Capítulo 4: Miedos y Sorpresas

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Se escuchan susurros. Intento en lo más posible poder escuchar de que hablan, pero por más que lo intente, todo lo que alcanzo a escuchar son palabras enredadas para mí. Cuando me dispongo para entrar en la cocina, la puerta que conecta al patio de la casa a través de esta, se cierra fuertemente.

Curiosa, entro sin más preparada para lo que sea. Pero me encuentro con Paul mirando un punto fijo a través de la ventana de esa habitación.

No se percata de mi presencia, hasta que sin querer piso un vidrio roto llamando su atención. Se gira abruptamente hacia mí con una mirada nerviosa y confundida, pero luego la confusión se le va y hace presencia el temor de que me haya dado cuenta de lo que ocurrió en esta habitación. Trato de ignorar aquello y espero a que hable. Pero como veo que no lo hará, rompo el silencio.

- ¿Paul te encuentras bien?, te ves muy tenso... ¿ha ocurrido algo? - lo bombardeo con preguntas esperando a que me conteste con la verdad, pero como lo veo hasta el momento parece que no va a ser así.

- Sí, no ha ocurrido n-a-add-a... sólo se me cayó una copa cuando intente sacar un vaso del mueble, nada más que eso pasó -se apoya en la encimera -así que no te preocupes bebé.

Ruedo los ojos internamente. Pero le doy una tímida sonrisa, me da un coraje cuando las personas me mienten.

- Roxana ¿me podrías esperar en el sillón?... así arreglo el desastre que cometí aquí, ¿sí?- me da una mirada esperando mi respuest- Y de paso sigo con la sorpresa que tengo para ti. No se vale espiar, eh!

Le doy un asentimiento y salgo de allí para ir a acomodarme en el sillón y tal vez ver algo interesante en la televisión.

(...)

Acá nos encontramos los dos cenando la comida que Paul hizo. Él sabe que una de mis comidas favoritas con los ravioles, y él me comenta que por eso quiso darme esta sorpresa y cocinarlos el mismo. Le quedo rica, pero no lo admitiré en voz alta. Música relajante inunda el ambiente mientras charlamos de cualquier tema. Estamos tomando un poco de vino, pero es suave.

Cuando intento levantarme con mi bolso para ir al baño, me tengo que afirmar de la mesa para no dar con el suelo. Antes de que me tomara esa copa no estaba así, ¿Qué me está ocurriendo?

-¿Quieres que te ayude en levantarte, querida?- distingo un deje de sarcasmo en su voz.

-N-o-oo, me encuentro bien...-cierro los ojos bruscamente- solo voy a ir al baño, nada más.

Me vuelvo para encaminarme hacia el baño de nuevo, pero una muñeca me detiene en el proceso. Siento que me la esta apretando demasiado y me está haciendo daño. Intento tirar, para que me deje continuar con mi camino, pero no me deja. Tengo miedo.

-Su-ue-el-tamee, necesito... ir... al baño... no estoy para tus bromas Paul -mi voz se escucha como un susurro. Siento la lengua adormilada al pronunciar cualquier palabra.

Cuando dirijo mi mirada hacia mi muñeca y luego hacia su rostro, una sonrisa aparece en este. Él me queda mirando con unos ojos que nunca había visto en mi vida. Siento que se me hiela la sangre. Es como si el azúcar que hay en mi cuerpo se hubiese evaporado. No sé qué es lo que trama él, pero viendo su rostro no es nada bueno.

-Roxana... Roxana... Roxana... -Paul gira en torno a mi mientras que repite una y otra vez mi nombre.

Trato de no mostrar algún signo de nerviosismo, pero se me es difícil hacerlo; hasta creo que es obvio que me encuentro un poco asustada. No sé si realmente un poco, aunque también algo de aturdimiento.

-Ya en serio, ¿a qué estás jugando?... esto no es divertido -mi voz tiembla y espero a que no me traicione.

-¿Por qué estas temblando?... pareces un pequeño pollito temblando de frío.

-Paul aléjate de mí, y suelta mi muñeca... ¡me estas lastimando! -presiona más fuerte y ahogo un sollozo. Las lágrimas empiezan a acumularse y mi pulso aumenta muy rápido, pero no voy a llorar frente a él.

"No llores"... "no le des la satisfacción de verte vulnerable"

Me repito esas palabras mentalmente. El tiempo pasa y mi nerviosismo cada vez esta creciendo y dudo poder controlar mis emociones. Intento alejarme, pero la presión que coloca en mi es fuerte. Es inútil.

Además mis fuerzas van decayendo y hago todo el esfuerzo humanamente posible por estar alerta a cualquier ataque. Mi mirada se posa en Paul, que hasta el momento, sigue mirándome con su sonrisa; me siento incómoda.

Hay un silencio, pero para nada reconfortante. No sé cuánto tiempo ha pasado hasta que Paul se digna a hablar.

-¡Esta noche si voy a lograrlo! -sus ojos ahora se ven dementes para mí, igual que su actitud- Y tú, no lo podrás impedir, ¡guarra!

Y es ahí cuando el pánico crece en mi interior. Mi corazón late tan fuertemente, y cruzo mi mirada de pánico con Paul. El solo me sonríe como si estuviese desquiciado ya a estas alturas, no lo pongo en duda. Pero no crea que no luchare, este imbécil no me hará nada sin mi consentimiento. Paul me toma bruscamente, inmovilizándome con uno de sus brazos y con el otro me coloca una mano en la boca, impidiéndome gritar por ayuda. Me eleva un poco y así comienza a empujarme para que avance por la habitación. Cuando se coloca frente a las escaleras, me obliga a que las suba. Por poco no me arrastra hacia arriba.

Avanzo a trompiscones, y me resisto; me retuerzo lo que más puedo y lanzo patadas al aire. Escucho el ruido de algo quebrándose y parece que le di a algo con mi patada. Trato de gritar, pero mi voz es amortiguada por la mano que se encuentra cubriendo mi boca. Una repugnancia por el chico que crei que me amaba, y que ahora me quiere hacer daño, se intensifica en mi interior.

Nos encontramos justo frente en la habitación y abre la puerta de una patada. El terror en mi ya supera el límite. Lágrimas bajan por mis mejillas sin que pueda evitarlas, y el sudor en mi frente es muestra del miedo que tengo por toda esta situación.

Sin más preámbulos y tomándolo por sorpresa, muerdo su mano fuertemente, provocando un fuerte alarido por parte de él. Escupo con asco al suelo. Nunca creí que tuviese que hacer eso.


Y me coloco en acción.

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N/A:

¡Capitulo fuerte eh! ... pobre Roxana, por las cosas que debe pasar. Paul es un verdadero idiota por tratarla así. En fin... ¿que cuentan de sus vacaciones?, ¿o de sus vidas?

Que piensan ustedes: ¿Debería de tener su merecido? (haganse presente con un voto o comentario e.e)

La próxima semana entraré a clases :O ... jjajaja desde alli comenzaré a subir todos los viernes o después. Pero no se preocupen, trataré de que siempre pueda subir un capítulo por semana o máximo dos.

Muchos saludos a las personitas que siguen mi historia, se los agradezco un montón C: y ya nos encontraremos de nuevo en otro capítulo

Bye :333


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