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MÚNICH, ALEMANIA 23 de abril 2020
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BUSCO MI BLUSA POR LA BLANCA HABITACIÓN pero no la encontraba, seguramente Leon la había tirado a algún lugar lejos de nosotros ayer. Mierda, no podía irme así. Escucho un bostezo y supongo que es él que recién se despierta.
— Necesito una camiseta tuya. — Digo y lo volteó a ver. Goretzka asiente mientras eleva sus brazos en medio del bostezo. Voy al closet donde toda su ropa se encuentra perfectamente acomodada y tomo una camiseta negra, la cual no pensaba devolver siendo sincera. La meto en mi pantalón y vuelvo al cuarto donde el castaño ya se encontraba sentado en la cama.
— ¿Te vas? — pregunta mirando como terminaba de ponerme mis zapatos.
— Sip. — digo recordando que mis hermanos me esperaban para comer antes de volver a Madrid. Leon no dice otra cosa. Me levanto de la cama y tomo mi bolso para irme de la casa.
— ¿Irás a New York? — me pregunta casi en un grito. Yo volteo antes de verlo y contesto.
— Madrid. — respondo. — pero mi número no cambiará, solo recuerda no marcar antes de medio día. — Leon sonríe y yo salgo de su habitación dejándolo completamente solo.
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ Alexandra trataba de que Santiago terminara su comida, pero el niño se negaba. Asher nos contaba acerca de su trabajo y Ander nos ignoraba mientras jugaba con Alana.
— por cierto, ¿dónde estuviste ayer en la noche y hoy en la mañana? — interroga mi hermano mayor. Alex y Ander enseguida me miran.
Puto Asher chismoso.
— ehh... — comienzo diciendo pero ninguna excusa es bastante buena. — Estuve con alguien, ya saben — digo viendo a Santi, quien estaba atento a la conversación y no sería nada adecuando decir que estaba haciendo, donde y con quién.
— Ohhh. — sueltan los tres.
— Alex, ¿vendrás con nosotros a Madrid? — pregunto sacando otro tema para olvidar el mío. Mi hermana niega.
— Iré en el cumpleaños de Ander y papá. Me está gustando Múnich. — responde mientras mira la vista que teníamos desde aquí. Asher rueda los ojos.
— Alex, si vuelves a Madrid antes de lo dicho, te prometo cuidar a los niños tres veces por semana. — Dice Ander y Alex parece pensarlo.
— No le creas, Ander nació para mentir. — respondo y el susodicho me mira como si quisiera matarme.
Lo que restaba del día la pasamos juntos, hasta que llegó la tarde y tuvinos que partir a Madrid. La despedida fue triste como siempre que nos teníamos que superar, pero había prometido volver, tenía que volver. En cambio, Asher y Ander no volverían ni aunque mamá les pagara.
El vuelo a Madrid fue tranquilo, incluso con los ronquidos de Asher en mi oreja y el llanto silencioso de Ander mientras miraba Diario de una pasión. Llegamos a Madrid cuando la noche cayó, y dios, no podía creer que había dejado Madrid para emprender vuelo a New York.
