𝚄𝚗𝚊 𝚗𝚘𝚌𝚑𝚎 𝚍𝚎 𝚖𝚞𝚌𝚑𝚊𝚜.

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Omnipresente PØV'S:

Eran las 5:47 a.m. y él dormía plácidamente en su cama boca abajo que a saber cómo aún lograba respirar correctamente, más aún así logró percibir un sonido proveniente de su ventana.
Con pereza giró su cabeza levemente y abrió un ojo mirando a la ventana, logrando ver una leve y pequeña sombra chocar contra esta. Suspiro con pesar, sabiendo de que se trataba.

Se sentó en el borde de su cama, bostezó estirando los brazos logrando sacar unas leves lágrimas por el sueño. Dió un vistazo a su teléfono en su mesa de noche viendo la hora.

5:52 a.m. – pensó con una mueca de disgusto fruncuendo el ceño y los labios.

Esto ya llevaba sucediendo por un poco más de un mes, pero ya era cansador, su queridisimo amigo estaba abusando de su generosidad, y bastante.

Se levantó y abrió la cortina para dejar a sus ojos apreciar la imagen que ya era norma a esta hora de la madrugada. Un rubio arrojando piedras a su ventana con varios raspones en su cara y una pierna.

Lo maldijo para sus adentros y abrió la dichosa ventana que pobresilla, la estaban atacando con piedras de su mismo jardín cada una de estas últimas noches.

Hey... – puso su codo sobre el marco de la ventana y apoyo su cara en su puño cerrado mirando a su amigo con una sonrisa sarcástica.

¡Izu te estoy tirando piedras hace años...! – se quejó en un susurro. – ¡Y no en ese sentido!

Hay gente que duerme. – respondió tranquilo. – ¿No viste la hora o que?

Ya sé, ya sé, es tarde. ¿Pero la puerta de atras si? – junto ambas manos a modo de suplica. – Abreme porfavor Izu.

Suspiró rodando los ojos. – Bien, quédate ahí. – y cerró la ventana.

Bajó las escaleras con cuidado, su madre tenía el sueño pesado pero no se arriesgaría. Llegó a la puerta trasera del patio,caminó hacía el frente y abrió la puerta de la cerca.

Muévete Kaminari. – apuro al contrario con mirada seria sin mirarlo directamente.

¡Gracias! – este entró rápidamente al patio trasero, luego a la casa como si fuera suya y subir las escaleras hasta el cuarto del peliverde.

Izuku solo lo siguió con cansancio en cada paso mientras subía las benditas escaleras fastidiado. ¿Pero qué podía hacer? Denki era un gran amigo, mínimo hace esto por él.

El rubio entró como cuarto propio y se echó a la cama, la cual seguía desordenada y aun con el calor corporal que su verdadero dueño le brindaba segundos atras antes de ser despertado sin piedad alguna.

¿Qué tanto pasó hoy? – preguntó cómo cada noche el pecoso buscando en sus cajones algunos vendajes.

¡No tienes una idea! – levantó la cabeza emocionado. – Estaba intentando hacer el truco de la vanrandilla otra vez y-

¿No te salió? – interrumpió el más bajo mirándolo con burla.

Denki bufo. – Si, si. Ya entendimos. – rodo los ojos y el contrario río por sus ocurrencias. – El punto es que mi skate voló a no sé donde, empecé a buscarlo aún en el piso y para cuando levante la mirada un chico venía subido en el, patinó hasta a mi y me la dió... Su sonrisa era tan linda... – contó emocionado terminado por una mirada soñadora al final. – "Sigue intentando, saldrá pronto...." – dijo mirando al techo.

𝐈𝐭'𝐬 𝐣𝐮𝐬𝐭 𝐚 𝐒𝐤𝐚𝐭𝐞𝐏𝐚𝐫𝐤. || • 𝐊𝐚𝐭𝐬𝐮𝐃𝐞𝐤𝐮 •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora