Luego de huir del ejército demoníaco imperial, el equipo Shinoa, junto a Narumi y el vampiro Mikaela, se ocultan en una villa lejos de Shibuya. El demonio de Yuichiro se apodera de él cada vez más cada día ante la mirada preocupada de quienes considera como sus amigos y familia.
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Han pasado tres meses desde que huyeron, ocultándose en una villa en el campo. Shinoa y Mitsuba recolectan frutas y verduras que les llevan los lugareños como agradecimiento por protegerlos de los jinetes. Yoichi vigila los alrededores con su arma mientras Kimizuki se dedica a cortar leña bajo el sol.
Mikaela los observa en silencio... hay niños corriendo por doquier, jugando y llenando el aire con sus risas y gritos. Aquello le trae recuerdos de su infancia con Yuu y los niños del orfanato. Pero ellos no habían tenido la misma suerte.
- Iré a ver a Yuu-chan un momento
Shinoa volteó a verlo y asintió, observando como entraba a la cabaña donde estaba el moreno, atado con cadenas y con un par de cuernos saliendo de su cabeza. Este sonrió al verlo, provocando un sentimiento de pesadez en su pecho.
- Yuu-chan, ¿estás bien?
Fuera de la cabaña, Shinoa y los demás escucharon los gritos de su compañero.
- ¡Déjame ir! ¡Desencadéname ahora mismo!
El sonido de las cadenas siendo forzadas le recordaba a Mika que, en realidad, nada iba bien.
- ¡Te mataré! ¡Los mataré a todos!
- Yuu-chan, por favor...
No podía sino preocuparse. Ambos habían estado juntos desde pequeños, y ahora que se habían reencontrado pasaba todo aquello...
- Oye Mika... Mika... - le llamó - por favor, desencadéname.
No le respondió. En lugar de eso, sacó un reloj y contó el tiempo. Ya estaba sobre la marca del día anterior.
- Vamos, deberíamos huir juntos... solo los dos...
Ahí estaba de nuevo. Era un demonio, después de todo, sabía donde golpear para que doliera. Hizo una mueca forzando una sonrisa.
- No me hagas reír, demonio.
- Oh cierto, debes estar sediento. Vamos, bebe un poco de mi sangre.
Tragó seco.
- Cállate.
- Entonces huiremos juntos, solo los dos... es lo que querías, ¿verdad?
- He dicho que te calles.
El demonio se mostró triste, como si fuera a hacer un puchero.
- Vamos Mika, en verdad duele... por favor, desencadéname.
No respondió, contando los segundos que transcurrían.
- ¡¿No me has oído?! ¡He dicho que me quites esto ahora mismo!
Le dolía verlo así. Aquello era culpa de los codiciosos humanos y sus experimentos, uno de los cuales había sido víctima Yuu.
- ¡Quítamelas! ¡Quítame estas malditas cadenas! - le gritaba.
115 segundos... ya casi...
- 120 segundos...
Los cuernos de Yu desaparecieron apenas terminó de hablar. Guardó silencio observándolo con atención. Su cara extrañada era divertida, a pesar de la delicada situación en la que se encontraba.
- Ah, supongo que me he vuelto a convertir en demonio. - dijo como si nada, y luego volteó a ver a Mika frente a él, mostrando una amplia sonrisa. - Buenos días, Mika.
En verdad que era un idiota.
- No me vengas con "buenos días", Yuu-chan. Has estado en fase demoníaca dos minutos más que ayer.
Estaba molesto. ¿Cómo podía tomarlo tan a la ligera?
- ¿En serio? Son solo dos minutos extra, no te preocupes, Mika.
Sintió temblar su párpado.
- Creo que no lo entiendes, pues eres un tonto. A este ritmo, en sólo seis meses te volverás un demonio por la mitad del día.
- Huh... eso seria un problema.
Ahí estaba su despreocupación usual.
- Lo es, Yuu-chan. Uno grande, de hecho.
Dejó salir su molestia y reprendió al moreno por su actitud inmadura, señalando que a este paso ninguno de los dos volvería a ser humano y que deberían abandonar todo y huir.
Golpes en la puerta interrumpieron su reprimenda. Era Shinoa.
- ¿Ya estás despierto, Yuu-san?
- Si. Acabo de despertar. - respondió.
Mika bufó, desviando la mirada. Shinoa los iba a buscar para desayunar.
- Mikaela-san... Ya debes tener hambre también...
- No es asunto tuyo. - escupió con desdén.
- Si es el caso, puede beber de mi sangre. - ofreció Yuu entusiasmado.
- No creo que sea buena idea en este momento, Yuu-san. - sentenció ella, sacando una botella llena de sangre - Todos hemos cooperado para llenar esta botella, ¿saciará tu gusto?
Apretó los dientes. ¿A qué venía todo aquello? ¿Pretendían molestarlo?
Sintió la mirada preocupada de Yuu sobre él, pero se rehusaba aceptar la ayuda de cualquier humano.
En ese momento, los gritos en el exterior les alertaron de la aparición de nuevos jinetes, así que salieron corriendo a proteger a las personas de la villa. No era algo complicado para ellos acabar con aquellas criaturas, aún lejos de la barrera. Eran ocho en total, y mientras el rubio acababa con el último, sintió que era observado. Aterrizó y volteó, viendo a Yuu que lo observaba con un leve sonrojo en las mejillas. Levantó una ceja extrañado, preguntándose si estaba todo bien y recibió una amplia sonrisa en respuesta.
- ¡Buen trabajo, Mika!
Sonrió. Bueno, las cosas tampoco estaban tan mal... al menos, estaban juntos. Las personas de la villa los rodearon para agradecerles por la protección, mientras los niños volvían a correr alrededor.
Pronto Narumi regresó, había salido en busca de comida por los alrededores. Se sentó a comer junto al equipo Shinoa y algunas personas de la villa, mientras todos conversaban alegremente. Solo Mika estaba apartado, observando la escena desde lejos. Verlos a todos así, felices y compartiendo... había despertado su sed. No había comido en tres días, y la necesidad aumentaba. Tenía en sus manos la botella que le había dado Shinoa y la miró con desagrado, frunciendo el ceño.
Yuu llegó a su lado en silencio, apoyándose en la muralla tras él.
- No es necesario que lo bebas si no quieres...
Volteó a mirarlo; miraba al cielo despreocupado. A su lado sentía paz, a pesar de todo. Miró la botella nuevamente y la destapó. Debía cuidar de Yuu.
- ¿M-Mika?
- Si no bebo esto... puede que no sea capaz de contenerme contigo, Yuu-chan.
Se sentía avergonzado, y adivinó que sus mejillas debían de haberlo delatado ya. Sintió como Yuu sujetaba su mano, apoyándolo, mientras bebía el contenido completo de la botella. Ahh, beber sangre siempre era algo placentero, no importaba la fuente... pero la diferencia era la culpa y el asco que sentía hacia si mismo luego de hacerlo, algo que no le sucedía de la misma manera con Yuu... además, se sentía mucho mejor con él al tomar directamente de la fuente.
- ¿Está bien aunque no sea mi sangre?
No. No estaba bien.
- Al menos no estaba envenenada.
- ¡Claro que no! - dijo sonriendo - ¡Son nuestros amigos, después de todo!
Lo miró con cariño, en verdad era muy inocente. Sin embargo, él no podía confiar en ellos. ¿Y qué si eran todos parte de otro maldito experimento?
Yoichi se acercó a ellos vacilando, seguido por Shinoa y los demás. Estaba nervioso.
- Em... Mika-san... ¿Nuestra sangre estaba bien?
- No, sabía mal.
- ¡¿Eh?! - gritó Shinoa detrás de Yoichi. - ¡No puede ser! ¡Toda nuestra sangre es virgen!
Tanto Mika como Yuu mantuvieron una cara de póker ante aquello. ¿Quizás habían leído muchas novelas sobre vampiros?
- ¡¿Puede ser que se haya mezclado con sangre no virgen?! - exclamó, volteando a ver a Mitsuba, que se puso roja al instante, enseñando un puño a Shinoa.
- ¡P-por qué miras hacia aquí! ¡Yo también aún soy virgen!
Shinoa continuó molestando a Mitsuba hasta que Narumi las interrumpió. Debían discutir los pasos a seguir con Mika y Yuu, pues ellos no habían estado en la reunión del día anterior.
Hablaron respecto a dejar la villa para no poner a las personas en riesgo, pues seguramente el ejército los perseguiría; no podían huir al extranjero y las píldoras amplificadoras pronto se terminarían. Sin mencionar el hecho de que Yuu estaba cada día más cerca de convertirse en un demonio completo.
- Creo - dijo Narumi - que nuestra única opción es rendirnos.
El aire inmediatamente se volvió pesado, cubierto por un aura oscura.
- No bromees conmigo.
La voz de Mika estaba cargada de odio. Sabía que no podía confiar en ellos después de todo.
- Jamás entregaré a Yuu-chan a esos humanos.
- ¿Acaso podrás protegerlo cuando sea poseído por su demonio?
Mika no respondió.
- Entonces, si no tienes alguna otra idea mejor, cállate.
