¿Una afton o una Potter?

Albus MuchosNombres Dumbledore

—Bien querida, yo soy Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore, director de esta escuela, y a su lado está como ya debió haberse presentado, el profesor Severus Snape.

Lilith abrió un poco los ojos de la sorpresa, como podía tener tantos nombres? No le dio importancia después de pensarlo un segundo mas, no recordaría ni la mitad, ya lo sabia, en su otra vida solo recordó el primero y ya.

—Hablemos del torneo por favor.
Pidió la Potter, quería saber si había cambiado algo como la tía Hécate le había dicho.

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—Debes saber querida que algunas cosas habrán cambiado pero en si el curso seguirá a menos que quieras cambiarlo.
Hécate se levantó de la cama y con un gesto le pidió a Ennard que hiciera lo mismo.

—Entonces, puedo cambiar tanto como quiera?

—Así es, y ahora... Le daré a Noah su forma humana de nuevo, o al menos por unas horas al día.
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—Claro, claro querida. El torneo principalmente es para tres personas por lo que solo hay tres tareas que tendrás que completar, se supone que no puedes recibir ayuda externa.— Le dio un guiño y una pequeña sonrisa como diciendo 'Da igual, nadie hace caso a esa regla' lo cual es verdad.— Debes prepararte para las tareas lo mejor que puedas, no se trata de ganar sino de sobrevivir.

Lilith asintió.

—Esta muy bien pero, hay algo que debe saber.
El profesor Snape levanto una ceja en su dirección.

— Habla sin miedo querida.

—Bueno, puede que mi estabilidad menta no sea buena.
—Mmm?

— Suelo perder un poco la cordura de ves en cuando... y-

—No puede ser tan malo, no pasará nada, incluso puedes quedarte aquí y observar algunas clases.— Menciono el anciano quitándole importancia mientras Snape y Lilith lo veían con incredulidad, ambos bajo una máscara de seriedad.—Ahora vamos, te presentaremos a los directores de las otras escuelas y campeones, junto a la subdirectora y nuestro maestro de defensa.

El anciano mil nombres se levantó de su silla para caminar a la puerta de su oficina para salir al pasillo, haciendo una mueca ante la mención del maestro de DCAO, dónde guío el camino hasta lo que parecía ser la sala de profesores.

En el camino el señor Snape se puso a un lado de ella y le susurro: Hablaremos después sobre sus problemas de cordura.

Parece ser que a el si le preocupa mi estabilidad mental, si es por que le importo o cree que puedo ser peligrosa, no se. 

Dentro de encontraban los directores de las otras escuelas junto a sus campeones a demás de Minerva McGonagall junto a el campeón de Hufflepuff y,

Oh My Facking God.

Un hombre alto de ojos azul hielo, cabello oscuro, piel pálida, sonrisa encantadora, de aparentemente unos 25 años que no debería estar ahí.

Frente a ella se encontraba el demonio mismo, la encarnación de Satán, así es mis querid@s lectores, era el mismísimo Tom Ryddle.

Su cara adquirió un tono enfermizo, sintió que se desmayaba, el no era un cambio pequeño como había dicho Hécate.

—Esta bien señorita Potter?
Pregunto el profesor Snape al ver el cambio en su rostro.

—Si, si, solo creí haber visto un demonio por la habitación, pero es solo mi cabeza jugando conmigo de nuevo.
Le dio una rápida sonrisa al profesor y luego se recompuso mientras el demonio le mandaba una mirada, el se dio cuenta de que se refería a el.

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Tom Ryddle no entendía, se supone que la chica era una Squib que no supo del mundo mágico, por lo cual no debía saber quién era el a pesar de su disfraz de Thomas Russo, un italiano que llevaba años en Inglaterra que se ofreció a tomar el puesto maldito.

Pero esa niña sabía quién era y tenía que descubrir como lo supo, y que no se lo dijera a nadie, ya que no podía simplemente hechizarla.

Al menos no aquí.