Durante unos instantes, Renata se quedó de pie en la puerta entre la cocina y el exterior, mirando a James mientras éste permanecía de pie en la hierba. El problema era que no estaba segura de haberle oído bien, porque la petición que había soltado estaba tan mezclada que parecía un completo galimatías. Sin embargo, la mirada de él tenía un enfoque tan esperanzador mientras esperaba su respuesta. Volviéndose completamente hacia él, Renata le ofreció una sonrisa sólo para asegurarle que cualquier cosa que le pidiera no la estaba rechazando, sólo necesitaba confirmar lo que había dicho.
-¿Qué dijo?
A James se le cayó la cara porque había agotado gran parte de su valor para preguntarle y ella ni siquiera lo escuchó, o más bien lo hizo, pero no lo entendió. Estaba tan nervioso que ella podía verlo tragar saliva visiblemente y aunque ella quería abordar la situación de manera seria, era difícil hacerlo con James cubierto de esmalte de uñas rojo por todos los dedos de los pies y de las manos. Se veía ridículo, pero para Renata, eso lo hacía aún más lindo en ese momento, si es que era posible.
Respiró profundamente y exhaló lentamente por la nariz antes de volver a mirarla -¿Te he preguntado si te gustaría ir a cenar conmigo esta noche?
Casi al instante, la sonrisa de Renata creció especialmente al sentir que su corazón daba un salto en el pecho. Tuvo que preguntarse si realmente se lo estaba pidiendo o si había entrado en otro de sus sueños esa mañana. Aunque en realidad no le importaba porque aunque fuera un sueño, iba a aprovecharlo al máximo.
-¡Sí!- respondió ella con la misma emoción a pesar de intentar mantener un tono tranquilo. Toda esa mañana se había sentido fatal, pensando que sus posibilidades con James se habían quedado en nada en tan poco tiempo. Pero allí estaba él, pidiéndole que la llevara a cenar y eso la llenaba de la suficiente esperanza como para evocar la felicidad de volver.
-G-grandioso- respondió James, con la voz quebrada pero con una sonrisa apareciendo en su rostro. Parecía bastante aliviado de que ella hubiera aceptado.
-¿Harry nos acompañará?
-Eh, no- dijo él, sin saber si eso iba a ser un problema. ¿No lo veía como una invitación a una cita, lo veía más como una salida familiar en cierto sentido? -Sirius dijo que se había divertido mucho con Harry anoche, así que esperaba tener más tiempo. Y viendo que arruiné la cena de anoche...
-Señor Potter, usted no arruinó la cena de anoche- le dijo ella -créame. En realidad lo hizo muy bien con toda la cocina. Doro la carne perfectamente y creó una duxelle perfecta, debería estar orgulloso.
Su rostro se tornó cálido por los cumplidos de ella, pero ese no era exactamente el punto al que quería llegar -Bueno, habría sido mucho más agradable si hubiéramos podido terminar y sentarnos a comer la comida. Como eso no ocurrió porque decidí beber varias copas de vino, quería compensarte. Así que te prometo una cena muy agradable y también te prometo que no tocaré ninguna copa a menos que haya agua en ella.