RESPUESTAS

6 1 0
                                    

No tengo miedo a estar solo, puedo quedarme solo por el resto de mi vida, no es un problema. Mi miedo es perder el amor de Emma, sé que nunca dejó de amarme, todos los días desde su partida me repetía a mí mismo que ella me amaba. Lamentablemente, con el pasar del tiempo, dejaba de creer en ese amor.

Ella no volvía, pasó un año y no aparecía. Pasaron nueve meses más y volvió. Pero la dejé ir, simplemente no puedo decirle que se quede cuando la he tratado muy mal y le he dicho que no la amo.

No puedo creer que ella en serio me haya creído y lo peor es que cree que Sara y yo tenemos una relación. Eso es lo más descabellado que puede pasar.

—Señor Sellers...

—Maldita sea —bufo y giro para encontrarme con un joven, al parecer es reportero.

—Me gustaría hacerle unas preguntas, ¿sería posible? —dice y agradezco que viene sin cámaras.

—Discúlpame, no daré declaraciones por ahora —respondo y me retiro.

Regreso con todos los demás, busco con la mirada a Emma, pero no le encuentro. Camino por todos lados y choco con Dom.

—Ten más cuidado, ¿Qué sucede? —pregunta y noto su expresión seria—. Sandro, ¿Estás bien?

—Emma, ¿Dónde está? —Pregunto y miro para todos lados—. Dominic, responde.

—Tranquilo, Emma debe estar en el aeropuerto ahora mismo —dice muy calmado—. ¿Por qué? ¿Qué deseas hacer?

—Nada... —respondo y me siento en una silla—. Solo quería despedirme bien.

—Bueno, creo que reaccionaste muy tarde —dice y se sienta a mi lado—. ¿Ya quieres hablar?

—No, aún no —respondo—. Quiero despejar mi mente y encontrarme a mí mismo.

—Entiendo, cuando gustes —palmea mi hombro y se pone de pie—. Por cierto, solo espero que no sea muy tarde.

—Hemos pasado casi dos años separados y el amor sigue intacto. ¿Qué te hace creer que cuando vaya por ella será tarde? —pregunto y él se encoge de hombros.

—No solo tú quieres estar con Emma Wood y con...

— ¿No solo yo? —Dominic siempre me hace perder la paciencia—. No importa quienes se crucen en su camino, ella y yo terminaremos juntos.

—Te recuerdo que tú le dijiste que no la amas y no sientes nada por ella. —responde dándome un golpe bajo—. Yo no estaría muy seguro en tu lugar.

Toma su copa, de lo que sea que esté bebiendo. Bebe el contenido en un solo sorbo y deja la copa en la mesa. Dio media vuelta, pero se detuvo y sacó algo de su bolsillo.

—Por cierto. Emi dejó esto —me estrega un papel doblado—. No quiero a Sara el lunes en este bufete.

—Ya la despedí, ahora, si me permites —levanto el papel y el asiente.

Abro el papel, suspiro al reconocer su hermosa letra, es un papel muy pequeño, si fuera grande, no lo leería y ella lo sabe.

"No me agrada Sara, pero creo que te quiere y eso me deja tranquila. Deseo que seas muy feliz"

Arrugo el papel y no puedo evitar reír, esta mujer en verdad me ama. Tanto así que cree en todo lo que digo. ¿Acaso no piensa que Sara no me interesa como mujer? Por Dios.

Me pongo de pie dispuesto a retirarme del bufete, pero algo llama mi atención. Sara está ingresando al ascensor, lo cual es ilógico porque estamos en el primer nivel y nadie tiene permitido subir.

Tú, Siempre Tú #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora