Lienzo Ruso +18 © |Actualizándose lentamente|

13| No confíes.

Ps.

No confíes,
que puedes perder.~🥀

Darihan R.

Me sentía como una completa estúpida, aquí arreglada y con el teléfono en la mano leyendo el mensaje que el idiota aquel se había dignado a escribirme faltando cinco minutos para las ocho; que era la hora acordada en que me recogería.

«Se cancela, no habrá cena»

Si.

Esas fueron sus cinco palabras que me hicieron querer asesinarlo.

Es decir, sé que no es nada importante, igual me avisó ¿no?, pero me avisó cuando ya estaba lista.

Pero una cosa si se, yo no me quedo aquí a echar raíces, yo salgo a relucir este cuerpecito por qué salgo.

Marco el número de la persona que sé que estará disponible esta noche para salir.

—¿Sigue en pie tu propuesta?— pregunto mientras acaricio el pelaje de Romi.

—¡Si, claro!— grita desde el otro lado debido a la música— ¡te mando la dirección por mensaje!

No respondo más. Espero a que me mande la dirección para salir del apartamento enfundada en mi vestido negro de lentejuelas.

Así es, iba ir a una cena de negocios en un minivestido pegado de lentejuelas.

Le dije que iría, más no le dije como, pero el muy imbécil supo salvarse la cabeza.

Estoy recorriendo las carreteras de Mónaco en mi Audi blanco, mientras dejo que el viento arrase con mi cabello. Me encanta esta sensación y justamente hoy la necesito, necesito sentirme relajada y olvidar la plantada avisada que me dio aquel idiota.

Me dan ganas de agarrarlo de la cabeza y meterlo al agua hasta que se ahogue.

Inhalo al mismo tiempo que aprieto mis manos al volante, para después soltar el aire y relajar mi agarre.

Calma.

Es que no me puedo calmar, nadie nunca me ha dejado plantada, yo soy la que deja plantada. Yo, yo soy.

Estacionó cerca al club que me marca el GPS.

El ambiente es agradable, hay gente bailando por doquier, mientras yo busco con la mirada a mis compañeros de trabajo.

Aun no entiendo cómo es que salen un lunes, teniendo el fin de semana. Pero en estos momentos lo agradezco, no sé qué hubiera hecho sola y arreglada.

A lo lejos observo que levantan la mano y en seguida voy hasta el lugar.

Me encuentro con Chandler, Loana, Alissa la secretaria de Edik, Joyce el cerebrito y otros más que no conozco en lo absoluto.

Realmente a los que más les hablo son a Loana y a Chandler.

—¡Jefa!— grita Chandler— qué bueno que estás aquí, ¿Qué pasó con el bombonazo?

Ruedo los ojos y este levanta las cejas interesado.

—Ni me lo menciones, el imbécil me dejo plantada.

Abre su boca en sorpresa para después comenzar a carcajearse en medio de todo este revuelto.

Le dedico una mirada molesta antes de alejarme para pedir una copa en la barra.

Poco después se coloca a mi lado.

—¡Joder, que no estás bromeando!

—No quiero hablar de esa cosa.— espeto, para después beber de mi coñac.