---──── •✿• ─╮Yang Jungwoon solo quería conocer que era Volar con libertad. Hanna disfrutaba de la libertad pero. . . ¿A qué costo era? No pensaba que llegar a la vida de aquel chico de hoyuelos traería tantas consecuencias solo. . .
Para acompañar...
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E
l aire caliente que desprendía aquel callejón colocó en alerta a Juyeon observando cada rincón del lugar, la sensación se ser acechado no le gustaba al cambio lo hacía sentir con fuerzas para una batalla. De la manga de la chaqueta que utilizaba saco una pistola y mágicamente un tatuaje apareció en el torso de su mano; en el espejo a su lado visualizo una sombra escondiéndose aproximadamente cinco metros.
Tenia que seguir fingiendo que no se percataba de que alguien lo seguía por lo cual metió su mano armada en los bolsillo de la chaqueta pero su cometido no fue conseguido; escucho el paso de tacones corriendo así que detecto que comenzó actuar aquella figura. Conocía a la perfección aquel lugar cada paso que daba al correr sentia como si ese cazador estuviera encima de su espalda; chasqueo molesto su lengua detectando una entrada al interior de un edificio abandonado.
Cruzo el barandal con rapidez rompiendo con su pie la ventana del edificio, no espero más y corrió al piso de arriba escuchando el ruido del vidrio ser roto por otra persona o demonio. Ingreso lo más silencio posible a una habitación ejerciendo presión en su brazo armado percatándose que un trozo de vidrio quedó incrustado en su piel, la sangre fluida manchando el tapiz bajo sus pies e inclusive el olor de ese color rojizo llegó a sus fosas nasales dándole una leve preocupación de que su acechor se percatara del embriagante olor.
──Maldición. . . Llamar a Jacob implica tener una salvación o morir juntos. ── murmura molesto mordiendo su labio con fuerza por el dolor aparentemente el objeto lastimó una vena y posiblemente sea profunda.
¿Era un demonio? Claro que no, al igual que muchos de sus compañeros era un Ángel caído pero con una diferencia, en sus venas corría sangre de demonio. La posibilidad que su atacante sea uno de esa raza aumentaba a noventa y cinco por ciento por el simple hecho de escuchar las cadenas recorrer el suelo que pisaban; en cierto punto demonios y ángeles caído se pueden. . . ¿Cazar? Entre si mismo, una ideología justa para muchos e injusta para pocos.
En la cadena alimenticia el más fuerte es el que sobrevive y eso; era lo que ocurría. Era matar o ser matado, sobrevivir o morir en el intento, pese a tener una posición tal vez considera alta al ser numero 12. Pero eso no lo hacía ingresar completamente a los privilegios de los diez adelante de su posición. Miro una vez más su pistola bañada en sangre, no moriría por una herida de tal magnitud, sin embargo lo debilitaría al atacar y sería una molestia al batallar, pero otra opción no le quedaba.
Abrió lentamente la puerta detrás suyo percatando que su atacante estaba a espaldas suyas, sus sospechas de que era un demonio fueron comprobadas al ver el tatuaje correspondiente de ellos enmarcado en su mano junto a las cadenas de color rojizo como si fueran quemadas en brasas. Con su brazo temblando apunto directamente a la cabeza del demonio, su propio tatuajes brillaba con intensidad al instante que apretó aquel gatillo, la bala salió disparada a una velocidad cercana a la luz impactando contra el cráneo del demonio.