Recuerdo

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TEMPLO DE ESCORPIO

- Kardia. ¿Se puede saber qué haces fuera de tu templo a esta hora? Hasta dónde sé, la sanción que su santidad te impuso por tu última revuelta fue quedarte confinado en este lugar, ademas, la orden que se nos dio a todos fue reforzar la seguridad del santuario. ¿Me quieres explicar qué estás haciendo?

Alzó su rostro... - seguro ahí viene su gran burla, pensé.

- Degel... no estoy de humor para sermones, déjame pasar.

Cuando pude ver el rostro de Kardia me sorprendí. Un hilo de sangre corría desde su labio hasta su barbilla, sus mejillas estaban ligeramente rojas y su respiración era pesada.

- ¡¿Qué fue lo que te pasó Kardia?!

- Nada que sea de tu incumbencia, hazte a un lado y déjame pasar de una vez.

Kardia pasó al lado mío con pasos lentos y se dirigió al interior de su morada perdiéndose en la oscuridad. Su reacción no era la habitual, normalmente se hubiera burlado de mí hasta el punto de hacerme querer golpearlo pero esta vez no fue así.

- ¿Estará enfermo de nuevo?... Es mejor que vaya a ver, mis órdenes son claras debo velar por el bienestar de este necio.

Al disponerme a entrar a su templo....

-¡Qué!...La tierra comenzó a temblar. ¿Qué está pasando?

- Caballeros. Reúnanse todos en el templo de Aries. Estamos siendo atacados por el ejército de Hades. Debemos defender el santuario y a la Diosa Athena.

- ¡Patriarca Sage!, escuché su voz. Habló a través del cosmos...

Era claro que estábamos en estado de emergencia, debía dirigirme al templo de Aries de inmediato. Por más que me preocupara Kardia en ese momento la prioridad era defender a nuestra Diosa, además era mejor que Kardia permaneciera en su templo lejos de cualquier enfrentamiento, en su condición sería más complicado que interviniera.  - Solo espero que en esta ocasión su rebeldía sea más fuerte que su sentido del deber y que ignore las órdenes de su santidad.

AL INTERIOR DEL TEMPLO DE ESCORPIO

Kardia se dirigía con pasos lentos hacia su habitación. Estaba oscura, no encendió la luz, se dirigió a la esquina donde se hallaba la ventana, se recargó en la pared y se sentó en él frío piso. Cerró sus ojos con la cabeza inclinada hacia adelante, su rostro quedó cubierto por sus largos cabellos celestes. Respiraba con algo de dificultad y sentía una leve presión en su pecho pero no era nada grave en esta ocasión. Seguramente su malestar se había detonado por su reciente encuentro con uno de sus compañeros de armas, un encuentro no muy grato.

Por la tarde había decidido ir a caminar, llevaba demasiado tiempo encerrado en su templo así que no le importó desobedecer un poco al Patriarca y otra reprimenda más lo tenia totalmente sin cuidado.

No se alejó mucho ya que no se sentía con mucha energía para caminar grandes distancias. En la parte de atrás de los templos zodiacales se encontraban unas ruinas, las cuales visitaba con frecuencia debido a que era un lugar solitario y alejado de las personas. Cuando se sentía enfermo buscaba ocultarse, le incomodaba enormemente que lo vieran en estado vulnerable, odiaba por sobre todas las cosas que le tuvieran lastima por lo que trataba por todos los medios de estar solo cuando el dolor y la fiebre azotaban su cuerpo.

Cuando llegó a su lugar secreto se sentó y se recargó en uno de los pilares caídos. Cerró sus ojos y comenzó a respirar el aire frío que corría por ese lugar, realmente era muy agradable. Estando ahí solo llegó a su memoria un recuerdo, algo qué pasó hace unos 7 años.

7 AÑOS ATRÁS

Se encontraba en ese mismo lugar reposando, tuvo que acostarse ya que ese día no se encontraba muy bien. No recurrió a Degel ya que no se trataba de la molesta fiebre, no en esa ocasión. Su corazón le daba problemas de vez en cuando, su enfermedad de nacimiento la que siempre lo había aquejado y que ni los doctores ni Degel eran capaces de aliviar.

Era un hombre muy fuerte y hacia su vida de la manera más normal posible pero llegaba un punto en que los esfuerzos físicos le traían consecuencias y a diferencia de cualquiera de sus sanos compañeros él si tenía un límite y eso le chocaba.

No estaba totalmente dormido pero mantenía sus ojos cerrados para tratar de controlar su respiración y los rápidos latidos de su corazón. Le dolía ese golpeteo constante dentro de su pecho por eso, aunque no le gustara, debía hacer una que otra pausa en el día para calmarse.

De pronto escuchó un ruido. Abrió sus ojos pero no se movió, aquello no representaba ninguna amenaza.

- Sal de ahí, ¿porque me estás espiando?

Detrás de un arbusto salió una pequeña niña de cabello violeta y hermosos ojos color esmeralda. Usaba un vestido negro , estaba cubierta de hojas y temblaba de miedo.

Kardia la miró de pies a cabeza con total fastidio.

- ¿Qué haces aquí mocosa?... ¿Acaso no sabes que está prohibido  merodear por el Santuario?  No molestes y regresa a tu casa.

La pequeña no decía nada, solo miraba a aquel imponente hombre levantarse y pararse frente a ella. Era altísimo, lo que la intimido aún más y la obligó a dar un par de pasos atrás.

- ¿Qué pasa, te comió la lengua el ratón?... Es de mala educación no contestar cuando se te pregunta algo.

- ......... (silencio)

- ¡Demonios mocosa!... bueno no importa, te llevaré a tu casa así que ni se te ocurra llorar. Sígueme de una vez.

- .... yo...no tengo casa a dónde ir. Me dijeron que aquí... es donde voy a vivir ahora.

Los ojos de la pequeña se inundaron de lágrimas.

- ¡Ay... Cállate ya!

En ese momento Kardia tomó a la sorprendida niña en brazos. - No debes llorar delante de nadie, disfruta la vida y vívela al máximo. ¡Vamos yo te enseñaré cómo hacerlo así que quita esa horrorosa expresión de tu cara y ven conmigo!

La pequeña limpió sus lágrimas y esbozó una tierna sonrisa, la cual fue correspondida por el joven hombre que la llevaba en brazos.

MOMENTO ACTUAL

- Mocosa...

- Así que aquí estabas Escorpio.

Abrió sus ojos. A unos dos metros de distancia se encontraba el gallardo caballero mirándolo con expresión severa.

- Sísifo, que diablos quieres.

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Hasta aquí este capítulo, gracias por seguir esta historia 😄

La vida a través de mis ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora