Capítulo 9

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La semana pasó lenta y pesada, Yoongi había estado pendiente todo el tiempo posible para ver a su sexy vecino, pero al parecer la suerte no estaba a su favor. Jimin salía muy temprano y no volvía hasta la noche, seguramente estaba trabajando tiempo extra y eso hacía que casi no se vieran.
Yoongi se sentía frustrado, malhumorado y perdido, había pensado toda la semana en hablar con Jimin, en invitarlo a salir, en preguntar todo lo que lo inquietaba, y en al fin sacarse las dudas de encima, pero todo había sido en vano, sus horarios estaban totalmente descoordinados y no habían podido verse más que a lo lejos cada vez que Jimin se iba por la mañana.

Por otra parte Jungkook parecía estar viviendo el sueño del amor mágico y perfecto. Almorzaba con Tae cada día, salían cada noche y volvía al departamento alegre y feliz. Yoongi no podía negar que ver a su amigo así lo hacía feliz pero tampoco podía dejar de sentir que también quería lo mismo. No era envidia, claro que no, adoraba ver a su pequeño amigo enamorado y complementado, pero quería eso, quería sentirse feliz y correspondido cuando llegaba la noche, pero el abismo entre él y Jimin cada vez era más ancho y eso lo entristecía.

El domingo lo encontró recostado en su cama, cubierto con sus sábanas y sin ninguna intención de levantarse. Miró el techo y bufó, pensaba en qué debía hacer pero nada lo animaba.

Jungkook entró en su habitación y lo miró aireado.
-¿No piensas salir de esa cama?- indagó

-No, es mi día libre y voy a pasarlo aquí- respondió

-Oye si no sacas tu pálido trasero de esta cama jamás conseguirás lo que quieres, y ambos sabemos que lo que quieres tiene el nombre de Park Jimin- comentó mirándolo.

-No he visto a Jimin en toda la semana, al parecer su horario se ha incrementado y eso me frustra, quise hablar con él todos los días y no pude verlo, ¿por qué crees que hoy sería diferente?- dijo mientras arqueaba una ceja.

-Bueno, saldré con Tae el día entero, iremos a ver departamentos por la zona ya que quiere mudarse cerca, sobre todo por su trabajo,  así que Jimin estará solo todo el día ya que también es su día libre, solo te lo cuento porque quizás podrías hacer algo al respecto- explicó sonriendo cálidamente.

-¿Te irás a vivir con Taehyung?- cuestionó con sorna.

-¿Estás loco? apenas llevamos un mes saliendo, no me voy a ir a vivir con él en tan poco tiempo- exclamó asustado.

Yoongi sonrió ante el pánico de su amigo.
-Algo me dice que pasarás más tiempo en ese departamento que aquí conmigo- comentó sonriendo

-Paso todo el día aquí contigo trabajando, es justo que pase las noches con mi dulce, tierno y sexy novio- respondió

Ambos comenzaron a reír por sus palabras.

-En serio Min, mueve tu cuerpo y has algo para estar de una vez por todas con Jimin, no dejes pasar la oportunidad de ser feliz- comentó mientras salía de la habitación de su amigo.

Yoongi bufó mirando el techo nuevamente, intentando encontrar alguna respuesta a todas sus dudas. Se levantó y se encaminó al baño, se dio una cálida ducha y se vistió, poniendo énfasis en su atuendo.
Salió a la puerta de su departamento y se mordió el labio estaba a punto de llegar a la puerta de su sexy vecino cuando lo vio acercarse hasta él,  se encontraron justo a la mitad de ambos departamentos.

La sonrisa de Yoongi dejó ver sus rosadas encías. La sonrisa de Jimin hizo que sus ojos formaran dos finas líneas y la atracción entre ambos hablaba por si sola. Sin pensar demasiado su accionar Yoongi acunó el rostro de su sexy vecino entre sus manos, sus miradas se encontraron cargadas de deseo y amor, sobre todo amor. Ninguno de los dos podía ya negar lo que estaban sintiendo.

Lentamente sus labios se unieron en un suave y dulce beso, donde cada uno dejó fluir de sus cuerpos todo lo que habían guardado durante el tiempo que se habían conocido.

Yoongi apoyó su frente sobre la del otro, suspirando embelesado ante el hermoso chico que lo veía sonriente.

