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—Ah. ¿Ahora qué hacemos?

—No te preocupes. Traigo paraguas.

Mi salvación.

El día de hoy no es como los demás; soleados y un cielo azul. No, hoy está todo nublado y gris, lo que trajo consigo una gran lluvia, claro, cuando entré a trabajar no había caído ni una sola gota de agua, pero ahora que quiero regresar a casa a darme un baño, quizás comer y acostarme a dormir, pues no puedo por el simple hecho de que el clima no está para nada a mi favor.
Por suerte y mi poste-amigo trajo su paraguas.

—No sabes cuantas ganas de abrazarte tengo... —comenté con la mayor sinceridad.

—Adelante. —separó levemente sus brazos de sus costados, dándome vía libre para abrazarlo.

—...pero sólo te daré las gracias.

Se quejó como un pequeño bebé que esta más que claro, no es.

Le indiqué con la cabeza que deberíamos de salir ya. Abrió su paraguas antes de irnos y cuando estuvimos fuera nos encargamos de cerrar la cafetería.

Odio que mis tenis estén mojados por tener que caminar por encima de los charcos de agua, es una sensación un tanto incomoda, pero no tanto como estar tan pegada a Soobin, aún me resulta algo raro le cercanía entre nosotros.

Bueno...

Para que memtir. No es exactamemte incomodidad lo que siento ahora, más bien en estos momentos soy una bola de nervios.

—Oye —comemzó a hablar así que me vi obligada a levantar la cabeza para poder mirarle. Su mirada ya estaba sobre mi persona y debo admitir que nunca  le presté mucha atención a sus ojos, tan obscuros, se sentían infinitos, como si miraras al espacio.

Que vergüenza me da haber pensado en eso. Suerte que  hay gran obscuridad y el rojo de mi cara pasa desapercibido. Hizo un sonido con su garganta y me doy cuenta de que me perdí en mis pensamientos durante unos minutos.

—¿Qué tal tu nuevo hogar?

Vaya, pensé que preguntaría algo más...¿importante? Con esto no quiero decir que la este pasando mal en casa de mi tía, no, todo lo contrario. Es un lugar bastante tranquilo pero sin llegar a ser aburrido, mi prima le quita el aburrimiento a todo, es tan ocurrente e intranquila que me da gracia, mi tía y su esposo son muy liberales, nos dejan hacer lo que queramos hasta cierto punto, son como unos segundos padres para mi y me siento muy agusto en su casa.

—Genial. —miré hacia delante para no tropezar o algo parecido.
Mi rostro tenía una gran sonrisa recordando que ayer en la noche mi prima decidió hacernos una mascarilla con una receta de internet  y acabamos con la cara amarilla un buen rato.

—Tu cara delata que eres feliz allí. —lo miré y asentí con una sonrisa.—No me has dicho la dirección, —hice un sonido algo extrañada por su interés en saber donde vivo.— me refiero a que te dejaré allá.

—Ah, no tranquilo, no hace falta que me acompañes, queda bastante cerca del edificio donde vives.

—¿Ah si?

—Si, unas cuatro manzanas y media.

Pensó por unos segundos, quizás intentando ubicar la dirección, algo imposible porque no le dije en que sentido vivia exactamente.

—Hmm, no me logro ubicar. —Frunció el ceño aún con la mirada al frente y luego comenzó a sonreír mirándome.— Oye. —me habló en tono juguetón aún con esa gran sonrisa de conejo en sus rojos y perfectos labios.

—¿Qué? —Arrugue mi nariz para intentar concentrarme en sus ojos y no en sus labios.

—Ahora tendrás que pasar a buscarme tu para ir a la escuela.

Vaya, eso no lo había pensado. La verdad no me molestaría pasar a recogerlo, siempre es bueno socializar con alguien de camino a la escuela, la verdad no estoy muy segura de esto ya que siempre hago mi camino sola, a excepción de este curso que Soobin me ha acompañado.

Para mi no es problema, pero creo que para el si, pues digamos que algunas veces “no escucho” el despertador.

—Creo que sí. —asentí para mi misma.

No recuerdo en que momento nos pegamos más, pero ya estábamos casi aplastados el uno con el otro.

Quizás sea el frío.

Con gran disimulo comencé a alejarme poco a poco para que no notase nada, ya tenía un brazo fuera del paraguas, obviamente mojándose, quise separarme un poco más pero su voz me interrumpió.

—¿Nunca has tenido... Oh cielos. ¡Hayeon! ¡te estás mojando!

De forma muy rápida pasó su antebrazo  por mi cintura y me acercó a el, regresando a nuestra antigua posición, podría decir que ahora si estábamos más pegados.

Si hace un rato me consideraba una bola de nervios, ahora me encuentro peor y es que nunca ningún chico había estado tan cerca de mi y mucho menos un brazo masculino ajeno al de mi familia se había posado sobre mi cintura.

Que alguien me ayude.

Me imagino que las personas que pasaban por nuestro lado o cerca de nosotros pensarían que somos una pareja feliz que caminan juntos a casa bajo la lluvia después de un duro día.

Pero no, si extraemos la parte de “pareja feliz”, todo tiene más sentido.

Hace pocos minutos pasamos su edificio, faltaba menos tiempo para estar en mi nueva casita.

—Mi ibas a preguntar algo ¿qué era? —volví a mirar hacia arriba para fijarme bien en el.

Unos notables nervios se apoderaron de el y dirigió su vista a mi.

—Ah si. Te preguntaba que si nunca habías tenido...tenido uhm mascotas.

¿Era eso?

—Creo que ya conociste a Hana.

—Ah si, tienes razón.

Le indiqué que doblara en una esquina, cada vez faltaba menos para quitar su antebrabrazo de ese lugar, cuando lo haga, podré respirar con total tranquilidad.

¿Por qué hasta ahora no le he dicho que saque su antebrazo de mi cintura?

Simple.

¡No puedo! Es algo que se siente tan bien pero a la vez tan incómodo que no sé que hacer.

Me detuve al estar en la entrada de casa de mi tía, Soobin hizo lo mismo y miró hacia al frente.

—Es bonita.

—Si.

Me puse frente a el, aún sostenía mi cintura, pusé mis manos sobre cada uno de sus hombros y me estire lo más que pude quedando sobre las puntas de mis pies, di un pequeño salto y mis labios chocaron con su mejilla.

—Adiós.

Ah.

Salí corriendo y puse mi mochila sobre mi cabeza para evitar mojarme más.
Llegué hasta la puerta y la toqué con gran apuro. ¿Donde estás tía?

La puerta fue abierta dejando ver a mi prima. Entré y corrí por el pasillo directo a las escaleras pero antes de subir volví a donde se encontraba mi prima y le di un beso en la mejilla.

—Te amo Yuna.

恨 (Hèn) | 𝘊𝘩𝘰𝘪 𝘚𝘰𝘰𝘣𝘪𝘯 (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora