»Pijamada«

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[Supongamos que aquí aun no viven juntos]

»Matteo«

Después de un tiempo de salir con Luna, me había llevado a comer a su casa, bueno a la mansión que era prácticamente su casa.

Después de una agradable cena, comenzó a llover a cantaros, así que Mónica con su típico tono maternal me invitó a quedarme a dormir. Yo por supuesto acepté y segundos después, Miguel exclamó que me quedaría en una habitación que por supuesto no fuese la de Luna.

Ella un poco avergonzada, se retiró junto conmigo de la mesa y me mostró donde me quedaría, no era mas que la habitación contigua a la de ella.

-Buenas noches, chico fresa.- Dijo ella y luego plantó un suave beso en mis labios.

-Buenas noches, chica delivery.- le contesté y luego ella se fue a dormir.

Fui a la habitación y me recosté en la cama, intentando dormir. Sin embargo, no lo logré. Después de más o menos una hora y media, salí despacio al pasillo, estaban las luces completamente apagadas y todo en silencio.

Abrí la puerta del cuarto de Luna y vi que la poca luz de la noche se colaba entre la cortina y alumbraba su rostro dormido. Era tan perfecta incluso dormida.

Me dirigí hacia ella después de haber cerrado la puerta tras de mi.

-Luna... Hermosa...¿Estas despierta?- susurré lo suficientemente alto para que me escuchara.

-¿Matteo?- susurró aún media dormida. Aproveche y me metí entre las sábanas de su cama, quedando frente a ella.- ¿Que haces aquí?- Dijo mirandome con los ojos entre abiertos.

-Yo... No podía dormir y vine a verte, ¿Te molesta?

-Para nada- dijo dedicándome una cálida sonrisa.- Puedes quedarte, sólo que si mi papá te ve, eres un fresa en problemas.- reí ante ese comentario y la abracé por la cintura.

-Te amo Luna- susurre contra su cuello en aquella fría noche lluviosa. Ese había sido el primer Te amo de nuestra relación, siempre había sido sólo un Te quiero mucho.

Luna sonrió.

-También te amo, Matteo.- Dijo suavemente contra mi pecho. Ella había envuelto sus pequeños brazos en mi cintura, recargando su frente contra mi pecho. Yo la envolví cálidamente entre mis brazos, quedando lo más pegados que se podía.

»Narradora«

La mañana siguiente, Mónica entró al cuarto de su hija para despertarla como todos los días, sin embargo se llevó una gran sorpresa cuando encontró a los dos jóvenes abrazados y profundamente dormidos como si no hubiese un mañana.

Matteo tenía unos jeans y una camisa puesta, Luna tenía su pijama de unicornios. No había de que preocuparse.

Al verlos tan cálidamente abrazados, solo los arropó con una sabana ligera y volvió a cerrar las cortinas, estaban viviendo su amor tanto como podían.

🍪🍪🍪🍪🍪🍪🍪🍪🍪🍪🍪

HOLA HOLA

Esto es lo que pasa cuando acabo de terminar de leer un libro :')

Espero les guste y lo disfruten mucho ❤

Trataré de escribir los que me habían pedido, son ideas geniales

Fer 🌚🍪

One shots lutteoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora