2.- Yuu(r) Old Wounds

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- ¡Yoichi-san, busca un lugar alto! ¡Los demás, estén listos para cualquier cosa!
El grito de Shinoa movilizó a todos, Mitsuba y Kimizuki corrieron a avisar a los aldeanos para que se alejaran lo más posible, mientras Shinoa y Narumi acompañaban a Yoichi, que había trepado a un árbol cercano. Mika en tanto miraba a Yuu. Ellos no se habían movido ni un poco.
- Yuu-chan, el que puedas escuchar eso no es normal para un humano... ahora mismo, ¿estas despierto?
Recibió una mirada silenciosa, luego lo vio extender su mano y moverla por el aire.
- Hmm... puede que mis sentidos estén fallando.
Mierda.
- De verdad te estás convirtiendo en un demonio.
- Pero tú también lo escuchas. - dijo sin prestar atención. No parecía tomar el peso a su delicada situación, lo que hizo molestar al rubio.
- ¡Pero yo ya no soy humano!
- Creo que eso nos hace iguales.
La sonrisa cálida con la que lo dijo hizo sonrojar a Mika, pero no disipó la molestia que sentía.
- Eso no es lo que trato de... argh.
Cerró los ojos conteniendo sus pensamientos y dejó el tema; no tenía sentido discutir con su compañero en aquel momento. Volteó a ver a Yoichi, que ya estaba revisando los alrededores.
- Son... ¡son vampiros!
La tensión en su cuerpo alertó a todos de que, a pesar de no ser el ejército, no eran buenas noticias.
- Es aquel vampiro pelirrojo de Nagoya, y otro de pelo plateado...
Mika abrió los ojos como platos: era Ferid. Al ver a Yuu lo encontró con la mandíbula apretada.
- Mikaela-san, ¿los conoces?
Era Shinoa, todos se reunieron al rededor de ella.
- Si. Crowley Eusford y... Ferid Bathory.
Pensó en como se sentiría Yuu en aquel momento, pero no podía hacer nada.
- Ellos fueron quienes capturaron a la reina... solo sé que no tenemos oportunidad contra ellos.
Hubo un momento de silencio, todos recordaban la brecha de poder entre ellos y Crowley...
- Entonces, debemos correr... - susurró Shinoa, para luego reafirmar sus palabras con más autoridad. - ¡Todos, tomen sus píldoras y prepárense! ¡Nos vamos, de inmediato!
Seguido, todos estuvieron corriendo en dirección opuesta a los vampiros, alejándose de la villa para evitar arriesgar a los aldeanos innecesariamente. Pero no pasó mucho hasta que una imponente figura apareció ante ellos, vestida de blanco y con el cabello rojo trenzado.
- ¡Uff! - dijo este incorporándose con una sonrisa - Por fin los alcancé.
Cargó contra Mitsuba, arrojándola por los aires y sujetándola para retenerla.
- Bien. Podemos divertirnos hasta que llegue Ferid.
- ¡Mi-chan!
Yoichi disparó mientras Kimizuki corría a recuperar a Mitsuba, cubierto por Shinoa y Narumi. Mika y Yuu observaban... la actitud de Crowley era sospechosa, ya podría haberlos matado a todos.
- No tenemos oportunidad contra él... pero a pesar de eso, no nos ha herido.
Yuu tenía razón.
- Está haciendo tiempo hasta que llegue Ferid. Aún podemos correr, ambos... tu eres su objetivo, no se interesarán en ellos.
El azabache le dedicó una mirada triste.
- No puedo abandonar a mis amigos. Podrían ser asesinados al instante... debo enfrentar mi destino, Mika.
- Ya una vez... por hacer eso, perdimos a Akane y los niños... por mi culpa, nuestra familia...
Yuu lo sujetó de los hombros para mirarlo a la cara.
- ¡No, eso no fue tu culpa! Deja de decirlo. Yo estoy contigo ahora, Mika, así que... abandonaremos este mundo demente, juntos.
Solo pudo bajar la mirada. Yuu siempre había sido así, lleno de esperanza.
- Vayamos a buscar juntos ese mapa, Mika. Esta vez nadie morirá...
Frunció el ceño. Sería imposible alejarlo del peligro si el insistía en arrojarse de cabeza a él y arriesgarse para conseguir algo más. Solo le quedaba una cosa por hacer.
- Está bien, Yuu-chan. Hagámoslo juntos.
Este sonrió y caminó hasta Crowley, dispuesto a rendirse, pero fue interrumpido por un auto conducido por el vampiro de pelo plateado.
- ¡Yey! ¡He venido a rescatarlos!
El tono aniñado y bromista del vampiro hizo que Crowley soltara aire, acostumbrado como estaba a las excentricidades de su compañero.
- No es necesario. - dijo Yuu. - No queremos pelear con ustedes.
Todo el equipo Shinoa lo miró extrañado.
- No sé cuál sea su plan, pero trabajaremos con ustedes...
- Oh... ¡¿Qué?! ¿Siempre fueron tan obedientes? - soltó Ferid, decepcionado.
Yuu miró a Mika, quien desvió la mirada antes de susurrar.
- Si...