-Te extrañé- susurró Jimin sobre los labios de su lindo panadero.

-También te extrañé- gimió emocionado

Se volvieron a besar, una, dos, tres y más  veces hasta perder la cuenta, ya no podían separarse, no lo harían.

Yoongi sentía que su corazón saltaba desbocado por todo lo que estaba sintiendo en ese momento, al fin tenía a Jimin entre sus brazos, al fin dejaría de soñar con él y haría sus sueños realidad.
-Ven, vamos a comer algo- dijo mientras volvía a besar los esponjosos labios de su sexy vecino.

Jimin sonrió embobado, enlazó sus manos a las de Yoongi y se dejó llevar por este.
Entraron a la gran cocina de su departamento, Yoongi se puso un delantal y comenzó a buscar lo necesario para cocinar.

-Deja que te ayude- exclamó Jimin.

-Está bien, pero soy un jefe muy exigente- espetó sonriente.

-Estoy seguro de que estaré a la altura- soltó Jimin poniéndose también un delantal.

Pasaron el rato cocinando, entre risas, charlas y besos, muchos besos.
Se sentaron al fin a comer y ambos se deleitaron con su creación, tomaron vino blanco y terminaron comiendo una rica porción de tarta de queso de postre.

Caminaron hasta el sillón y se sentaron uno junto al otro sin dejar de sonreirse mutuamente.
Entonces como si sus cuerpos fuesen imanes la desesperación y la lujuria se apoderó de ambos.
Al cabo de unos minutos, Jimin estaba literalmente encima de Yoongi comiendole la boca de la forma más apasionada que el panadero hubiese podido soñar. No querían parar, no iban a parar, el deseo era palpable y ambos se iban a dejar llevar por el sentimiento que los estaba embriagando.

Poco a poco las ropas comenzaron a desaparecer, y al cabo de un rato los dos estaban desnudos explorando el cuerpo contrario.
Yoongi no podía dejar de suspirar obnubilado, Jimin sin dudas era perfecto y verlo así, desnudo y correspondiendo a sus deseos hacia que se sintiera aún más enamorado de su hermoso vecino.
Besó cada parte de su cuerpo, lamiendo y chupando todo a su paso, sin dejar un lugar sin probar, poniendo especial atención a cada jadeo y gemido que Jimin lanzaba. Quería que sea perfecto, porque Jimin era perfecto y ya no podía imaginarse sin él.
Subió nuevamente hasta sus labios, lo beso demandante y con pasión, luego llevó sus dedos a la boca de su dulce y adorable vecino haciendo que este los lamiera. Yoongi abrió sus ojos de par en par, Jimin era obsceno y hacía que su miembro se endureciera aún más ante aquella imagen. Entró el primer dedo lentamente para poder prepararlo para lo que vendría. Poco a poco su cuerpo lo recibía perfectamente y Yoongi ya no podía esperar más. Alineó su pene en la entrada de su adorado vecino y lo miró como pidiéndole permiso.

-Hazlo Yoon, te necesito- gimió mordiendo los labios de Yoongi haciendo que este se desesperara ante tal acción.

Una vez que su miembro se hundió por completo en Jimin le dio el tiempo suficiente para que se acostumbrara a él. Comenzó lento, dulce, besando y saboreando los labios de su hermoso vecino.
El ritmo se fue intensificando a medida que el tiempo avanzaba, de pronto los sonidos eran sucios y lujuriosos, piel con piel chocaban de manera despiadada y ambos se habían envuelto en un manto de placer sublime.
Más y más Yoongi se enterraba en Jimin y podía asegurar que ése era el mejor lugar donde podría estar y sentía que su amor cada vez era más grande.
El orgasmo los atrapó a ambos haciendo que sus corazones saltarán erráticos, hacer el amor había estado a otro nivel y ambos sabían que ya no había forma de que se alejaran uno del otro.

-Sé mi novio Jimin- dijo Yoongi mirándolo tiernamente mientras salía de su cuerpo y se acomodaba junto a él.

-Si- respondió Jimin y su sonrisa abarcó todo su rostro.

Y Yoongi sintió que las dudas y la incertidumbre habían ido a parar a la basura inmediatamente.

Dime quién eresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora