Capítulo 4

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A las ocho en punto los amigos se encontraban de pie frente a la puerta de la casa de su vecino.
Yoongi llevaba en sus manos una botella de vino tinto, Jungkook en las suyas una tarta de frutos rojos.
Los nervios eran evidentes en  ambos, pero igual tocaron el timbre. Luego de unos minutos Taehyung abrió la puerta,  deleitandose con la imagen frente a él.
Los dos habían puesto especial énfasis en sus atuendos, Jungkook iba todo de negro, camisa negra y unos pantalones sumamente ajustados del mismo color que resaltaban todo su cuerpo tonificado,  Yoongi llevaba pantalones negros y camisa blanca, se veían perfectos.
Taehyung abrió más la puerta haciendo que el par entrara.
Jimin los recibió con una amplia sonrisa y Yoongi sintió su corazón saltarse un latido. Su vecino se veía deslumbrante.
Tae enseguida invitó a Jungkook para que lo ayudara a poner la mesa, entonces Yoongi aprovechó para colarse en la cocina detrás de Jimin.

-¿Necesitas ayuda?- preguntó mirándolo embobado.

-Claro, podrías buscar algunos platos en esa caja- dijo apuntando a una caja que estaba aún en el piso.

-Veo que todavía te estás acomodando- comentó buscando lo que el otro le había pedido.

Jimin bufó y habló.
-Me estoy volviendo loco, la mudanza es estresante y mi tiempo muy corto, trabajo demasiadas horas y cuando vuelvo a casa, realmente estoy tan cansado que no tengo tiempo para nada- explicó sin dejar de mover la salsa que estaba terminando de cocinar.

-Te entiendo, paso muchas horas trabajando también y termino agotado, para dormir unas horas y volver a empezar- gimió acercándose con los platos que había encontrado.

-Debe ser cansador cocinar todo el día- comentó y tomó entre sus manos los platos.

-Bueno todo depende de lo que ames hacer, es decir, terminas el día cansado pero al siguiente eres feliz por hacer lo que te gusta, ¿no lo crees?, ¿acaso tu no  amas tu trabajo?- indagó probando la salsa que Jimin le convidaba.

-Claro que amo mi trabajo, aunque hay días en que liar con algunos clientes me vuelve loco, pero lo dejo de lado y sigo porque para eso me preparé tantos años- replicó sirviendo los fideos en una fuente.

-La verdad es que no lo pregunté antes pero ¿a qué te dedicas?- cuestionó

-Yo...

Las palabras se quedaron en el aire ya que Tae entró a la cocina quejándose diciendo que moriría de hambre y Jungkook lo siguió sonriendo ampliamente por las ocurrencias del otro.

La cena fue amena, hablaron de todo y las preguntas no se hicieron esperar.

-¿Y ustedes hace cuánto se conocen?- preguntó Jungkook mirando a los otros dos.

-Creo que desde que tengo memoria- bromeó Taehyung.

-¿A qué te refieres- indagó Yoongi.

-Nuestras madres son amigas desde la época en que iban a la escuela primaria, se casaron el mismo día y se embarazaron casi al mismo tiempo, de echo soy mayor que Tae solo por dos meses- contó Jimin mientras bebía de su copa de vino.

-¿No estás hablando en serio?- exclamó Jungkook.

Los otros lo miraron sin entender.

-Es casi como nuestra historia- dijo Yoongi sonriendo ampliamente.

-Nuestras madres también son amigas desde siempre, la única diferencia es que Yoongi es tres años más viejo que yo- explicó Jungkook.

-Oye, yo no soy viejo, tu eres un mocoso que es distinto- dijo Yoongi bufandole a su amigo.

Todos rieron ante la anécdota que compartían.

-Jimin y yo somos como hermanos, estudiamos juntos desde el jardín  de infantes hasta la universidad. Todos los momentos más importantes de nuestras vidas las pasamos juntos- comentó Taehyung totalmente feliz de contar aquello.

-¡Eso es genial!- exclamó Kookie y todos sonrieron

-¿Y vivirán juntos?- cuestionó Yoongi.

-Oh no, créeme que no lo haremos, lo intentamos una vez y fue dramático y caótico, casi nos separamos para siempre, así que aunque nos amamos jamas volveremos a vivir juntos- Jimin sonreía al hablar mientras su amigo rodaba sus ojos.

-Eso es porque eres un exagerado- replicó Tae

-No lo soy, tu eres un terrible compañero de cuarto- espetó Jimin.

Los otros dos reían ante la pelea que protagonizaban ambos chicos.

-Asi que ¿ustedes también se conocen desde siempre?- preguntó Taehyung.

-Asi es, y hace unos años decidimos venir a Busan, ambos somos de Daegu,  y vinimos aquí a hacer nuestros sueños realidad- dijo Yoongi mirando a los otros.

-¿Sus sueños?, ¿ la panadería era su sueño?- cuestionó Jimin.

-Entre otros- contestó Yoongi.

-¿Y qué sueños quieren alcanzar ahora?- preguntó Tae

-Comprar una casa en la playa- respondió Yoongi.

-Enamorarnos- dijo Jungkook

Y todos se miraron unos a otros.

-Bueno, supongo que no será difícil para ninguno de los dos encontrar una linda chica que se enamore de alguno de ustedes- comentó Jimin.

-Creo que no, el problema es que no nos interesan las chicas- respondió Jungkook.

-Oh- exclamó aún más sonriente Taehyung.

Cuando el reloj marcó las doce de la noche, los amigos panaderos decidieron que era demasiado tarde y que deberían ir a dormir, aunque la verdad es que ninguno de los dos quería irse, la estaban pasando realmente bien  allí.
Se saludaron con amplias sonrisas y Jungkook sin una gota de vergüenza beso la mejilla de Taehyung haciendo que este se sonrojara por tal acción.
Acordaron volver a cenar antes de que Tae se fuera a su hogar la siguiente semana.

-Creo que estoy enamorado- gimió Jungkook mientras abría la puerta del departamento que compartía con Yoongi.

-Creo que yo también- replicó Yoongi y ambos se echaron a reír.

Durante la mañana los suspiros y sonrisas invadieron la cocina de la panadería, ambos amigos reían y cocinaban quizás más alegres de lo normal. Iban a dar las ocho de la mañana, así que Yoongi decidió abrir el negocio, ya que había gente esperando para comprar sus delicias.  Fijó su vista al frente y vio un gran auto deportivo estacionado, le llamó la atención porque era un vehículo sumamente caro y no muy común en esa zona.
Un elegante y perfecto hombre bajó de este y se acercó lentamente. Yoongi creyó que estaría de paso y entraría a comprar algo en su negocio,  pero para su sorpresa, el tipo tocó el timbre en la puerta de su vecino, luego de unos segundos un sonriente y despampanante Jimin lo recibía, el tipo le dio un abrazo y un beso en la mejilla y ambos caminaron hasta el imponente vehículo.

Yoongi tragó aire desesperado, sus ojos se ampliaron y su mandíbula se tensó. Su vecino, su sexy y hermoso vecino por quien empezaba a sentir mariposas en el estómago, salía de allí acompañado de un tipo perfecto como él.
Y Yoongi sintió que sus esperanzas eran enterradas bajo una gran cantidad de mierda.

Dime quién eresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora