Renata se había convencido a sí misma de que el resultado de la noche anterior, que no había funcionado, era una clara señal de que no iba a ocurrir nada entre ella y James. Pensó que el vino había hecho la mayor parte del trabajo, llevando a James a un estado de excitación, y que casualmente ella era la única persona presente en ese momento. Si hubiera sido otra mujer, estaba segura de que se habría producido algo similar, tal vez algo más allá de lo que ella estaba dispuesta a hacer con él en ese estado.
A sus ojos, James había estado en su punto más vulnerable con el alcohol en su sistema y aunque ella quería ceder a sus besos y posiblemente aún más si se había despertado sintiendo arrepentimiento, nunca se lo perdonaría. Aunque James no había hablado de Lily en las últimas semanas, ella tenía la sensación de que James seguía pensando que no había nadie más que ella para él. No le molestaba eso, de hecho, no le ocupaba ya que no era ella la que había enviudado.
Si James decidía no buscar otra relación después de la muerte de Lily, estaba en su derecho de hacerlo y Renata seguiría apoyándolo. No le importaba que no pudiera perseguirlo románticamente porque James significaba para ella algo más que un simple enamoramiento y era algo más que su jefe. Le hubiera gustado darle sólo el título de amigo, pero tenía la sensación de que también iba más allá. La forma en que se preocupaba por él y por Harry era diferente a todo lo que había experimentado antes.
Había una forma de querer a sus padres, la forma de querer a su hermano, y a su extensa familia y amigos. Pero había algo especial en James y Harry, que lograban tener su propia categoría. Pasara lo que pasara, ella siempre quería estar ahí para ellos en lo que fuera necesario.
Sin embargo, Sirius intentaba convencerla de que no se rindiera tan fácilmente, que definitivamente tenía una oportunidad con James. Sólo tenía que volver a intentarlo y tenía que hacerlo cuando James estuviera sobrio, entonces obtendría su verdadera respuesta. Pero con el dolor que ya sentía por el hecho de que James no recordara lo que había dicho la noche anterior, Renata no estaba segura de ser lo suficientemente fuerte como para soportar un nuevo rechazo.
Por supuesto, había sido ella la que había puesto la mano sobre la boca de James y rechazado su beso, pero eso era sólo porque quería asegurarse de que si la besaba lo hacía en serio y no era sólo por una casualidad de borracho. Sin embargo, el hecho de que James no recordara nada más que el filete ternero no le pareció una buena señal.
Si hubiera habido algo allí, algo en la superficie, ¿no lo habría visto a la mañana siguiente? Él no actuaba de forma diferente a los días anteriores, como si no hubiera pasado nada, y eso la dejaba muy desanimada. Y Sirius podía ofrecer todas las palabras de aliento que quisiera, pero a menos que James viniera de plano y lo confirmara todo, no le servía de nada.
-Para empezar, no debería estar dedicando todo este tiempo a este asunto- le dijo Renata a Sirius mientras permanecían fuera, -no acepté este trabajo con la esperanza de salir con él. Vine aquí para ofrecer mi apoyo y ayuda en lo que pudiera. En eso es en lo que tengo que centrarme.