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Un nuevo día anunciaba los rayos de sol, con un cielo claro y despejado y un JiSung totalmente agotado

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Un nuevo día anunciaba los rayos de sol, con un cielo claro y despejado y un JiSung totalmente agotado.

De verdad que no quería levantarse solo para ir y copiar todo lo que los profesores dictaban. Preferiría quedarse en casa procrastinando, desperdiciando el tiempo y pocas energías en cosas que no le resultarían benéficas para su futuro.

Y su ánimo era peor especialmente cuando su mamá no estaba, tenía que levantarse por si solo con la molesta alarma que le aturdía cada vez que sonaba, hacer su propio desayuno, almuerzo y comida, también permanecer solo en casa y tener miedo a salir por ser un indefenso omega. JiSung llevaba casi una semana sin ver a su querida mamá, pero ella siempre permanecía ocupada en el hospital.

Al terminar sus labores propias básicas, tomó su mochila e introdujo su paquete del almuerzo, tomando las llaves de la casa para salir de la misma, cerrando con llave la puerta principal y dedicarse a caminar hasta llegar a su único destino: la escuela.

No tenía nada en su mente, solía posar su vista en sus rasguñados converse mientras daba cada paso, siempre con la mirada gacha y sus cabellos castaños cubriendo una parte de sus bellos ojitos.

Al notar que las voces aumentaban, él ya estaba justo en frente de su punto de llegada. Suspiró, hizo una pequeña mueca de disgusto y cómo antes, solo se dedicó a caminar con tranquilidad al aula de clases, dentándose en su respectivo lugar.

Nadie había llegado. Estaba solo. Y el salón parecía tenebroso. Al mirar el reloj que estaba en la pared a su espalda se fijó que había llegado casi quince minutos antes de la clase inicial. JiSung posó sus ojos en el blanquecino techo, acomodando sus brazos formando una pequeña canasta, colocando su cabeza ahí, dispuesto a dormir lo que quedaba para que iniciaran las clases.

Sin darse ni un uno por ciento de cuenta, los alumnos poco a poco empezaron a llegar, el bullicio aumentaba y JiSung ni por enterado. Su mejor amigo llegó al aula, buscando con su vista a su preciado chico. Caminó hasta su puesto, tocando el hombro de su amigo, notando que estaba en su quinto sueño. Félix solo negó con la cabeza, mostrando una tierna sonrisa.

El tiempo transcurría como siempre, los profesores llegaban al salón, saludaban a los estudiantes, les preguntaban cómo estaban e iniciaban clases, normalmente con temas nuevos, otros con quizzes, otros con exámenes sorpresas... en fin y al cabo todo se resumía en una sola cosa: estrés y cansancio en cada estudiante.

Por suerte, JiSung parecía más que tranquilo, completamente relajado, como si estuviera posado en una nube que lo arrullaba y acariciaba para que siguiera durmiendo. Ya habían pasado las tres primeras horas de clase, junto con el primer de dos descansos y JiSung, como si nada. También ya había pasado otras dos horas de clase y al parecer a los profesores ni se les ocurría llamar a lista para ver si todos sus estudiantes estaban presentes. Es como si JiSung para su suerte de hoy, fuera un fantasma para todos y cada uno de los docentes sin notar si quería su cuerpo dormido en el escritorio.

❛La última vez que se amaron❜ x 〘MinSung〙 x「Omegaverse」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora