¿Una afton o una Potter?

Bella dama.

Pudo sentir su respiración tras ella y justo cuando el la iba a sujetar, escucho una voz.

— Escucha, puedo salvarte pero tend...
No pudo seguir ya que Marian la interrumpió.— Lo que sea pero hazlo ahora!

Abrió los ojos unos momentos después, aunque no se dio cuenta de cuando los cerro, y no logro ver a William ni la calle donde había estado.

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William seguía a la desconocida figura que trato de engañarlo, a través de las desiertas calles de un vecindario tranquilo donde todos dormían sin saber lo que sucedía afuera de sus hogares.

Cuando estuvo apunto de alcanzarlo choco contra un campo invisible que le impidió pasar, solo pudo observar como palabras salían de su boca pero no podía escuchar lo que el desconocido decía.

Y ante su mirada el desconocido desapareció en una luz cegadora dejando a un William furioso y consternado.

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El lugar donde ahora se encontraba era un prado lleno de flores, pájaros cantando y un hermoso cielo azul.

A pesar de toda la paz que la invadió, con algo de desesperación intentó comunicarse con su amigo robot.— Ennard?! Estás ahí?!—. Mientras esperaba una respuesta de su amigo metálico se dispuso a levantarse e investigar ese prado.
—Aquí estoy rayito, emm... tu sabes dónde estamos?

—No tengo idea, tu escuchaste esa voz?

—lo hice, tranquila no te estás volviendo más loca de lo normal.

Antes de que pudiera contestarle una risita divertida los interrumpió, Marian volteo al lado derecho y se encontró la fuente de ese sonido.

Una mujer la contemplaba divertida, como si hubiera escuchado la conversación que tuvo lugar en su mente.

La mujer de piel lechosa se acercó con pasos elegantes, movimientos delicados contrastados por el gran poder que provenía de ella.

Sus cabellos negros cual carbón, ojos tan brillantes como la luna y labios rojos como la sangre le daban una belleza que pocos tenían el privilegio de poseer.

—Ambos son tan graciosos.
Dijo risueña, sus labios se curvaron hacia arriba en una hermosa sonrisa.

—Hermosa dama, dígame por favor, usted fue quien me salvó de aquel hombre?

Marian no pudo más que dirigirse con respeto a la desconocida y poderosa mujer, no era difícil, después de todo su aura te hacía querer respetarla.

—Así es mi niña, ven, creo que tengo una oportunidad para ti que no podrás rechazar.

Marian se acercó a la dama con una enorme curiosidad y emoción que compartía con Ennard.

—puedo ayudarte a encontrar aquello que más anhelas pero tendrás que viajar, muy lejos de aquí.

—Hermosa mujer, dígame a dónde ir y lo haré.

—Espera a qué terminemos de hablar y yo te llevaré, se paciente y serás recompensada niña mía.

La chica Afton asintió, se quedó en silencio pero la esperanza reflejada en su rostro.

—Hay un universo distinto a este en el que se que podrás vivir por qué ya lo conoces...— Hizo una pausa para agregar dramatismo al asunto— Te enviaré al universo de Harry Potter, a la Gran Bretaña Mágica, aceptas?

La más joven estaba que brincaba de emoción desde que salió la saga de Harry Potter había sido fan, se leyó todos los libros una y otra ves al punto en el que se sabía hasta los diálogos de memoria.

—Si mi señora, nada me gustaría más, que opinas Ennard.— Pregunto a su amigo con quién había compartido platicas enteras solo de los libros.
—Sera fantástico, hagámoslo!

La hermosa dama sonrió enternecida por la actitud infantil que ambos compartían, era algo de lo que ninguno de los dos pudo disfrutar, al menos no por mucho tiempo.

— Excelente, los enviaré ahí primero y después me uniré a ustedes para contarles más.

—Mi señora, antes de ir nos gustaría saber, si se nos permite conocer su nombre.

—Mi nombre es Hécate.