Galletas.

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Ciudad de México, 14 de marzo de 2003.

Era un dia muy importante para el orfanato Santa Cecilia, el cual tenía al rededor de 50 niños en sus instalaciones pero muy poco dinero para manterlos.

Por ello, ese día el gran empresario y futuro político Angelo Balsano haría una visita de caridad junto a su esposa e hijo, para apoyar al lugar con algo de dinero y por su puesto quedar bien al ojo público.

Angelo era italiano de nacimiento, sin embargo el hecho de ser político lo hacía viajar de aquí para allá junto a su esposa Gianna y su pequeño de apenas cuatro años, Matteo.

Días previos al evento, había llegado al lugar una niña un tanto misteriosa. Los demás niños decían que tenía un acento un tanto extraño, que era rara y que se veía muy fresa por tener la piel blanca, los ojos verdes y una cadenita con un dije en forma de luna en el cuello, que por cierto lucía bastante costosa.

La pequeña había llegado ahí porque un hombre igual de misterioso la habia llevado, él decía que la había rescatado de un incendio en Argentina y que sus padres habían muerto pero él no podía quedarse con la niña así que prefería darle un mejor hogar.

Las madres que trabajaban en el orfanato dedujeron que el señor extraño talvez estaba un poco "loco". ¿Porqué alguien sacaría de un incendio a una niña que no es nada suyo y luego la dejaría en un orfanato? Sobretodo uno tan lejos de Argentina, ¿que ocultaba?

Al principio no le creyeron, pero al ver el comportamiento de la pequeña llegaron a la conclusión de que la historia si era verdad. No hablaba con nadie, ni siquiera podía decir su nombre. Se le veía triste, apagada, como si extrañara a sus padres o talvez su país. Ya que la pequeña no decía su nombre y lo único que traía como reconocimiento era una medalla con una Luna, decidieron ponerle asi, Luna.

Aunque las madres trataban de ayudarla, Luna no decía palabra y no se acercaba a otros niños. Los dias pasaron y se sentía cada vez más extraña, su pequeña mente no sabia como procesar las cosas. Un dia estaba jugando con su madre a las escondidas en su hogar, pero de pronto la vio discutir con su tía Sharon, de un momento a otro todo comenzó a llenarse de fuego. Sus padres la llamaban pero no podía correr a ninguna parte, el miedo la habia paralizado.

Un señor que trabajaba con ellos, el cual no recuerda su nombre, la cargó y luego no recuerda nada más que cosas borrosas, algo parecido a un hospital, luego un autobús, después un avión y finalmente ese lugar tan extraño donde habia muchos niños pero ninguna mamá o papá. ¿Porque no habia visto a sus padres o a su tía? Estaba triste por eso, ¿cuando los vería?

Se sentía sola, y su corazón se sentía aun peor cuando trataba de hacer una amiga en ese lugar y solo se reían a sus espaldas o a veces frente a frente. ¿Porque eran malos con ella? Su pequeño mente tenía demasiadas preguntas y ninguna respuesta.

Días después de que habia llegado ahí, una de las monjitas (como a ella le gustaba llamarles) les dijo a todos los niños que se portaran bien, pues ese día en específico tendrían una visita especial. Luna sólo se preguntaba si esa visita tendría pastel de chocolate o galletas de chispas, tenia hambre y la comida que les daban ahi sabia un poco extraña.

Por la tarde el tan esperado evento comenzó en el enorme patio del orfanato. Todos los niños se habían concentrado en el centro del patio, todos menos Luna, que se encontraba sentada en las escaleras que conducían a las habitaciones.

Desde ahí podía observar bien a esos señores que habían llegado. El señor que identificó como Angelo gracias a las monjitas, se veía muy serio a su parecer. No parece ser del tipo de personas que trae galletas de chispas. La mujer al lado de él supone que era su esposa, sin embargo no se veia muy interesada en los niños, trataba de no cargarlos o siquiera abrazarlos.

One shots lutteoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora