Dos semanas sin ella

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-Narra Mimi-
Llevaba dos semanas sin hablar con Miriam, yo la enviaba mensajes todos los días pero nada, solo se que está bien porque alguna vez la he visto en la cafetería con Nerea, y porque Ana había quedado con ella alguna vez, pero había decidido no hablarme y castigarme con su ignorancia.
Eran las 11, tenía un descanso de 1 hora antes de la siguiente clase, asi que fui a hablar con Miriam, ya que su descanso era a las 11:15.
Llegué a la cafetería y ahí estaba, atendiendo a los clientes de las diferentes mesas, yo me senté en la barra, y cuando vino me miró con los ojos muy abiertos, tras eso se puso a recoger un poco la barra din dirigirme la palabra.

Mimi: Miriam
Miriam: Déjame
Mimi: Miriam por favor, necesito que hablemos
Miriam: -suspiró- a y cuarto es mi descanso, tienes media hora para explicarte y convencerme de que no fue cosa tuya
Mimi: Gracias, de verdad
Miriam: Ahora vuelvo -se fue a seguir atendiendo, y cuando empezó su descanso nos sentamos en una de las mesas-
Mimi: Miriam no te voy a mentir, porque no te lo mereces, lo besé, si, pero iba hasta el culo de alcohol, no sabía lo que hacía, Ana lo sabe, esa noche bebí muchísimo, y no estaba en condiciones, de verdad que lo siento un montón, eres la persona más importante para mi ahora mismo, y si te pierdo me da algo, perdóname por favor, te juro que no va a volver a pasar
Miriam: Mimi, ya te dije que ir borracha no es una excusa, pero te echo muchísimo de menos, he pasado dos semanas horribles, de hecho hoy es el primer día que trabajo después de eso
Mimi: Lo siento mucho
Miriam: Te voy a perdonar, pero porque se que no harías eso en tu estado normal
Mimi: ¿De verdad?
Miriam: Si -sonrió levemente- pero no lo vuelvas a hacer porfa, no quiero que estemos así
Mimi: No lo voy a hacer, te lo prometo
Miriam: Vale -sonrió-
Mimi: Te quiero mucho
Miriam: Y yo a ti

Y por fin después de dos semanas pude volver a sentir sus labios, aun que solo fuera un pico ya que había mucha gente y tampoco íbamos a darnos el lote ahí, pero después de dos semanas realmente lo necesitaba.

-Narra Miriam-
Mi turno terminó a las dos de la tarde, y en cuanto salí, me fui a la academia de Mimi para irnos a comer juntas, salió y fuimos a su casa.
Pedimos una pizza y mientras la esperábamos, nos tumbamos en el sofá a darnos miles de mimos la una a la otra.

Mimi: Gracias por perdonarme -sonrió-
Miriam: Vamos a olvidarnos de eso porfa, prefiero no pensarlo
Mimi: Vale -me dio un pico- perdón
Miriam: Gracias -sonreí y le di otro-
Mimi: Me podría tirar todo el día abrazada a ti
Miriam: Nadie te lo impide amor
Mimi: Echaba de menos oírte llamarme así -sonrió-
Miriam: Te quiero mucho -sonreí-
Mimi: Y yo reina

Creo que te quiero un poco Donde viven las historias. Descúbrelo ahora