[CAPÍTULO 18]

166 9 49
                                    


21/03/2021  |  Hospital general de la Rebeldía, Inazuma, Japón.

Nada más abrir los ojos recibió la luz de la lámpara que había provocado que se despertara, suspiró sintiendo cómo su cabeza le dolía muy poco, el poco tiempo que había dormido parecía haberle servido de sobra

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Nada más abrir los ojos recibió la luz de la lámpara que había provocado que se despertara, suspiró sintiendo cómo su cabeza le dolía muy poco, el poco tiempo que había dormido parecía haberle servido de sobra.

Pero... ¿en qué momento se había acostado? Estaba en una camilla de la sección de urgencias, el cuarto tampoco era muy grande, pero lo que le llamó la atención era eso precisamente, era en urgencias, cuando buscaban alguna cama libre en la que poder acostarse y dormir unas horas, usualmente era en la sección de planta, no en una habitación que podía ser tan concurrida y con camas contadas.

Nada más incorporarse un poco sintió una leve molestia en la parte interna del brazo, y al mirarlo sólo suspiró confirmando sus sospechas. Tenía una vía puesta que lo conectaba con un botecito que suponía que sería suero. Sólo suspiró bajándose de la camilla hasta tomar sus anteojos que estaban colocados en una mesita junto a algunos algodones y objetos listos para ser utilizados.

Ya pudiendo ver con claridad, se fijó en aquel bote transparente casi vacío, no se trataba de suero en sí, era glucosa, y el saber eso lo hizo imaginar mejor lo que había sucedido.

Se aprovechó de los algodones para quitarse la vía y apretar un momento el punto donde había entrado el catéter con el algodón. Empezó a recoger lo demás para luego lavarse una segunda vez las manos y colocarse los guantes negros que estaban junto a los lentes cuando se despertó. Una vez tenía todo listo se colocó la bata que también le habían quitado y se dirigió al otro lado de la cortina. Había una chica de unos veinte años en la otra camilla, también se había quedado dormida así que no tuvo que preocuparse mucho por ella, revisó que su suero seguía lleno y justo cuando iba a salir de la habitación, alguien más entró en ella.

—Pavel, ya veo que te despertaste y todo va bien —sonrió nada más verlo e incluso rio un poco por la sorpresa del opuesto.

—Sí, estoy bien pero... ¿me desmayé?

Ella rio por su forma de decirlo y asintió sentándose en una de las sillas plásticas que estaban contra la pared.

—Sí, eso parece, Kane me avisó hace un rato. Los dos iban a entrar a una cirugía, ¿te acuerdas?

—Sí, era un trasplante de corazón, Kane y yo íbamos a ir como ayudantes, hasta ahí todavía llego.

Camelia rio de nuevo y asintió un par de veces.

—Bueno, pues según Hurley, nada más entrar al quirófano te desplomaste —la mirada casi acusadora de Pavel hizo que riera aún más y luego asintiera—. Sí, dice que fue literalmente así, ni siquiera llegaste a lavarte las manos, no te habías puesto los guantes ni nada, fue entrar y caer al suelo. De nuevo fue el azúcar.

Él asintió con cierta frustración en la mirada y correspondió al gesto de Camelia de tomarle la mano.

—Pero no pasó mucho más, te trajeron aquí, te pusieron la glucosa y has estado descansando. De hecho ahora venía a medirte el azúcar para mandarte a casa ya pero te adelantaste.

HELL: Survivors   |   Inazuma Eleven Go AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora