Capítulo 18.

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     Rumshum y Cian siguieron las indicaciones del mapa hasta llegar donde la elfa

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     Rumshum y Cian siguieron las indicaciones del mapa hasta llegar donde la elfa. La misma se encuentra sentada sobre un banco de piedra, recostando su cabeza sobre el respaldo y con sus ojos cerrados. La rubia aprovecha a acercarse, soltando la mano del humano, quien no puede evitar ver su palma, ahora vacía.

—¡Eleonora! —exclama Cian suavemente, sentándose al lado de la elfa.

—¿Hm...?

     Eleonora abre ligeramente sus ojos para encontrarse con los brillantes azules de su compañera.

—Oh, chicos —responde entrando en razón, acomodándose sobre el asiento— lo siento, ¿Cuánto tiempo me fui?

—Pues no lo sé exactamente, unos veinte minutos a mi parecer —responde para luego bajar su mirada, observando el polvo en las rodillas de Eleonora—. Estuve todo este rato buscándote, incluso creí que estabas molesta conmigo o...algo. 

—¡Oh! —responde algo tensa— no, no, para nada. Solo que al salir del baño me perdí y...ya sabes... —desviando la mirada, pasando saliva— este lugar es enorme.

—¡Es verdad, dije exactamente lo mismo cuando caminaba por el campus! —volteando a ver al humano— ¿Has visto? 

     Rumshum, oyéndolas, respira abrumado llevándose una mano al rostro. 

—El m-a-p-a —responde él letra por letra, sacando un cigarrillo suelto de su saco— no siempre va a existir alguien que les pueda decir por dónde salir, o entrar, ¿saben?, por eso existen los... —suspira— da igual. 

—Sí, lo sé —la elfa se pone de pie y lleva una mano a su nuca, estirándose—. Igualmente, estuve probando los centros de entrenamiento de por aquí y no están nada mal. Hay un amplio arsenal de armas, sitios de descanso, y es prácticamente imposible morir dentro de un combate.

—Ja, pues claro, solo un desquiciado querría matar a otro en un entrenamiento —contesta Rumshum finalmente encendiendo su cigarrillo.

—¿Es decir que peleaste con alguien Leo? —consulta Cian— ¿Eso explica la marca en tu frente?

     La elfa recuerda aquel combate con la pequeña, aquel terror en los ojos de la misma al casi descubrir su secreto. Todo por aquella marca en la frente, que no había terminado de sanar. Afortunadamente, ahora había dejado de sangrar, y la única evidencia era una fina costra color bordo.

—Podríamos decir que sí...una niña.

     Silencio.

—¿Te ganó? —pregunta Cian.

     Ella decide no responder a aquella vergonzosa pregunta. Ve de reojo al humano reírse, y frunce el ceño. Algunas actitudes no estaban dispuestas a cambiar, de una u otra forma. Con o sin reglas.

—Sea lo que sea que haya ocurrido en ese circo de peleas, no nos vendría mal practicar ahora, los tres. Para algo vinimos —espeta Rumshum dándole una calada a su cigarrillo.

     Ambas chicas se miran entre sí. A Cian se la nota bastante emocionada, pero la elfa solo se pregunta cómo ocultará sus próximas heridas.

 A Cian se la nota bastante emocionada, pero la elfa solo se pregunta cómo ocultará sus próximas heridas

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⏰ Última actualización: Jul 06, 2021 ⏰

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