Capitulo 29
—¿Qué haces aquí? — cuestiono Beatriz.
No se encontraba de humor para lidiar con nadie y lo último que quería era verle la cara de satisfacción que portaba su madre en aquel momento.
Que no habría que ser adivino para saber porque se veía tan satisfecha.
—¿Que no puedo venir a visitar a mi hija? — Bea, rodó los ojos.
Ver a su madre frente a ella, sonriendo como si nada hubiera hecho le hirvió la sangre.
¿Por Dios su hermano estaba sufriendo y ella solo estaba saboreando su triunfo?
— No estoy de humor para soportarte — le dijo sin pelos en la lengua.
Ella más que nadie sabía que su relación de madre e hija había acabado hace mucho tiempo. Cuando su propia madre se encargó de arruinar su felicidad.
Su madre olvidaba rápido, pero ella no — se dijo aun dolida, por el pasado.
Nunca podría olvidar aquellos ojos verdes que la miraron con rabia, dolor y un inmenso odio hacia ella cuando...
Desvíos sus pensamientos.
Pensar en aquello, causaba que su corazón, sangrara de dolor.
Lo último que quería pensar, en lo débil que fue.
Porque pensar en aquello, la mataba por dentro y le daban ganas de morir, por no haber podido, ser más fuerte y enfrentar a su madre a tiempo.
— Cuida tu tono, que, aunque te pese sigue siendo tu madre — la regaño la matriarca, entonando sus ojos negros en ella.
— Madre dime qué demonios hiciste para separar a mi hermano de su esposa — le reclamó Beatriz a su madre con odio. Ignorando lo que había dicho anteriormente.
— Eso a ti no te importa — dijo su madre, en un noto gruño.
— No te vasto con acabar con mi vida, también tenías que destruir la de John solo para cumplir tu capricho, de hacer tu voluntad. Pensé que habías cambiado, pero ahora me doy cuenta que no..., que disfrutas ver a tus hijos sufrir y ser infelices, solo para llenar tu ego..., no sabes cuánto te odio mama.
— No me hable así — le dio una bofetada.
— Es la verdad, a partir de ahora olvídate de que tienes una hija porque para mí estás muerta — le contestó con amargura la pelinegra, que había hecho hasta lo imposible por llevarse bien con ella. puesto que Fer se lo pidió casi rogándole, que lo hiciera.
— No digas estupideces, lo que hice en el pasado fue lo mejor... ese idiota no te convenía... no te iba a dar la vida de reina que estabas acostumbrada.
— Yo lo amaba... — grito fuera de sí.
— Ese hombre no era para ti y si tuviera que volver a serlo, lo haría de nuevo. — dijo sin ningún remordimiento.
— Si — dijo con amargura, tocándose el vientre, mientras de su rostro caían ríos de lágrimas de dolor — sé que para ti no fue nada. Pero a mí me marcaste de por vida.
— Hija — intentó tocarla su madre. Mas esta se apartó.
— No me toques — dijo, con amargura — vete de mi casa, sabes que después de lo que hiciste en el pasado y ahora a mi hermano, no eres más bienvenida a mi casa.
— Esa mujer no se merece a mi hijo- gritó con los ojos nublado de odio, encostra de su nuera.
Esta no quería recordar el pasado, lo que había hecho a su hija, no obstante, todo lo que había hecho, lo hizo por su bien.
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Mi Jefe Es Un Patán
Ficção AdolescenteLibros #1 Atrapados por el deseo John Jones Casanova es el típico hombre de negocios frió y calculador que no se detiene ante nada ni nadie hasta obtener lo que quiere a como de lugar. Pero sobre todo es un idiota insoportable, que no pierde la opo...