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Los estudiantes estaban en una clase que la verdad a nadie le interesaba, mantenían mirando al techo, hablando entre ellos mediante murmullos o simplemente dibujando garabatos en la parte de atrás de sus cuadernos para gastar tiempo y creer que se...

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Los estudiantes estaban en una clase que la verdad a nadie le interesaba, mantenían mirando al techo, hablando entre ellos mediante murmullos o simplemente dibujando garabatos en la parte de atrás de sus cuadernos para gastar tiempo y creer que se pasa más rápido, pero claro, cuando el profesor dejaba de dar la espalda a sus estudiantes, ellos se dedicaban a copiar cada letra de cada palabra y hasta los pequeños detalles que el profesor anotaba en el tablero.

El profesor al dar vuelta sobre sus talones para ver a los estudiantes, se dedicaba a pasar su vista por cada estudiante para verificar si ellos están haciendo su única labor dentro del colegio. Tras terminar su revisión, decidió sentarse en el escritorio destinado a los profesores, esperando a ver cómo sus estudiantes separaban sus ojos del cuaderno y explicar lo escrito en la pizarra.

Sus ojos seguían pasando por cada estudiante como si eso fuera lo único interesante en esa aula en completo silencio. El profesor posó en cierto estudiante, el cual no copiaba nada en su cuaderno y mucho menos miraba el tablero, solo parecía perdido mirando por la ventana. No le dio importancia. Solo tenía que hacer su deber como profesor, y el que no quisiera prestar atención era problema de esa persona.

Se levantó del asiento y carraspeó su garganta con tal de llamar la atención de estos jóvenes.

—Chicos y chicas, ¿ya copiaron?—Consultó de manera calmada, el dolor de cabeza de verdad que lo consumía el día de hoy.

—Si señor— Se escuchó por un lado, y por otro, otras afirmaciones.

—Perfecto, así que explicaré.— Giró su cuerpo en los talones, dando su ancha espalda a sus estudiantes mientras explicaba y citaba frases y palabras clave que eran cruciales para entender sus temas, también como pequeños detalles que nadie le tomaba importancia y que siempre salen en el examen final. Ya saben, lo típico. El profesor revisó el reloj de su muñeca derecha, captando que faltaban casi diez minutos para que sonara el timbre y diera inicio al almuerzo.— ¿Entendieron? ¿Tienen alguna pregunta?

Nadie respondió, en realidad nadie entendía nada y preferirían quedar callados a responder o preguntar algo que fuera idiota a los oídos del profesor.

El docente se cruzó de brazos, suspiró alarmando a los estudiantes, pero la suave risa que soltó hizo a todos contagiarse un poco, provocando unas sonrisas en algunos estudiantes.

—Está bien, entiendo que están cansados, nos vemos casi todos los días, será mejor dejar hasta aquí. — mencionó con una pequeña sonrisita en sus labios. — Eso si, la próxima clase haré quiz.

El silencio se rompió de inmediato y abucheos y negaciones de hicieron presentes en menos de un segundo.

—No profe, así tampoco. — Se quejó un estudiante y el profesor solo se carcajeó.

Parecía un profesor estricto al que le gusta el silencio, todo en orden y en perfecto estado. Pero su joven edad a veces lo delataba en ser todo lo contrario.

❛La última vez que se amaron❜ x 〘MinSung〙 x「Omegaverse」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora