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El señor Kim llegó como a las dos de la tarde, dijo que debía darnos una noticia por lo que esperamos a que la cafetería se quedara sin clientes para poner el cartel de cerrado.

Nos sentamos en la mesa de al lado de la ventana. El señor Kim y Yeonjun de un lado y Yeji, Soobin y yo del otro.

Creo que los cuatro estábamos nerviosos. "¿Y si me despiden?" posiblemente esa era la pregunta que pasaba por nuestras cabezas.

-Bien chicos, no se preocupen, no es nada malo. -todos dejamos salir el aire que teníamos retenido desde que nos dijo que nos daría una noticia.- Veréis, mañana y el miércoles no se abrirá la cafetería.

-¿Por qué? -cuestionó el chico a mi derecha

-Bueno... Una señora me a contactado para festejar el cumpleaños de su hijo aquí, dijo que mañana vendría a organizarlo todo para el miércoles. Por lo tanto, tenéis dos días libres, espero que los disfrutéis.

Dio por finalizada su charla con una gran sonrisa antes de salir del local.
Volví a poner el cartel de abierto y al rato algunas personas llegaron.

-Chicos. -Yeonjun nos llamó para que nos acercáramos a el, se encontraba detrás del mostrador secando unos vasos con un trapo. Yeji que se encontraba depositando el dinero en la caja terminó su labor y se acercó más a el, lo mismo con el rascacielos y yo, pero nosotros estábamos delante de la barra.

-¿Qué sucede?

-Ya que mañana no tenemos que venir... -ya veo por donde va la cosa.- ...he pensado en que quizás podríamos salir los cuatro. ¿Qué os parece?

Miré a Yeji y esta me asintió con su cabeza. Lo mismo con Soobin.

-Vale. -dijimos los tres al unísono.

-Entonces nos vemos mañana aquí mismo a las 10:00 am.

¿Por qué tan temprano?

(...)

-Dijiste que ya no me molestarías más.

-Pero si es por tu bien. Fíjate, ya casi es de noche.

Llevé mis dedos índice y pulgar al puente de mi nariz. Contando hasta 20 para no cometer una estupidez.
Si me pongo a pensar tiene algo de razón ya que en unos diez minutos anochecerá y yo demoro en llegar a casa alrededor de media hora. Quizás, sólo quizás, no sea tan malo dejarlo que me acompañe.

-Ok.

Comenzamos a caminar igual de tranquilo que el otro día sólo que esta vez no me aguante y me puse mis audífonos.

Sentí dos toquecitos en mi hombro derecho, giré mi cabeza y Choi estaba unos pasos atrás de mi.

Ya me conseguí guardaespaldas.

-¿Qué? -quité un audífono de mi oreja esperando que dijese algo.

-Yo... ¿Me dejas escuchar?

Su sonrisa parece la de un niño, un niño pequeño e inocente cuando pide un caramelo. Pero el no es un niño, mucho menos es pequeño y de inocente yo no le veo nada.

-No creo que te guste Ariana Grande.

-En realidad si me gusta.

Suspiré rendida y le entregué un audifono para que escuchara junto a mi. No es que sea tacaña ni nada, solo que no me gusta prestar mis audífonos, todo lo que me pida se lo doy pero mis bebes son únicos. Considerando que tuvo la caballerosidad de acompañarme a casa no me queda de otra que dejarlo que escuche música junto a mi.

-¿Quieres que te pase a recoger mañana?

-Está bien, Choi.

-No me digas Choi.

-Como quieras, Choi.

Hizo un puchero que -debo de aceptar- lo hacía ver muy tierno.
Nos paramos frente a mi casa y quedé de pie frente a el. ¿Qué le puedo decir?

-Umh, entonces, adiós. -dejé la palma de mi mano sonre sus hombros durante unos segundos mientras me dedicaba a sonreirle.- Nos vemos mañana rascacielos.

Entré a casa y antes de cerrar la puerta lo mire, seguía parado donde lo había dejado con cara de ¿Wtf bitch?

-¿Quién era tu amigo?

Llevé mi mano a mi pecho por el susto que me causó mi madre.
-¡Mamá! -reproché con un chillido.

-Dime. -elevó una ceja esperando mi respuesta.

-Ah, el es un compañero del trabajo. -le di mi sonrisa más inocente para que me creyese. Aunque de todas formas era verdad ¿o no?.- Oh mamá, mañana saldré con mis compañeros, el señor Kim nos dio el día libre.

-¿El chico irá? -asentí mirándola con una ceja alzada ¿y eso que tiene que ver?- Entonces si puedes ir.

-¿Ah?

Se fue a la cocina dejándome sola y confundida por su actitud.
Me encogí de hombros y seguí los pasos de mi madre. Ya va siendo hora de que caiga algo en mi hermoso estómago.

-Tu padre llegará tarde. -avisó poniendo los platos en la mesa.

-Ya veo. -Me lavé las manos y luego me senté al lado de mi madre para comer las delicias que suele prepararme.

(...)

¿Por qué Yeonjun quiso que nos reuniéramos tan temprano?

8:30, mi despertador sonando por toda mi habitación, obligándome a salir de mi comoda cama.

A lo mejor toda la culpa no es de Yeonjun, y es mía por quedarme viendo Pretty little liars hasta la una de la madrugada.

Con mucha pesadez arrastré mis pies hasta el baño, puse mi celular en el lavamanos mientras se reproducían canciones muy alegres para esta hora de la mañana. Quizáz eso y la ducha me ayuden a despertarme completamente.

Minutos después salí de la ducha, un poco más despierta por suerte.
Bien, y ahora. ¿Que me pongo?

Lo primero que vi fue una saya ajustada de color rojo y una csmiseta ancha negra.
No quedé súper fabulosa pero me veía bien con ese outfit, mi pequeña mochila y mis converses negros.

Bajé las escaleras para ir directamente a la cocina, nadie esta despierto por lo que puedo andar con la mayor libertad del mundo.

Me comí mi improvisación de desayuno y espere sentada en el sofá a que el rascacielos llegase.

Rascacielos.

Ya estoy fuera de tu casa.

Acomodé mi mochila sobre mis hombros y me di una última mirada en el espejo del pasillo. Abrí la puerta y vi a Choi del otro lado de la reja esperando. Al verme me saludo con la palma de su mano y una amigable sonrisa, repetí su acción pero menos expresiva.

-Te ves muy linda, Hayeon

Y eso bastó para que mi cara estuviera del mismo color que mi falda.

恨 (Hèn) | 𝘊𝘩𝘰𝘪 𝘚𝘰𝘰𝘣𝘪𝘯 (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora