Lienzo Ruso +18 © |Actualizándose lentamente|

10| Quédate, por ella.

Ps.

Darihan R.

Después del beso no pasó nada, absolutamente nada, y admitía que eso me molestaba de alguna manera.

Mi piel se eriza de tan solo ver las inconfundibles jaulas que se encuentran en las esquinas de los escenarios, las cuales están por el momento vacías.

Trago saliva mientras me obligo a caminar a una de las mesas cercas del escenario. Debo admitir que me esperaba algo como esto, pero verlo es totalmente distinto.

Jamás he estado en un club de sexo o un burdel, pero esto se asemeja a algo parecido. Ya estábamos en el privado para ser parte del juego a medianoche.

Las mujeres en poca ropa y las que se encuentran bailando sensualmente en un tubo lo demuestran.

—Siento que tengas que ver esto —murmura Alik ofreciéndome la silla.

—He visto cosas peores. —suelto mirando el frente y sentándome.

Y es verdad, lo hecho de alguna u otra forma, pero no algo como esto, no al menos un lugar donde venden mujeres.

Me quedo pensativa y por un momento me voy del lugar para permanecer en otro, y no vuelvo si no hasta que siento su mano acariciar mi pierna.

Parpadeo repetidas veces para después dirigir mi mirada a sus ojos curiosos.

—¿Falta mucho?

—No —entre cierra sus ojos— ¿Todo bien?

—Si. Estaba pensando en todo lo que habrá pasado Anne.

Asiente no muy convencido y me relata un poco de lo que sucederá a continuación.

Después de un rato, se nos acerca un hombre para invitarnos a la mesa de Bruno y en realidad eso complica un poco las cosas, ya que estaremos más en la mira.

Llegamos a su mesa y lo saludo con un beso en la mejilla, que lo único que me provoca es repulsión.

—Me alegro de que hayan decidido venir —habla Bruno una vez estamos sentados.

—Digamos que no podíamos desaprovechar nuestro premio —responde Alik.

—¿Participarán en el juego luna de medianoche? —pregunta mirándome fijamente haciendo que me incomode.

—Aún no leemos de qué tratan todos los juegos —respondo.

—Este juego consiste en que a la media noche todo jugador se esconderá una media luna en cualquier parte del cuerpo y la persona que adivine donde se ha colocado la luna, podrá pasar al cuarto luna de medianoche.

—¿Y cualquiera puede jugar? —pregunto con fingido interés.

—Así es preciosa, las mujeres esconden la media luna y los hombres la buscan. Lo divertido de esto, es que el hombre puede elegir a la mujer que desee.

Sonrió pícaramente para después guiñarle un ojo.

—Entonces supongo que debemos jugarlo, ¿no lo crees?

Miro a Alik y este me observa serio.

—Claro.

—No le molesta o ¿sí? —le pregunta bruno

—No.

—Fantástico, quizás no haya ganado a su esposa, pero estoy seguro de que si ganaré este juego —fórmula emocionado.

—Lo dudo.

El tiempo transcurre lento hasta que faltan diez minutos para la media noche y es cuando las niñas comienzan a salir del escenario y se van apagando las luces dejando únicamente encendidas las del escenario enfocándolas.