Lejos del paraíso Álvaro Rico y tú

Capitulo 27

Era el gran día. Había hecho mi entrada triunfal con mis niños llevando los anillos, mis damas de honor y mis caballeros. Ahora estaba de pie en el altar a punto de decir mis votos.

Tn: Álvaro, más que decir mis votos, quiero decirte muchas cosas. Cuando te conocí, me sentía tan perdida en el mundo, me sentía lejos de aquello que anhelaba tener. Poco a poco te fui conociendo y me di cuenta la gran persona que eres. Me costó muchísimo confiar en alguien de nuevo y me volví a equivocar, pero fue la mejor equivocación de mi vida por que gracias a ella pude traer al mundo a dos hermosos seres que iluminan mi vida todos los días. Si no hubiera sido por ti, por que me demostraste que si se confía en la persona correcta el sufrimiento deja de existir, por que estuviste ahí para mí día y noche y por que aceptaste ser un padre para mis hijos a pesar de no tener que hacerlo, yo seguramente seguiría encerrada en el dolor, la inseguridad. Quiero agradecerte por todo lo que has hecho y por todo lo que sé que harás. Estaré siempre a tu lado, aún cuando solo quieras estar solo, protegeré cada parte de tu cuerpo, aún cuando decidas que serás fuerte, seré el soporte en el que te apoyarás cuando ya no puedas más y seré la luz que te muestra el camino cuando este parece perderse en la oscuridad. Seré no solo tu esposa, si no tu compañera, tu amiga y tu fiel confidente.

Álvaro: Yo no he preparado una carta, pero diré las cosas que me salgan del corazón como respuesta. No fue fácil verte llorar, mucho menos verte sufrir por estar en tu propia piel, pero ha sido un placer que me tengas la confianza de poder abrirte a mí para dejarme curar todas y cada una de tus heridas poco a poco. Cuando tu mundo cae a pedazos, el mío lo hace igual, así que quiero que tengas por seguro que seré quien junte las piezas de tu ser cada que estas se caigan, seré la calma que necesitas cuando tienes tus ataques y seré el pañuelo con el que secarás tus lágrimas, voy a procurar ser el mejor ejemplo de padre que estos dos ángeles merecen y con toda seguridad, seré el mejor esposo que puedo ser para poder estar a tu altura. No debes de agradecer todo lo que he hecho por ti, por que si me ponen a escoger en mi próxima vida, hacerlo todo de nuevo, lo haría, por que ver tus ojitos cerrarse hasta quedar chinos al sonreír es el pago que me devuelve la paz y la felicidad.

Padre: Ya bésense que nos harán llorar a todos si siguen hablando.

Fin.