Soukoku Fluff Week 2021

Playing games

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—¡¿Haces trampa, verdad?!

—No sé de qué me estás hablando, ¿qué significa "hacer trampa"? Esa palabra no está en mi diccionario.

Chuuya apretó los dientes. Él nunca fue tan malo en los videojuegos, siempre le ganaba a sus amigos, ¡¿entonces por qué parecía ser un novato cada que jugaba contra Dazai?!

Además, ni siquiera debería estar jugando con él, se encontraron por pura casualidad en medio de la calle (o eso quería pensar), Dazai andaba jugando ese estúpido juego de carros y, como si esto estuviera planeado, el castaño tenía dos controles.

¡Ajá! Seguro era eso.

—¿Qué le hiciste a mi control, maldito? —preguntó él con la mirada entrecerrada, buscando algún indicio en el rostro de Dazai que le dijera que, en efecto, había hecho algo.

—Absolutamente nada, ¿apostamos en esta siguiente ronda? —fue el turno de Dazai para preguntar, una sonrisa maliciosa apareciendo en su rostro.

Andaban sentados en las escaleras del edificio de la Agencia, así que cuando pasaba gente, se les quedaban viendo extrañados, pero nadie parecía querer interrumpir lo que sea que estuviera pasando entre los dos jóvenes adultos.

—¿Qué apostaríamos?

—Si gano, harás mi cena esta noche —explicó Dazai, apuntando ahora a Chuuya con su dedo —. Si tú ganas... No sé, ¿qué quieres?

—Me comprarás un vino.

Dazai sonrió de oreja a oreja.

—Trato.

Y así es como iniciaron otra competencia de carreras de autos entre ellos.

Mientras tanto, en las oficinas de la Agencia, Atsushi hablaba preocupado con Kunikida.

—Seguro le hará hacer su cena...

—¿Por qué piensas que hará eso? —preguntó el rubio, quien andaba sentando frente a su monitor, escribiendo tan robóticamente que a veces la gente pensaba que, en efecto, era una máquina.

—Le escuché susurrar algo así antes de que bajara —respondió Atsushi con una sonrisa nerviosa, rascándose la nuca —. Kunikida-san, ¿por qué dicen odiarse si hasta juegan videojuegos juntos? Además, parecen buenos amigos.

El rubio suspiró, quitándose las gafas unos minutos para descansar, volteando a ver a Atsushi.

—No lo entenderías.

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—¡Estoy seguro de que hiciste trampa!

—No la hice~.

—¡Sí lo hiciste!

—Nope.

—¡Sí!

—Me gustaría cangrejo frito para la cena de hoy.

Chuuya, a punto de arrojarle el control a la cabeza, suspiró, cruzándose de brazos mientras desviaba su mirada hacia los transeúntes que les veían con algo de miedo.

—¿Solo eso?

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—Chuuya~, ¿falta mucho?

Dazai nunca pensó que el pelirrojo de verdad le hiciera la cena, pero aquí estaban, en el pequeño departamento del castaño, quien yacía sobre su mueble, observando desde lo lejos al enano.

—Ajá, unos cincuenta años —viró los ojos Chuuya, ¿cuántas veces le había preguntado eso ya?

—¡Eso es mucho! ¿Y si mejor te vuelves tú mi cena? —propuso Dazai de repente, sonriendo con triunfo cuando vio cómo la figura del pelirrojo de repente se tensaba.

—¿E-eres caníbal?

—..….

Dazai quería intentar un suicidio en estos momentos. ¿Acaso no había sido demasiado claro? ¿O su voz no sonó lo suficientemente coqueta y divertida? ¿O Chuuya era simplemente idiota?

Intentaría con algo más directo.

—¿Sabes, Chuuya? Odio cómo te vistes, ¿y si mejor te quitas la ropa?

Y Chuuya le volteó a ver de mala gana, alzándole el dedo de en medio.

—A mí me gusta, muchas gracias.

Y Dazai sintió algo muy dentro de él, empezar a desesperarse.

—Quien fuera insomnio para darte todas las noches —soltó de repente, si eso no era directo y Chuuya no lo entendía, se iba a tirar de la ventana.

Esta vez, recibió una reacción diferente. Chuuya pareció empezar a temblar... Pero en realidad se estaba riendo.

—¿Qué mierda acabas de decir? —preguntó entre risas.

Y Dazai sabía que Chuuya no había entendido del todo. Así que suspiró.

—Chuuya, ¿de verdad me vas a hacer decirlo?

El pelirrojo dejó de reír una vez escuchó la pregunta, volteando su mirada hacia Dazai y, cuando vio la mirada de este, sintió que tal vez habla hecho algo malo. ¿Qué? Ni él sabía.

—¿Hacerte decir...?

Dazai se pasó ambos manos por toda la cara, claramente irritado.

—Tú, yo —señaló a Chuuya, luego a él mismo —. cenamos —hizo gesto de que comía algo —. y luego, caminamos hasta mi cuarto —y ahora simulaba con dos dedos que estos caminaban —. y tenemos sexo —no creo que sea necesario explicar cómo representó eso último.

Y Chuuya...

Oh...

¡Oh!

—Espera, ¿has estado tratando de decirme eso desde el inicio?

—Joder, Chuuya.

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Rip Dazai.