Rumbo a Galicia

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-Narra Miriam-
Ya han pasado muchos meses desde el accidente, yo estoy bastante bien, pero no he vuelto a coger el coche, le he cogido bastante miedo y procuro ir casi siempre andando a los sitios, y si es muy necesario coger el coche, me lleva alguien, porque yo soy incapaz.
Hoy es 10 de julio, son las 10 de la mañana y yo estoy luchando con Irene para que se despierte,  el porque de que no se quiera despertar y tenga que hacerlo es que nos vamos a Galicia a pasar el resto del mes allí, el tren sale a las 11, pero con lo que me cuesta despertar a la peque y que tardamos bastante en preparar todo llegaremos justas de tiempo como siempre.

Miriam: Irene porfa, levántate -dije acariciando su carita-
Irene: No quero -dijo soltando un pequeño gruñido muy mono-
Miriam: Porfa bebé, que vamos a ver a los avós, y al tito Efrén, y la semana que viene van a ir la prima Sara y la tita Inés
Irene: Jooo, teno sueño
Miriam: En el tren te duermes si quieres amor
Irene: Vale, peo me viste mamá
Miriam: Bueno vale, pero venga levántate que voy a llamarla -dije saliendo por la puerta- Amor
Mimi: Dime reina, ¿Ya está lista la peque?
Miriam: Despierta si, vestida no, quiere que la vistas tu
Mimi: Menudo bicho -rió levemente- en 5 minutos la tengo lista ¿Vale?
Miriam: Vale -asentí- yo voy a hacerle el desayuno
Mimi: Vale amor -me dio un pico y se fue con Irene-

-Narra Mimi-
No íbamos mal de tiempo así que no me preocupaba tardar un poco más de lo normal en vestir a la niña, mientras Miri hacía el desayuno yo fui a vestirla.

Mimi: A ver enana, vamos a vestirte
Irene: Mamá tengo sueño
Mimi: Ya mi amor, pero tenemos que ir al tren porque nos vamos a Galicia a ver a los avós -dije mientras la vestía, esta niña era una cotorra, y la única manera de vestirla era hacerlo mientras la dabas conversación-
Irene: Ya peo quero domir
Mimi: Ahora en el tren duermes -dije terminando de ponerle el pichi- ea, lista reina, vete a desayunar
Irene: Gracias mamá
Mimi: Nada preciosa

Fui detrás de ella y me senté a su lado a jugar con ella mientras Miriam le terminaba el desayuno.
Irene desayunó y después cogimos las maletas y fuimos al ave, Miriam la pobre aún tenía miedo del coche, así que Efrén vino a por nosotras y fuimos a la estación, subimos al tren y tras unas cuantas horas llegamos por fin a Galicia.
Cogimos nuestras maletas y fuimos hacia el padre de Miriam que había venido a por nosotros para llevarnos a su casa.

Miriam: Papá -sonrió abrazándole-
Ramón: Hola cariño -dijo el devolviéndole el abrazo, y haciendo después lo mismo con Efrén y conmigo-
Irene: Avó!! -dijo sonriendo-
Ramón: Hola mi niña -dijo cogiéndola en brazos- ¿Como estás?
Irene: Muy ben
Ramón: Me alegro -sonrió- ¿Vamos a casita a ver a la avoa?
Irene: Si
Ramón: Venga

Nos montamos en el coche y fuimos a la casa, notaba a Miriam bastante nerviosa, pero era algo normal, por muchos meses que hubieran pasado, ella seguía con ese miedo a ir en coche, yo le cogí la mano haciéndola ver que no pasaba nada y ella me sonrió.
Llegamos a la casa y nada más entrar vino Marité a recibirnos.

Marité: Ayy, hola mis niñas -dijo abrazándonos a Miriam y a mi-
Efrén: ¿Y tu niño que? -dijo riendo-
Marité: Que celoso has sido siempre de verdad -dijo riendo y abrazándole a el también-
Efrén: Como para no, los mimos se los lleva siempre la enana
Miriam: Hermanito, ¿Cuando vas a dejar de llamarme así?
Efrén: Nunca -sonrió y la abrazó-
Marité: Has visto Mimi, son monisimos
Mimi: Ahora si, cuando se están picando y Miriam saca su garra no tanto -reí-
Miriam: Mimi cariño esos detalles se guardan
Efrén: No se guardan no, un día casi me pega
Marité: Algo le harías
Miriam: Se pone tensa la cosa -dijo riendo-
Mimi: Pero tu no metas mierda -reí- que menuda eres
Miriam: Pero tu me quieres -sonrió-
Mimi: No sabes cuanto -dije sonriendo-

Creo que te quiero un poco Donde viven las historias. Descúbrelo ahora