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¿Nunca se han mirado al espejo y han pensando que lucen tan parecidos a un payaso?
Eso es lo que siento mientras la estilista termina de arreglarme el esmoquin que estaré usando mientras espero a Jisung en el altar, porque nos casaremos.
La vida da tantas vueltas, ¿no?
No tengo forma de explicar el orden de las cosas, todo simplemente sucedió tan rápido. En un segundo, nos despedíamos del otro y en aquel avión rumbo a Londres, pensaba que habíamos puesto el definitivo final a nuestra historia.
Cuan equivocado estuve, porque solo meses después de instalarme en una universidad y estarme forzando a aprender inglés, él apareció como estudiante de intercambio en mi curso. Todos los días debíamos trabajar cerca del otro y en algún punto nos dimos cuenta de lo tonto que era fingir que nada de lo que pasamos sucedió. Dejamos de ser extraños y volvimos a ser amigos. De citas de compañeros de estudio a besarnos frente a la entrada de la escuela. Susurrarnos promesas y cumplirlas. Compartir sueños y ahora, estar a punto de casarnos.
Sigo sin creérmelo.
─ Haz tomado la mejor decisión. ─ Changbin me felicita con un apretón que calma mis nervios y le da espacio a su castaño novio para que me hable.
─ Espero que sean muy felices.
Todos nuestros amigos y lo que nos queda de familiares están aquí. Principalmente Changbin fue el que más quería asistir, trayendo a mi ex compañero de equipo Hwang Hyunjin. Nunca me esperé que estuviera interesado en chicos o en alguien en general por su aficción al básquet, pero él hace muy feliz a Changbin y eso es todo lo que importa. También Jeongin nos presentó a su pareja, Kim Seungmin y su relación es todo lo que entra en la definición de extraño, pero son algo posesivos con el otro. Momo empezó a salir con una linda chica llamada Nayeon, le gusta mucho a pesar de que lo niegue pero a ella no le importa su actitud, la aprecia bastante y me trae paz lo feliz que son. De parte de Jisung, sus dos tías vinieron a verlo y lo protegen como si fuera su propio hijo, dándome el interrogatorio de mi vida pero me acogieron muy bien. También estábamos haciendo de cupido con Chris y su eterno crush Felix, los hemos sentado en la misma mesa.
Quizás no llenábamos los asientos de invitados. Mi lado era el más vacío, pero Jisung se encargaba de llenar cada hueco en mí. Me sentí tan completo cuando lo vi caminar hacia mí con su cabello teñido de un atrevido borgoña y el traje blanco ajustado combinando con el mío.
Nos lanzamos miradas cómplices. No hay dudas. Estamos donde queremos estar.
─ Debimos hacer la temática de payasos. ─Me susurra mientras el cura está dando la bienvenida, nuestras manos se encuentran como si fueran imanes juntándose.
─ Debemos alejarnos del circo un rato, ¿no? ─Él ríe despacio. ─ ¿Qué?
─ Nosotros somos el circo.
Ahora soy yo el que ríe, pero de felicidad porque estoy donde debí estar desde un principio. A su lado. Junto donde pertenezco.
Nunca me sentí más libre y feliz, quiero sentirme así por siempre, sintiendo de nuevo cada cosa que él provocó en mí y darme cuenta que todo pasa por una razón. El sufrimiento, la emoción. Alejarnos, acércanos. Al final de día, volveremos a donde pertenecemos.
Nuestras manos entrelazadas, prometiéndonos por siempre estar ahí por el otro.
Fin.
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