Y luego qué?

183 14 0
                                    

Después de eso, los días se tornaron vacíos. Eran prácticamente ir a la escuela, admirarla de lejos y volver a casa.
Fueron días negros. Mi depresión había se había apoderado de mi de nuevo y decaía y decaía y seguía decayendo... Pero luego las cosas cambiaron un poco: conocí a un chico que se veía bueno, amable, inteligente e interesante y me gustó. Me hizo olvidarla por unos momentos.
Con él salí unas veces con más amigos, nos íbamos conociendo más y más y cada vez me gustaba más y más.
Y un día como cualquier otro, un mensaje me llegó de un número desconocido, y dijo que era él.
Yo me sentí feliz porque me imaginaba la forma de conseguir mi número sin pedirlo: se lo habrá pedido a un amigo? Obviamente. Y ese detallé era lindo, tierno.
Nos mensajeábamos a diario. Me hacía feliz porque ya no pensaba en ella, sino pensaba en él.
Un día me acompañó a casa y me pidió ser su novia, yo estaba atónita y dije que no, que era muy pronto, apenas lo conocía y no quería que pasara lo mismo que con la chica... así que sólo me pidió un beso y sé lo concedí.

Los días siguieron pasando y él seguía acompañándome a casa y nosotros nos dábamos nuestros besos y eso me hacía sentir querida.
Pasó más tiempo y volvió a pedirme ser su novia y acepté.
Fue una relación linda, tierna, llena de amor y detalles.
Pero de repente regresaba mi depresión y me hacía mirar a esa chica que era mi ex y volvía a pensar en ella, volvía a quererla y yo me sentía pésima por eso.
Pero pasó, seguí con el, intentando olvidarla y centrame en él. Sólo él. Y funcionó un tiempo.
Hasta que volví a hablar con ella.
Y volví a caer por ella.
Y obviamente mi relación con él degradó. Murió. Se desvaneció.
Pero él nunca lo notó.

Tuvimos una semana de constantes peleas leves, pero él insistía en que estaríamos bien. Pero yo sabía que no sería así.
Esa misma semana le dije que había vuelto a hablar con ella y que éramos amigas, el aceptó y todo siguió normal.
Pero los días pasaban y yo me molestaba porque la quería a ella.
La deseaba. Y tenía que fingir que lo deseaba a él.
Entonces lo dejé.
Hablé con ella después de eso y me dijo que el día que yo había terminado con él, ella también había terminado con su novio. (Si... Tenía también uno, meh.)
Y nos empezamos a llevar más.
Hablábamos más. Y obviamente nos veían más tiempo juntas y no dudo que hubieran dicho que lo dejé por ella. Pero no importaba. Yo fingía ser su amiga y eso debían creer los demás. Y ella también.

Y como siempre, los días siguieron pasando, yo siendo amiga de mis ex.
Me sentía extraña. Y como no sabía qué hacer, sólo seguí llevándome con los dos.
Y ellos también se hicieron amigos.

Utopías de una adolescente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora