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La pelinegra juntó sus dos manos en señal de suplica, perdí la cuenta de las veces que había insistido.

Incluso Yuna comenzó a intentar convencerme una y otra vez.

—Venga Hayeon, seremos pocas personas. —una vez más Yeji repitió aquella frase que ya me tenía cansada y al punto de acceder.

Respiré profundo y cerré los ojos con fuerza, ya rendida asentí y me crucé de brazos sentada en el suelo de la habitación.

—Está bien, iré.

Yeji saltó de la alegría y Yuna comenzó a aplaudir aún sentada en su cama.

¿Qué puedo decir? Hace una hora y media Hwang llegó a casa de mi tía y subió con nosotras a la habitación, hablamos de chicos -más bien ellas hablaron- y luego la pelinegra me invitó a una reunión en casa de su mejor amiga, aclarándome casi al instante que serían pocas personas.
Estuvieron al rededor de cuarenta y cinco minutos rogándome hasta que accedí.

—Quisiera tener vuestra edad. —Yuna hizo un puchero con la vista en sus dos manos que jugaban sobre sus piernas.
—Mi mamá no me deja ir a fiestas o "reuniones de amigos".

—Aún te quedan unos años para eso. ¿Qué edad tienes? ¿15? ¿16?. Yo a tu edad me la pasaba encerrada en la biblioteca de mi escuela. Cuando tengas dos o tres años más deberías de hablar con ella y decirle lo que sientas y lo que quieres hacer. —asentí a lo que dijo Yeji.

—Además, estoy segura de que mi tía te entenderá, al fin y al cabo ella también tuvo nuestra edad y debe de entenderte en ese aspecto.

(...)

—Llegamos. —quedé boquiabierta viendo la casa que estaba frente a mi, no era una casa pequeña, para nada, pero tampoco era exageradamente grande.— Entremos.

Yeji tomó mi mano y corrió hasta la puerta para tocarla. Una chica más o menos de mi estatura, su cabello negro estaba recogido en una alta cola. Al ver a Yeji su sonrisa no tardó en aparecer, se abrazaron durante unos segundos y luego fijó su vista en mi.

—Tu debes de ser Hayeon. —asentí.— Un gusto, soy Jisoo pero todos me dicen Lia.

—Igual. —dije con una sonrisa.

Pasamos a la gran casa y vaya, si por fuera me parecía una maravilla, definitivamente por dentro era el doble de hermosa. Todo era de un estilo moderno con paredes blancas y muebles y decoraciones de color gris y negro. Simplemente perfecto.

Atravesamos la planta baja de la casa hasta llegar al gran patio trasero donde habia una piscina, pensé que nos quedaríamos aquí pero fuimos guiadas hacia unas escaleras de metal un poco alejadas, subimos hasta el tercer piso que vendría siendo la terraza y debo decir que es -al igual que todala casa- perfecta.

Muebles como los de la sala, los cuales estaban alejados, en su lugar habian algunos cojines negros o blancos.
La gran parte de la terraza estaba cubierta por una lona blanca.

—Llegaron las que faltaban. —Lia dio pequeños saltitos hasta sentarse en uno de los cogines.

—¿Yeji?

—¿Hayeon?

¿Eh? ¿Es en serio?

(...)

Verdaderamente la suerte no estaba de mi lado. ¿Qué pasa?. Pues resulta ser que San, el primo de Lia, había invitado a uno de sus amigos y este era Yeonjun que según nos dijo le pidio permiso a San para invitar el a un amigo, Soobin.

¿Por qué el mundo tiene que ser tan pequeño?

Desde hace dos horas aproximadamente habíamos llegado y como si fuera poco todo lo ocurrido cuando hicimos acto de presencia aquí, tuve que sentarme en el único lugar libre. ¿Dónde? A mi izquierda estaba Yeonjun y a mi derecha -para rematar- se encontraba mi gran amigo el rascacielos.

—Chicos, ¿qué haremos ahora? —preguntó Chaewon, una de las amigas de Yeji y Lia, a pesar de tener la misma edad que nosotras, ella tenía una adorable cara de niña pequeña.

—Yo digo que —Haechan, el chico de piel morena que por el tiempo que llevaba aquí pude darme cuenta de que es muy ocurrente e inquieto.— Juguemos verdad o reto. —además de ser un maldito.

Todos estuvimos de acuerdo, aunque yo en el fondo no tanto, es que en mi poca experiencia jugando esto, sé que nunca acaba bien.

Girararon la botella y esta apuntaba a Yeonjun y Yeji.

—Verdad. —se adelantó a la básica pregunta.

Choi pensó por unos segundos hasta que su bombilla interna se iluminó.
—¿Que tal te fue con tu primer Crush?

Este chico.

Yeji fijó su vista detrás de mi y tras unos pocos segundos respiró profundo y habló.

—Hace unos ¿cinco? ¿cuatro años? había un chico que me gustaba, estaba en mi salón y siempre lo observaba, no tenía novia y eso me alegraba mucho. Bueno, un día me decidí y esperé a que fuese hora de recreo, me acerqué a el cuando aún estábamos en el pasillo y le pregunté si podíamos hablar en un sitio más apartado a lo que me respondió que lo que le quisiera decir se lo dijera en ese momento. Ya saben, me confesé, le dije que me había gustado desde hace mucho y —soltó una risita.— me dijo que no estaba interesado en mi, el quería a otra chica. ¡Lo peor es que se lo dije en el pasillo! ¡Frente a casi toda la escuela! Después de eso falte dos semanas enteras. —hubo un silencio incómodo en el que nadie sabía que decir.— Oigan, pueden reírse, eso ya está superado.

Todos soltamos una gran carcajada, incluso Hyunjin, el chico lindo con un lunar bajo el ojo, curiosamente todos los chicos aquí eran hermosos ya que Jaemin no se quedaba atrás en belleza y lo sabía alardear muy bien.

—¿Todavía te gusta?

—Solo es una pregunta. —Hwang le guiño un ojo a Yeonjun y este quedó indignado, como la diva que es.

Seguimos jugando y reímos de los retos que nos poníamos unos a otros o de nuestras más vergonzosas anécdotas.

Nunca pensé que me sintiera tan bien hablando sobre cosas del pasado.

—Hayeon.

La botella nos apuntaba a Yeji y a mi. La chica tenía una sonrisa muy malvada en su rostro y eso no me dejaba muy tranquila.

—Verdad.

Hwang estaba apuntó de hacerme una pregunta pero Hyunjin la interrumpe antes de siquiera empezar.

—Esta es la tercera vez que te toca y las dos anteriores escogiste verdad por lo que obligatoriamente te deben de poner un reto. —su mirada burlona me decía que disfrutaba de mi cara llena de indignación.

—Buena esa Hyunjin. —Yeji y el chocaron los cinco y hasta ahora no me había percatado de lo parecidos que eran.

Mi queridísima amiga y compañera de trabajo miró a Yeonjun y asintió al instante.

Esto no me gusta.

—Hayeon. —hice un sonido con mi garganta para que procediera, esa sonrisa imborrable de su rostro no me daba buena espina.— ¿Qué te parece estar encerrada en un closet durante diez minutos?

Me encogí de hombros, al menos no era algo tan malo, cualquiera lo puede hacer.

—Vale, pan comido.

—No he acabado. Tienes que encerrarte con Soobin.

—¿Eh?














恨 (Hèn) | 𝘊𝘩𝘰𝘪 𝘚𝘰𝘰𝘣𝘪𝘯 (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora