𝙰𝚕𝚐𝚘 𝚗𝚞𝚎𝚜𝚝𝚛𝚘.

269 57 9
                                    

Izuku PØV'S:

Silencio puro era lo que había entre nosotros mientras nos mirábamos confundidos, con la sinfonía de su teléfono no de fondo, indicando que una llamada estaba entrando más no siendo respondida, solo sonaba sin que ninguno actuara. Como si un bebé llora cerca de ti, no es tuyo para callarlo, o no eres quién para dentenerlo.

En mi rostro estaba una sonrisa levemente abierta en confusión y nervios, con mis ojos abiertos cual platos por no creer lo que estaba pasando justo en estos cortos segundos de mi existencia. En el rostro del Katsuki, sus ojos levemente abiertos en sorpresa, sus cejas fruncidas en confusión, y sus labios apenas separados sin entender que pasaba.
Él aún tenía mi teléfono en mano, que luego de unos minutos dejó de marcar en vano, y el suyo en uno de sus bolsillos dejó de sonar, y ahora tendría una llamada pérdida de un número no registrado.

¿Porqué tenés mi número? – fué el primero en hablar.

N-No lo sé... – hablé aún con mi rostro incrédulo. – ¿Porqué me lo diste?

Yo no te lo dí, estaba sentado con vos toda la mañana, ¿Cómo lo hubiera echo? – cuestionó obvio a modo de argumento.

Claro, si... tiene sentido. – una risa casi inaudible salió de mi, más fué corta.

Esto era definitivamente incómodo.
El tema que debía morir horas atrás, pero había sido cancelado de su entierro para que se convierta en un problema, en un rubio y ojirubí problema que debía aclarar.

"¿Porqué tenes mi número?"
Ese era su número.

Mierda, era su maldito número todo este tiempo y yo pensando que era el de algún extraño con tendencias de coqueteo malísimas, pero terminó siendo este increíble rubio ceniza sentado junto a mi, mirándome intensamente en busca de una respuesta o comentario mío.
No quería responder o hablar, tenía miedo, estaba en pánico de tener su número ahora agendado en mi historial de llamadas, que no borraría por nada del mundo. ¿Porqué? No lo sé, solo sé que una pequeña parte de mi se siente emocionada por tener aquellos dígitos pertenecientes a su persona en mi dispositivo.

¿Cómo llegaron ahí?
¿Cómo lo escribió ahí?
¿Cómo podría estar él ahí?

No lo sabía con certeza, pero dentro de mi estaba emocionado por ese tonto echo.

Pero ahí estas, mirándome buscando una respuesta en mi rostro, viéndolo cual examinación de rayos láser y pasando por cada peca de mi rostro mientras yo me estoy empezando a morir de vergüenza por ello. Este sentimiento sé instaló la primera noche que te ví cuando me análizaste, pero eso fué comparado a nada con lo que hacías ahora, pero, siendo honestos... ¿Qué hacías ahora?

Viéndome fijamente, pasando tus orbes carmines por cada milímetro de mi cara, sin siquiera despegar tus ojos de ella, buscando una respuesta que no lograbas encontrar aparentemente, con tus cejas fruncidas y labios abiertos; labios delgados levemente más oscuros que el color de tu piel y delgados.

¿Quieres volver? – propuse de la nada, corriendo mi mirada de su boca hasta sus ojos.

¿Quieres volver? – preguntó igual que yo, pero sentía que era una pregunta tramposa, sabía a que el sentido de su pregunta era distinta a la mía.

¡N-No es necesario! S-solo... – comencé a trabarme, debía hablar bien o iría peor. – Solo no quiero incomodarte por esto. – me excusé con lo primero que pensé.

Yo no lo estoy, ¿Vos si? – volvió a preguntar.

¿Estar qué? – comenzaba a inquietante.

𝐈𝐭'𝐬 𝐣𝐮𝐬𝐭 𝐚 𝐒𝐤𝐚𝐭𝐞𝐏𝐚𝐫𝐤. || • 𝐊𝐚𝐭𝐬𝐮𝐃𝐞𝐤𝐮 •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora