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Soobin y Hayeon habian llegado a la cafetería unos minutos antes de lo acordado. Esperaron un rato por sus dos amigos pero estos llevaban 45 minutos de atraso. Los chicos se comenzaron a preocupar y Choi decidió llamar por teléfono a su amigo.

El celular de Yeonjun se alumbró dejando ver el nombre de el pelinegro, rapidamente abrió los ojos asombrado y se giró para ver a la chica que estaba en el sofá de su casa.

—¡Está llamando! —gritó en un susurro y Yeji se encogió de hombros.

—Dile lo que acordamos.

Yeonjun respiró hondo para comenzar con su actuación. Descolgó la llamada y puso el altavoz para que su compañera lo escuchase todo.

—Hey... —dijo en un hilo de voz como habían practicado.

—Yeonjun... ¿Te demoras mucho? Es que llevamos un rato aquí esperando. —el Choi mayor hizo un pequeño baile de victoria al escuchar la palabra “llevamos” lo que indicaba que estaba junto a Hayeon.— Oye ¿Me escuchas?

Se aclarò la garganta y volvió a hablar.
—Si, yo... verás, ayer en la noche me dio un dolor y he estado desde entonces en el hospital. —se quejó como si en verdad sucediera lo relatado. —De verdad lo siento, podéis salir los tres sin mi. —le guiñó un ojo a Hwang que estaba riendo en silencio— Oh, amigo te dejo, es hora de que me revisen... otra vez.

No lo dejó hablar y colgó la llamada soltando una gran carcajada y sentandose en el sofá al lado de Yeji.

—Se la creyó. —apenas podía hablar ya que de tanto reír comenzaban a salir lagrimas.— lo más probable es que te llamen a ti ahora. Ya sabes.

Como lo dijo, el celular de Hwang empezó a sonar indicando que tenía una llamada entrante.
—Es Hayeon. —avisó antes de descolgar y colocar el altavoz.— ¿Si?

—¡Yeji! Que bueno que contestas. Oye ¿tardas mucho en llegar? Es que...-

Rapidamente Hayeon fue interrumpida por el “¡No!” de su amiga y compañera de trabajo.

—Mira... Resulta que mi madre me avisó hoy mismo que debíamos de ir a casa de mis abuelos y pues no me pude negar. Pero no importa, ustedes tres la podéis pasar muy bien sin mi. ¡Adiós!

Y colgó rápidamente dejando su celular sobre la pequeña mesita de café.
—¡Lo hicimos! —gritaron ambos a la vez y chocaron las palmas.

—Esperemos que sigan ambos en vez de irse cada uno a su casa.

—Dice Yeji que tuvo que ir a casa de sus abuelos, le avisaron esta mañana. —hizo una mueca extrañada por la situción.

—Entiendo. —dijo por lo bajo un poco nervioso ya que pasaría tiempo con Jung a solas, claro, eso si ella no se negaba y decidía irse a su casa.— Entonces ¿seguimos los dos solos? —preguntó un poco temeroso por la respuesta de la chica.

Ella lo miro mal y le respondió.
—¿Qué te crees? después de levantarme tan temprano en mi día libre para una salida con ustedes, y que las dos jirafas no hayan podido venir por sus respectivas razones ¿Piensas que volveré a mi casa como si nada? Pues te equivocas, ahora tu y yo saldremos.

Soobin no entendió mucho debido a la rapidez con la que hablaba Hayeon, pero logró comprender lo último dicho por ella.

(...)

Bien Choi Soobin, piensa a donde la vas a llevar. Se suponía que Yeonjun lo tenía todo planeado para hoy, ni si quiera se me ocurre algún sitio.

—¿A donde quieres ir?

Ella se encogió de hombros.
—No lo sé.

¿Estaría bien llevarla al parque de diversiones?

—Y si vamos al Parque de Di-

—¡Perfecto!

Tomó mi mano y comenzo a correr a la parada del bus. Esperamos durante unos minutos a que el autobus llegara, pagamos nuestro pase y rapidamente Hayeon encontró un asiento vacío.

—Dame tu mochila.

Le entregué la mochila y la coloco en sus piernas justo al lado de la suya.
Un par de paradas después el asiento a su lado quedo vacío por lo que ella se hizo a un lado para que pudiera sentarme.

Alrededor de una hora nos tardamos en llegar al Parque de Diversiones. Hicimos la fila para pagar y entramos, estabamos a mitad de julio por lo que bastantes familias venían con sus hijos, además de gente joven como nosotros.

—Hace bastante no venía. —comentó la chica a mi lado con gran emoción en sus palabras.

Sus ojos brillaban como los de una niña pequeña viendo su juguete favorito.

—Vamos. —tiré de su mano para llevarla a la primer atracción que vi.— Dos tickets por favor. —el señor nos entregó los pases y rápido entramos.

Un día muy loco, salía un poco mareado de ciertos juegos pero es lo normal supongo.

La última vez que vine tenía quince años más o menos y ya han pasado casi cuatro años desde eso.

—Estoy tan cansada. —Hayeon bajaba de la montaña rusa con mi ayuda para no caerse.— ¿Podemos montar otra vez? —me miró con ojos de cachorrito y un lindo puchero.

Di un toque sobre su nariz y negué con mi cabeza.
—Ya ha sido suficiente ajetreo por hoy. Mira la hora —le enseñé la hora que marcaba mi reloj— y no hemos comido nada.

—Pero no tengo hambre. —luego de decir eso se sintio un ruido proveniente smde su estómago.

—¿Decías?

Caminamos, bueno, literalmente la obligué a ir para que comiera algo.
—Quiero... —veíamos la lista de comidas que tenía ese sitio— Pizza. —dijimos ambos a la vez.

Pizza y Coca-Cola. Me impresiona esta chica. Normalmente cuando salgo con mis amigas ellas son super delicadas al comer cualquier cosa, no quiero decir que Hayeon coma como una bestia pero al parecer no le importa lo que llegue a pensar de ella.

—No me mires tanto y come.

(...)

—Que bonito es el mar.

—¿Te gusta? —asintió con su mirada perdida en el paisaje.

Después de comer decidimos venir al muelle situado detrás del Parque. La tranquilidad aquí era mucha puesto a que no habia nadie excepto nosotros dos.

Nos sentamos con una distancia moderada entre nosotros. Nuestros pies fuera del muelle, flotando en el aire.

Cogí un puñado de palomitas de las que ella tenía y tire una al aire para atraparla con mi boca.

—¿Cómo lo haces? —su rostro de impresión me daba bastante gracia.

—¿Esto? —volví a hacerlo y ella asintio.— Magia.

—Me imagino. —comento con sarcasmo.

Intento hacer lo mismo que yo pero no pudo, siguió así varios intentos hasta que decidió rendirse.

—No puedes, eres tonta. —acerqué mi dedo índice a su frente y la empujé.

—¡Hey! —con sus manos agarró un puñado de palomitas y me las lanzó directo a la cara.

—¡Ya~! —me quejé y ella comenzó a reírse, burlándose de mi.

Me fijé en ella, sus ojos casi cerrados, su nariz algo arrugada y sus mejillas un poco inchadas y rosadas de tanto carcajear. Se veía tan natural asi de esa manera. No parecía la Hayeon que siempre sule molestarme y decirme que soy un “rascacielos”

Por primera vez me fijé en ella como algo más que una amiga.




恨 (Hèn) | 𝘊𝘩𝘰𝘪 𝘚𝘰𝘰𝘣𝘪𝘯 (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora