Miércoles.

324 19 1
                                    

La conversación por whatsapp fue un martes, lo recuerdo bien porque al siguiente día fue cuando la conocí personalmente.
El horario de clases es así: tres horas de clase, una hora por materia, luego un receso -muy corto- y otras 5 horas de clase.
Las primeras dos horas estuve tranquila, pero a la tercera ya estaba ansiosa, nerviosa y las emociones salían hasta por los codos.
Y la alarma del fin de la tercera hora sonó... Mi corazón voló, bailó, se quería salir de mi pecho para hacer un moonwalk y volver a mi antes de que muriera...
Los primeros minutos no supe que hacer, yo sólo estaba con mi amigo discutiendo qué hacer. Y él tuvo una idea algo brillante: "Ve a la biblioteca y yo le digo que te vea allí"
"¡Qué idea tan brillante!" Pensé. Pero el pánico me invadió.
Justo cuando iba a detenerlo para que no fuera con ella, ya se había ido. Así que sólo tenía una cosa por hacer: ir a la biblioteca.

Así que, naturalmente, fui. Pero iba corriendo. Estaba tan emocionada y cansada por correr que apenas noté que ya estaba sudando. ¡Qué asco! Así que rocié un poco de perfume que llevaba en mi mochila en mi y voltee a ver por la ventana de la biblioteca, ya venían los dos. Mi amigo y ella.
Sé que mis mejillas estaban rojísimas, lo sentía. Y me daba vergüenza, pero no m importaba mucho.

Antes de que entraran, me senté en una de las mesas que habían allí y respiré hondo.
Y después pasó.
La vi entrar.
Jamás el tiempo se había detenido por tanto tiempo... Pero cuando volvió a su movimiento natural apenas pude darme cuenta de que los segundos pasaban más rápidamente... Entonces no marchaba tan natural.

Nos sentamos una enfrente de la otra, y mi amigo a mi lado. Yo llevaba falda y me senté como una señorita, pero realmente ODIABA sentarme así. Ella se sentó como si fuera un hombre. Pero ignoré ese detalle porque al ver sus ojos apenas pude decir "Hola" con una sonrisa estúpida en mi rostro.

Ella me saludó de beso, y mi mundo se disparó como cohete a la luna.
Fue maravilloso.

Hablamos en los pocos minutos que nos quedaba de receso. Mencionó una banda que casualmente era mi favorita y la de ella también.
Cada detalle que concordaba conmigo me hacía desearla más. Y los que no concordaban también.

Yo apenas podía hablar, estaba muy nerviosa y parecía que a ella le causaba gracia mi actitud, porque rió.
Y su risa. Dios, su risa. Era hermosa. Arrugaba su nariz y salían unas pequeñas arrugas bajo sus ojos cuando reía. Era hermosa. Me encantaba. Simplemente me encantaba.

Y para mi mala suerte el receso terminó. Sonó la horrible alarma y tuvimos que retirarnos. Ella preguntó que qué clase me tocaba, yo respondí que lógica. Ella asintió y se fue.
Esa actitud me hizo enojar un poco y me quedé con mi amigo en la biblioteca mientras la mirábamos irse.
Después él volteó a verme y dijo: "puede que te guste ser activa en tus relaciones, pero ella te hará más pasiva de lo que un hombre podrá hacerte" eso me hizo rabiar, pero sólo arrugué un papel y caminé hasta mi salón. Estaba molesta pero feliz.
Y mi corazón... bueno, seguía bailando.

Utopías de una adolescente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora