VOLVIÓ

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La veo ingresar, tan radiante y segura, más que la última vez que la vi. Se le ve genial, está hermosa, tiene un semblante diferente, no sabría cómo describirlo, pero lo que sí sé con certeza es que está jodidamente sexy.

Me quedé sin palabras, estoy en trance, no puedo procesar todo esto. No me equivoqué hoy al ver aquel auto, era ella.

Ella ingresa con una falda negra y una camisa melón. Todos la observan con una sonrisa. Volteo a ver a Dom en busca de una respuesta, pero lo encuentro con la boca abierta, están tan sorprendido cómo yo.

Regreso la vista a la persona que acaba de ingresar, ella toma asiento en la única silla disponible, esa que está frente a mí. Levanta vista y nuestras miradas se interceptan, puedo notar la felicidad en su mirada, yo no sé si estoy igual, no sé qué expresa mi mirada en este momento.

—Disculpen la demora —dice ella mientras desvía su mirada—. Podemos empezar.

Dicho esto la junta empieza, los directivos nos dan los informes, hablan y hablan. Pero no logro concentrarme en lo que dicen, quiero cerrar los ojos y al abrirlos quiero esto sea una maldita broma.

—Esto no cuadra —dice ella y abro los ojos de golpe—. Este balance está irregular, ¿Quién se encargó de hacerlo?

La observo con el ceño fruncido, mientras ella revisa los papeles una y otra vez. Luego todos se ponen a revisar los informes, así que hago lo mismo. Cuando detallo cada balance, me doy con la sorpresa de que efectivamente está mal y para colmo el encargado de hacerlo fui yo. Pero yo no hice este balance.

—Bien, ¿Nadie lo hizo? —vuelve a preguntar ella—. Dom...

—Yo lo hice —hablo y nuestras miradas se vuelven a intersectar por cuestión de segundos porque luego ella mira a Dom—. Pero el balance que yo hice no es este.

—Señor Sellers, ¿qué está queriendo decir? —Pregunta un socio—. ¿Hizo o no estos documentos?

—Sí, los hice, pero está alterado, antes de venir aquí revisé detalladamente los balances y no estaba así...

—Entonces, ¿Qué respuesta da? —continúan interrogando, agradezco que ella no dice nada, de lo contrario me quedaría sin palabras...

—No lo sé, evidentemente han tenido que ser cambiados —explico y recuerdo que se los di a Eli—. Yo le di los originales a la secretaria del señor Collins.

—Sandro, ¿Qué insinúas? —pregunta Dom en un susurro, para que sea únicamente yo quien lo escuche.

—Elizabeth —llamo y en seguida ingresa Eli—. Tú te llevaste los documentos originales. ¿Los cambiaste?

—Sí... —responde ella y todos la miran—. Tu secretaria llegó preocupada antes de que prepare las copias. Ella me dijo que habías olvidado los documentos en tu escritorio y que los que trajiste estaban mal, luego me entregó unos papeles y dijo que esas eran los correctos.

—Eso es imposible —susurro y Dom me observa—. Eli.

—Elizabeth, necesitamos los documentos originales, ¿Los tienes? —interrumpe ella y Eli asiente—. Por favor encárgate, esperaremos.

—En un momento los traeré, permiso —Eli se retira y todos empiezan a murmurar.

En verdad me parece extraño que Sara haya hecho eso, no entiendo ¿Por qué lo haría? Dominic me observa serio y solo espero que me diga "por eso no confío en ella, por eso me agrada"

—Jamás me agradó ella, tienes que solucionar esto, no la quiero aquí...

—Te recuerdo que también soy inversionista —hablo y no medí el tono de mi voz.

Tú, Siempre Tú #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora