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—¿Por qué estamos viendo una película de terror?
No es como si a Chuuya le dieran miedo, pero, el hecho de que él haya invitado a su querido novio a SU casa para ver películas y que él no la haya escogido, le causaba un poco de conflicto. Además, él quería ver la película bonita pero algo triste del niño con el perrito otra vez.
¡No estás cosas donde mataban a inocentes personas de una macabra manera!
—¿Qué? ¿Te dan miedo, Chuuya?~ —y por supuesto, Dazai tenía que sacar provecho de la situación para molestar al pelirrojo.
—¡Claro que no! —respondió de vuelta este, cruzándose de brazos mientras enfocaba más la vista en la televisión.
—Puedo darte un beso para tranquilizarte el miedo si quieres —le ofreció el castaño, su mirada pasando a Chuuya de una manera divertida, observando cómo se coloraba un poco sus mejillas.
—No.
—O puedo abrazarte y decirte palabras reconfortantes —siguió insistiendo, su manos de repente subiendo hacia su cabeza, recostándose más en el mueble en el que estaban.
—No.
—O puedo darte un masaje para que relajes tus músculos que se ven algo tensos.
Chuuya se mordió el labio, dando rápidas miradas hacia donde estaba el castaño para ver qué cara tenía. Pero sabía que solo caería en su juego si lo hacía, así que siguió prestando atención a la película.
Y ese era el plan, de verdad, sin embargo, en el momento en que sintió la mano de Dazai ponerse sobre su pierna de repente, hizo que toda su piel por debajo de la ropa se le erizara.
Y no. No es como si una estúpida película de terror le prendiera, pero desde hacía varios minutos (desde que Dazai empezó a hablar acerca de hacerle cosas), había dejado de prestarle atención a la película, y se había estado concentrando más en la manera de cómo se movía el castaño a su lado.
Muy dentro de él, pedía, suplicaba, rogaba que Dazai hiciera algún movimiento. Pero pasaron segundos, minutos, más minutos y, cuando notó que el castaño al parecer no movería la mano que tenía sobre la pierna del pelirrojo. Bueno, entonces él iniciaría todo.
El plan de Dazai nunca fue provocar al pelirrojo. Solo quería molestarle un poco, robarle uno que otro beso, abrazo o caricia... Pero no esperó que éste se subiera en su regazo tan rápidamente y juntara sus labios.
Fue una acción que le sorprendió de sobremanera, pero ey, no se iba a quejar. Quiero decir, ¿quién en su sano juicio se quejaría de tener a Nakahara Chuuya sobre su regazo? Exacto, nadie. Absolutamente nadie.
Así que, también fue cuestión de segundos que el castaño correspondiera, agarrara de la cintura del pelirrojo y lo acercara más. Saboreando cada parte de esos suaves y dulces labios, disfrutando de cómo se movían tan perfectos con los suyos.
Apretó un poco la cadera de Chuuya, además de empezar a darle caricias sobre esta, lo que provocó que el pelirrojo abriera un poco la boca y aprovechara para que el beso se vuelva más intenso al insertar su lengua. Saboreando cada parte, centímetro, lugar de la boca de su querido enano.
Sus manos, no pudiendo quedarse quietas ni un segundo más, empezaron a recorrer la espalda del pelirrojo, disfrutando cómo este se empezaba a revolver sobre su regazo a consecuencia.
Cuando sus labios se separaron, Dazai no tardó en atacar el cuello de Chuuya, quien con gustó, alzó un poco la cabeza para que tuviera más acceso, sus manos jugueteando con los cabellos castaño de Dazai, sus labios entreabiertos dejando salir su respiración que conforme pasaban los segundos se aceleraba. Y se sentía bien, tener a Dazai así, debajo de él, marcándole el cuello, atacándolo a besos.
Sin embargo, sabía que no se la iban a pasar mucho tiempo así. Más, cuando por sintió debajo de él como el bulto del castaño iba creciendo poco a poco.
Y quería decirle, que fueran a su cuarto, que terminaran esto ahí, pero cuando Dazai succionó demás en esa área de su cuello que le volvía loco, en vez de palabras, salió un gemido que solo esmeró al castaño en seguir con su tarea.
Lo siguiente que supo, fue que Dazai se separó un poco de él para quitarle la playera que tenía, dejándole el torso desnudo a merced de él y...
Cuando por fin lograron hacer contacto visual por primera vez desde que empezaron a comerse entre ellos, supieron que esto sería más que una sección de faje, que querían más, que no querían parar.
—L-la pizza debe llegar en veinte minutos —recordó Chuuya, su respiración aún algo agitada.
—Sabes que eso es tiempo suficiente, chibi.
Y Chuuya lo dudó, veinte minutos se veía como una cantidad de tiempo muy ajustada... Pero las pizzas nunca llegan a la hora que te dicen, ¿verdad?
Así que, sin más que decir, entre tropezones, besos, caricias y palabras obscenas, se dirigieron al cuarto del pelirrojo.
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Soukoku Fluff Week 2021
Fanfiction7 días de Dazai y Chuuya simplemente siendo ellos, la pareja más explosiva y divertida de BSD. Ninguno de los personajes me pertenece, créditos a Asagiri Kafka y equipo❣️ Créditos a la hermosa imagen de la portada a @HiChuya (Ecru) en Twitter, vayan...