquierdo de mi "hermana".

La señora solo sonrio hasta que las puertas del ascensor se cerraron. Ambas soltamos un suspiro, la chica de mechones me agradece haciendo pequeñas reverencias.

-Que le pasa... -Susurró, la mire confundida, hasta que me di cuenta que había un hombre detrás de nosotras.

-Esta bien es una buena persona... -Se acercó a nosotras, mis manos Empezaron a sudar -. Hace un año ella perdió a su bebé, dicen que en un descuido... La carriola rodó hacia la calle.

CORRE, SI PUEDES  ˢʷᵉᵉᵗ ᴴᵒᵐᵉ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora