•|Voy a cuidarte|• [3/3]

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- Matt... - susurró la mexicana acariciando sus mejillas. - Matteo responde - Luna comenzaba a asustarse, colocó dos de sus dedos sobre el cuello del chico, tenía pulso, pero era demasiado bajo. - ¡LLAMEN A UNA AMBULANCIA! - gritó desesperadamente.

«Matteo»

Apenas y podía abrir los ojos, ¿Donde estoy? No entiendo nada. Alzo la poca vista que tengo, veo los hermosos ojitos de mi novia mirándome con desesperación. Cuando se da cuenta que estoy mirándola apenas, acaricia mi rostro y artícula unas palabras que no puedo entender.

Quiero tomar su mano y decirle cuánto la amo, quiero gritarle que es mi chica, que la extrañe y que necesito sus besos. Pero apenas puedo respirar.

Siento el roce de sus dedos sobre mis mejillas, se siente bien. Logró escuchar apenas que ella me ordena no cerrar los ojos.

No mi príncipe, mantente conmigo, quiero ver esos ojitos hermosos...

Pero lamentablemente no pude seguir su orden.

«Luna»

Horas más tarde de llegar al hospital y que pasaran a Matteo a terapia intensiva, el médico salió a verme para decirme que estaba estable por ahora, pero su situación en general era grave. Tenía demasiados golpes y moretones, pero afortunadamente ninguna fractura. Ya le habían puesto los medicamentos necesarios, pero igualmente necesitaría mucho descanso y comida.

Me guió a una puerta, tras esta se encontraba él. Admito que tenía miedo de entrar, verlo así me parte el alma, pero más me duele estar lejos.

«Matteo»

Estaba adormilado, pero me sentía mucho mejor. Abrí los ojos y pude distinguir que estaba en la camilla de un hospital. La perilla de la puerta giró, abriendo esta y dejando ver detrás a mi Luna.

- ¡MATTEO! - sonrió ampliamente cuando me vio despierto y corrió a abrazarme fuertemente. Yo enseguida la abraza del mismo modo o más, sin importarnos los golpes que tenía.

- ¡Luna! - musite un poco menos débil.- Te extrañe tanto princesa.

- Y yo a ti mi chiquito, mucho.- dijo ella separándose un poco del abrazo para mirar mi rostro con detenimiento. Sus preciosos ojitos se llenaron de lágrimas al ver los moretones en mis mejillas y mis grandes ojeras. Pasó uno de sus dedos por mis labios, uno estaba roto. - Los necesito t... - ella iba a continuar hablando, pero la interrumpi con un beso, uno tan anhelado y necesitado.

«Narradora»

Cuando se separaron, se miraron. Ambos estaban rotos, por dentro y por fuera. Estaban tristes, cansados, necesitados del amor del otro y con miedo. Estaban más delgados, tenían notables ojeras y Matteo tenia golpes por doquier.

Aún cuando sabían sus condiciones, no pronunciaron una palabra, se dijeron todo con una mirada. Esa es la conexión tan especial que había entre ambos.

[...]

Cuando la noche llegó, Luna se acomodó sobre la camilla de Matteo, a su lado.

- Por fin podré dormir tranquila. - Dijo la chica acurrucandose con suavidad en el pecho del chico. Sonrió cuando sintió como sus brazos la envolvían con algo de dificultad, pero con el cariño y el calor de siempre.

- Gracias por quedarte, Amore. Y también gracias por haberte arriesgado tanto por mí. Gracias por todo.- susurró el italiano abrazándola fuerte con algo de miedo.

- Haría todo por ti, chico fresa. Cruzaría todo el mundo caminando si es necesario. No dudes nunca de mi amor, porque es infinito y muy fuerte.- murmuró Luna sobre su pecho, tratando de calmarlo.

- Te amo... - pronunció en tono bajo Matteo antes de quedarse profundamente dormido.

Después de esa noche, sus corazones estuvieron en paz de nuevo. Ambos pasaron una semana en el hospital cuidando del otro, entre risas, besos, comida y más besos.

Si Matteo amaba comer, ahora mucho más. Sobretodo los platillos preparados por Mónica, que iba todos los días a verlos y a llevarles deliciosa comida casera recién preparada.

Matteo pudo volver a casa sin complicaciones físicas, la mayoría de sus heridas habían curado, y las restantes ya estaban por hacerlo.

«Un mes después»

Luna tenía la mitad del rostro pegado a la almohada y el cuerpo enredado en apenas una sábana. Se removió en la cama buscando el calor de su novio, pero no estaba.

Se sentó en la misma aún adormilada, miró su vestido en el suelo al lado del traje de Matteo y sonrió al recordar lo que pasó anoche. Ella y su chico fresa habían vuelto a hacer el amor después del incidente.

Tomó unas bragas al igual que la camisa de su novio, se las puso y bajó lentamente las escaleras. Supuso que él estaba abajo, pues de la cocina salía un olor delicioso.

Mientras se dirigía hacia allá pensó en como había cambiado su vida en tan sólo un mes, después del hospital ella le había ayudado a superar todos los traumas psicológicos que tenía. El amor lo cura todo.

Sonrió al ver como ahí estaba él, con sus bóxers apretados y solo una camisa abierta preparando el desayuno en la estufa mientras tarareaba una melodía. Sin duda habían recuperado su vida, e incluso formado una mejor.

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822 palabras sin contar la nota, bro :3

¿Les gustó la "saga"? :3 espero que si, porque a pesar de que tarde muuucho en actualizar la segunda parte, la leyeron con gusto. Muchas gracias

Comenten mucho, me súper motiva ver cuanto les gusta mi trabajo 😭❤

Gracias por leer y ser pacientes con mis actualizaciones :3 Son lo más

Fer, la más feliz del mundo con sus lectoras🌙🍓❤


One shots lutteoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora