4. FELIZ CUMPLEAÑOS

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MADRID, ESPAÑA 27 de junio 2020

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MADRID, ESPAÑA
27 de junio 2020

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LOS PREPARATIVOS DE LA FIESTA ESTABAN LISTOS, Ander era el que cumplía años, treinta y dos para ser exactos. Todos nos encontrábamos platicando acerca de temas de trabajo, viajes, o de fútbol como era el caso de Sergio, Asensio, Robert y Marcelo. Nuestra familia tenía una gran relación con la plantilla del Madrid, todo empezó cuando papá estuvo involucrado en lo que sería el nuevo diseño del estadio, y luego cuando mamá colaboró en el vestido de Pilar en su boda. Alexandra era la que tenía una relación más estrecha con Sergio y Marcelo, con el primero porque trabaja junto a su hermano desde hace años y eso hizo que se volvieran mejores amigos, con el segundo, porque Thiago de cierta manera los unió más. Yo, por otro lado tenía más amistad con Asensio, porque era mi versión en masculino.

— Por cierto, ¿Qué haces con Leon Goretzka? — pregunta el brasileño. — No sabía que ya tenías novio, Milita.

Suelto un bufido al escuchar como me dice, sabían que no me gustaba para nada ese apodo. Miro al alemán que estaba junto a Asher y mi padre hablando de quien sabe que.

— Es mi amigo. — contesto sin mas.

Marco y Marcelo se miran entre ellos mientras Alex y Sergio hablan de algo un poco alejados de nosotros.

— Estás saliendo con él, eh. — Dice Marco dándome un leve golpe en el hombro. — ¿Por qué no me habías contado?, eres una mal amiga, Alena. — Marcelo suelta su típica risa que te contagia de alegría y yo niego.

— No estamos saliendo, solo nos acostamos. — respondo y luego de que ellos parecieran creerme me voy a la cocina para marcarle a Brad y preguntarle si vendría.

El timbre suena y no tarda en contestar, definitivamente era mi favorito. Solo esas personas eran dignas de tener celular, las que sí contestaban.

¡Honey! — dice al instante que comienza la llamada.

— ¡Corazón! — digo de la misma forma que él mientras me siento en una de las sillas que están alrededor de la isla de la cocina.

— ¿Cómo estás? — escucho los ladridos de Sam, su perro. — Sam, guarda silencio que tengo a Cami en llamada. — se aleja un poco del celular para decir aquello pero igual alcanzó a escucharlo.

— Los extraño un montón y eso que los acabo de ver. — digo y hago un puchero como si me estuviera viendo.

— Y nosotros a ti, lo único bueno de que no estés, es que puedo agarrar tus coches. — dice. Era buen punto, siempre le dejaba las llaves de mi casa, donde tenía las llaves de los carros, y él junto a Harry aprovechaban para salir en ellos.

— Brad, solo no subas a nadie que no seas Joanne al coche, hijo de puta. — digo recordando la última vez que subió a sabe dios quien y dejó su ropa interior en mi jodido auto.

— Buenos recuerdos eh. — dice y ríe. — Pero no hablabas para eso, ¿para qué me hablabas?

— Eh, ¿vendrás? — pregunto mirando mis uñas.

— ¿A dónde? — pregunta confundido.

— Bradley.

— ¿eh? ¡AHHH! — parece recordar que me había prometido venir. — Lo olvidé por completo, Harry tiene un viaje a Argentina, y quiere que vaya con él. ¿Me perdonas?

— Solo si prometes comprar Mate y traerme algún argentino, eh. — digo y me bajo de la silla topandome a Leon recargado en el marco de la puerta.

— Lo haré, nos vemos pronto, Cam. Te quiero.

— Adiós, te quiero más. — digo y cuelgo la llamada.

Leon me sigue mirando con la misma expresión de siempre, a veces me era difícil descifrar si estaba feliz, triste o si quería matar a alguien, aunque supongo que ahora solo era él.

— ¿Desde cuándo estás aquí? — pregunto desde mi lugar.

— Desde que le pediste que te trajera un argentino. — dice y eleva una ceja. — ¿Qué tienen los argentinos que los alemanes no? — pregunta él.

— Mate. — respondo y él rueda los ojos. — pero me gustan más los alemanes. — digo y lo miro. Leon parece conformarse con lo que digo.

— Los alemanes somos superiores, Camila. — dice y me tiende su mano para ir con Ander que estaba a punto de cortar el pastel.

— Lo que digas, cielito. — respondo y el no entiende lo último. Tomo su mano y vamos en busca de mi familia y amigos para ver como Ander se emarraba la cara de pastel.

Asher y Marco estaban detrás suyo mientras mis papás y Alex grababan.

— Anda Ander, dale la puta mordida de una vez, no te pasará nada. — grita Ramos ganándose un codazo de Pilar.

— Asher, no me empujes o no la cuentas eh. — dice mi hermano antes de acercarse a darle la mordida. Marco parece no pensarlo y es el primero en empujarlo, pero en ese mismo momento reaccionó Asher haciendo que lo empujaran a la misma vez, ¿el pastel? ni siquiera había pastel.

— ¡El pastel! — grita mamá ignorando que su hijo tenía más betún en la cara que el mismo pastel.

— ¡Joder, mi nariz! — se queja Ander. Robert fue el primero en carcajear seguido de todos, hasta de León, ganándose mi mirada. Que bonita risa tenía, debería hacerlo más a menudo.

Goretzka se da cuenta que lo miro y me mira sin dejar de sonreír. No dice nada y pasa su brazo por mis hombros, y volvemos la vista al espectáculo que teníamos frente a nosotros.

Madrid había sido muy buena idea después de todo.

𝗚𝗢𝗢𝗗 𝗧𝗛𝗜𝗡𝗚 ━━ Reus, Goretzka Donde viven las historias. Descúbrelo ahora