Yuu intervino, pues conociendo a Mika era capaz de atacar a Narumi si veía que él estaba en peligro.
- No deberías preocuparte por mi, Narumi-san.
- Cállate.
Mika lo miró con desprecio.
- Mis compañeros murieron por culpa de ese experimento. Es por eso... - hizo una pausa y miró a Mika. - que protegeré a Yuichiro a cualquier costo, pues de lo contrario sus muertes habrán sido en vano.
Yuu y Yoichi soltaron el aire que estaban conteniendo al ver cómo Mika relajaba su expresión. Shinoa también lo miraba.
- ¿Alguna sugerencia, Mikaela-san?
No iba a cooperar con ellos, pero al sentir la mirada espectante de Yuu sobre él no tuvo otra opción.
- Había un vampiro relacionado con el experimento...
Todos voltearon a verlo con atención.
- Su nombre es Krul Tepes, la reina. Ella fue quien me crió, podría ayudarnos.
Yuu saltó de alegría.
- Ella fue quien te salvó, ¿no es así, Mika? - asintió - ¡Entonces también es parte de nuestra familia!
- Ella fue capturada por los vampiros cuando huímos.
Todos mantuvieron silencio, excepto por Yuu, que parecía más emocionado.
- ¡Entonces solo tenemos que rescatarla!
¿Cómo era posible que confiara tan ciegamente? En verdad, Yuu era un caso perdido. Por eso debía protegerlo, para que siguiera sonriendo y dándole esperanza a aquel mundo lúgubre. Todos asintieron a las palabras de Yuu, quien le sonrió a Mika como si con eso dijera "¿lo ves? Son buenas personas, ¡todo saldrá bien!". En verdad era demasiado inocente para aquel mundo.
- Entonces está decidido; - habló Shinoa - rescataremos a la reina.
Yuu y Yoichi saltaron con alegría.
- Bien, Mika. ¿Alguna idea de cómo rescatarla?
El rubio se detuvo un momento a pensar. Ferid. Miró al azabache con gravedad antes de hablar.
- Yuu-chan. La reina fue capturada por Ferid Bathory... el fue el que...
La sonrisa de Yuu se apagó y apretó los puños.
- El fue quien nos separó hace cuatro años... y mató a Akane y los niños... pero, ¿cómo es eso posible? Yo le disparé.
- Es un vampiro, ¿recuerdas? Además, lo viste en Shinjuku, cuando nos reencontramos por primera vez.
Un sonrojo apareció en el rostro de Yuu y rió nervioso.
- Oh... ahh... jaja - rió nervioso y rascando su cabeza - es que, estaba muy abrumado al verte con vida... y creo que estaba demasiado ocupado mirándote como para ver todo lo demás.
Mika se sorprendió para sus adentros; en verdad Yuu no tenía remedio, pero escuchar aquello le hizo sentir una sensación cálida y familiar, como un cosquilleo.
- Whoa, ya dejen eso ustedes dos.
Ambos miraron a Narumi con el rostro colorado y una ceja alzada. Este parecía incómodo.
- ¿Podrían dejar de hablar sobre nuestras cabezas, por favor? ¿Que es todo esto?
Si. Estaba visiblemente incómodo con sus compañeros comportándose así ante sus ojos. Shinoa lo notó e intervino antes de que siguiera hablando.
- Huh, verás, Narumi-san, ambos eran huérfanos muy jóvenes que fueron capturados en la ciudad de los vampiros, y uno de ellos masacró a su familia. Solo Yuu-san logró huir dando a Mikaela-san por muerto, hasta su reencuentro en la batalla de Shinjuku...
- Oh... ya veo. - los miró de reojo antes de voltear hacia ellos y señalarlos con un dedo, gritando molesto - ¡Pero no es necesario que se comporten de esa manera! No con nosotros cerca, al menos.
Ambos lo miraron extrañados, sin entender a qué se refería con su queja. Mitsuba, Shinoa y Yoichi se miraron y rieron nerviosos mientras Kimizuki se daba con la palma en el rostro. En verdad que eran un par de completos idiotas.
Entre tanto, un ruido captó la atención de Yuu, que levantó una mano hacia sus compañeros en señal de silencio.
- ¿No escuchan un ruido raro?
Mika prestó atención. Si, era el ruido de un auto. Alguien se estaba acercando.
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Warm & Fuzzy [ MikaYuu ]
FanfictionSi el manga fuera un tantito diferente... quizás... [SPOILER ALERT: Hay trozos de diálogos e info que solo salen en el manga] Una pequeña historia de mi ship favorito del animé [ Owari No Seraph ]. Está basada en el manga (el principio es muy simil...