Capitulo 9: Conviviendo con el intruso

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                      Habían pasado severas horas desde que ambos jóvenes se habían encontrado. En general, el ambiente que rodeaba a ambos era bastante pesado e incómodo. La morena se hallaba caminando de aquí para allá demostrando cuán incómoda se encontraba, mientras que su indeseado acompañante estaba acostado en la alfombra de su cuarto durmiendo plácidamente.  Alissa vio las noticias en la televisión para así informarse de lo que estaba ocurriendo y, principalmente, para poder distraerse de las circunstancias que ocurrían bajo su techo. Tal parecía que ella no era la única que estaba envuelta en la misma situación. Toda Beatnis se encontraba sepultada bajo una gruesa capa de nieve. Ella contactó con sus amigas y se encontraban en relativa calma, bueno, casi todas; Charlotte estaba en pánico, las cuatro estaban comunicadas a la vez y las imágenes de ellas estaban en la sala de Alissa flotando en el aire.

                      - Charlotte calma, en las noticias anunciaron que un equipo de rescate de Ignis viene para acá, verás que todo estará bien - habló Alissa, pero le era imposible calmar a su amiga.

                      - Cierto, Aly tiene razón, no te preocupes Charlotte nosotras también estamos aquí, no te dejaremos sola - comentó Kasy.

                      Charlotte asentía mientras se limpiaba los últimos rastros de lágrimas que quedaban en sus mejillas. Las tres chicas le miraban con preocupación, de todas ella era la que solía perder la calma mas rápido en situaciones como estas. La misma preocupación la hizo cambiar sus pensamientos unos instantes, ¿Adiel estaría bien? No lo había escuchado mas desde que lo dejo solo en su cuarto hacía unas cuantas horas.

                      - Si, además yo estoy aquí con ella - se escucho otra voz masculina que la saco de su trance. Era Lander, el ániman de Charlotte.

                      - ¡Oh Lander! - exclamaron las tres a la vez con alegría.

                      - Hola - dijo con amabilidad - ¿como están? Tiempo sin verlas.

                      Lander estaba junto a Charlotte desde hacíe ya tres años. Ellos dos se conocieron gracias a Alissa. Un chico gentil, responsable y caballero. Todo lo que una chica podría merecer, todo lo que su preciada amiga debía merecer.

                       - ¿Que haces por aquí? Pensé que aun estarías de viaje - le pregunto Danielle con interés.

                       - Mi madre quiso venirse antes porque ya estaba aburrida de tanto viajar - explicó - mi padre se quedo en Ignis y yo me vine de polizonte con ella.

                       Charlaron un rato para ponerse al día y para así poder distrater un poco a la pobre rubia. Lander contaba con lujo de detalles a los lugares que había visitado ese año. Conoció la gran mayoría de los pueblos que quedaban a las afueras de Ignis que, según él, eran una maravilla, habían playas y barcos por doquier, plantas y flores exóticas y muchos sitios turísticos que visitar. A él le había gustado mucho visitar a tan variado lugar, pero jamás consideraría si quiera mudarse allá, no podría soportar el calor tan abrazador de aquellos sitios todos los días.

                        Las cuatro chicas escuchaban con atención las anécdotas del muchacho. Alissa era la que estaba mas inmersa en la conversa, ¿qué tantas maravillas habrían fuera de su pequeña casa? A ella siempre le agrado la idea de viajar y conocer las siete grandes ciudades que quedaban a kilómetros de su pequeña ciudad. Un suspiro de tristeza casi imperceptible se escapó de sus labios, recordandole que las posibilidades de cumplir ese sueño estaban bastante lejos de su alcance.

                       - ¡Oye no te quiero molestar en tu charla de amigas, pero tengo hambre! ¿tienes algo por ahí que pueda comer?

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