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MÚNICH, ALEMANIA 31 de octubre del 2020
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LEON APRIERTA MI MANO CUANDO ENTRAMOS AL SALÓN, probablemente se dio cuenta que venir disfrazado de faraón no era una buena opción con todos sus compañeros de equipo a su alrededor. Alessia cumplía años, y su fiesta era usada también como fiesta de halloween. Mi atuendo era de Cleopatra, y Leon era un faraón — por decisión propia, claro estaba—.
A lo lejos veo que mi hermana ya estaba con Robert, y si vestimenta era basada en el cadáver de la novia. Por cierto, hoy hicieron oficial su relación en público.
— Necesitaremos alcohol si vamos a estar así toda la noche. — Leon señala nuestras vestimentas. — Ahora vengo. — Mi novio se va a la barra y yo camino por el lugar en busca de alguien conocido. Una cabellera rubia bastante peculiar está de espaldas a Manuel, y no dudo en ir a saludar.
— Pero mira quién está por aquí. — Marco gira en cuanto escucha mi voz y sonríe. Manuel mete sus manos a los bolsillo de su pantalón y se limita a sonreír.
— Cam, que bueno es verte. — besa mi mejilla y el tacto de su mano con mi brazo hace que me de un escalofrío.
Manuel parece ver algo le desagrada, así que sin decir más se va dejándonos solos.
Mirtaño, seguramente.
Marco me platica entre sonrisas que Emily cada día crece más, y que poco a poco está aprendiendo cosas nuevas. La paternidad le sentaba de maravilla, de eso no había duda.
—... y ahí está, con sus abuelos en Berlín. — termina diciendo mientras relambe sus labios luego de tomar un trago de cerveza.
Pierdo la noción del tiempo hasta que la mano de Leon se posa en mi espalda y me pasa un vaso de cerveza. Marco sonríe apenado, como si platicar conmigo a solas estuviera mal. Leon le da un golpesillo en el hombro y le sonríe.