- Dime, Yuu-kun... - su tono de voz advertía peligro - A pesar de que jugué con ustedes y maté a toda su familia, ¿eres capaz de olvidarlo?
Yuu apretó los dientes, debía cooperar si quería obtener respuestas.
- Eso creo... ahora mismo, debo proteger a mi nueva familia... del ejército demonio. Así que, si trabajando con ustedes puedo conseguir información, lo haré.
La decisión en su voz dijo a Ferid que iba en serio. Tendría que picarlo un poco más si quería divertirse aquel día. Una sonrisa se dibujó en su rostro mientras caminaba hacia la parte de atrás del vehículo, sacando un contenedor de vidrio. A Yuu se le heló la sangre al verlo: era una cabeza humana.
- Oh... reconociste a la linda Akane-chan.
Mika se acercó a Yuu al ver cómo su cuerpo temblaba y se inclinaba abrazándose.
- ¡Yuu-chan!
- Lo siento, Mika... no puedo soportarlo más...
En su rostro aparecieron las marcas de su demonio y los cuernos.
- ¡Voy a matarte! - gritó a Ferid.
- Ohh... esto acaba de ponerse interesante.
Yuu atacó al vampiro, quien retrocedió para evitar los golpes de la espada sin responder.
- Mika- chan. - dijo Ferid luego de esquivar un golpe - ¿Es bueno para él usar su poder demoníaco sin control? A este paso terminará convirtiéndose en un verdadero demonio.
Ah. Ferid lo sabía. ¿Sería esa la razón por la que estaban allí?
- ¡Rayos! - gritó y saltó sobre Yuu, sujetándolo. - ¡Cálmate, Yuu-chan!
- ¡Suéltame Mika!
Intentó zafarse a la fuerza, pero el agarre del vampiro resistió.
- ¡Dijiste que lo haríamos juntos! ¿No es así?
Yuu se detuvo.
- Mika, si no me sueltas ahora... te mataré...
Lo miró incrédulo. Sintió el mundo caer a sus pies y aflojó el agarre. Pero fue Yuu quien se contuvo, cayendo de rodillas al suelo.
- No... detente, demonio...
Estaba temblando. Mika se inclinó ante él y puso una mano en su rostro.
- Y-Yuu-chan...
- ¡No toques... a Mika! - gritó, llevando ambas manos a su cabeza y gritando como si sufriera un dolor insoportable al pelear contra el demonio.
- Ohh~ esto puede ser interesante, Crowley-kun. - dijo Ferid a su compañero, caminando hasta Yuu.
- ¡Aléjate, Ferid Bathory!
Mika desenvainó su espada para cortar el paso al vampiro.
- Les ayudaré esta vez, Mika-chan. Si se convierte en demonio no sería muy conveniente para nosotros.
- ¡No juegues conmigo! ¡No dejaré que toques a Yuu-chan!
- Ah... Crowley-kun~
La guardia de Mika apenas pudo bloquear el golpe del vampiro, que lo alejó de Yuu. Este último veía la escena con la boca abierta... si, en cualquier momento perdería el control. Ferid le sonrió, divertido por la desesperación que mostraba el rostro del rubio.
- No te enojes, no te enojes. Solo vine a salvar a tu linda princesa.
Apenas terminó de decir aquello sacó una jeringa y la inyectó en la espalda a Yuu, quien gritó antes de desmayarse a los pies del vampiro. Mika vio la escena y pateó a Crowley, corriendo hasta Yuu para comprobar su estado. Los cuernos habían desaparecido, al igual que las marcas del demonio. Comprobó su pulso y respiración: estaba estable. Ferid estaba ante ellos, con una sonrisa en el rostro.
- ¿Qué... qué fue lo que hiciste?
- Oh es una pequeña droga inventada hace algunos años por los asquerosos humanos. Evitará que se convierta en un demonio.
- ¿Cómo puedes saberlo?
- Porque es la misma que usa Guren Ichinose.
Todo calzó en su cabeza: así que sí había un plan detrás de todo eso. Miró a Ferid con rabia, pero este levantó los brazos con alegría.
- ¡Bien! Ahora que todos somos amigos, me gustaría invitarlos a mi mansión. ¡Tenemos muchas cosas que conversar!
Shinoa miró a Mika preocupada. Crowley les había dado una paliza, estaba claro que tendrían que seguir las órdenes de Ferid, al menos, de momento.
- El... el equipo Shinoa trabajará con ustedes, por ahora. Creo que tenemos un enemigo en común, Ferid-san.
Este sonrió.
- Así es. Ahora... - recorrió al grupo con la mirada - sin duda esperábamos volver con menos carga, pero encontraremos la forma de viajar todos juntos, ¡así que no se preocupen por eso!
Sonreía como si organizara una reunión con viejos amigos. Mika lo ignoraba, había levantado a Yuu en sus brazos y lo observaba respirar tranquilamente. ¿Aquella medicina en verdad había funcionado? Al menos, el estaba bien y no los separarían.
- Mikaela-san.
Era Yoichi, que se inclinó cerca de él para confirmar el estado de su amigo.
- ¿Como está?
Se le tensó la mandíbula. A pesar de todo, aún no era capaz de proteger a su familia.
- Está bien, pero inconsciente.
- Ya veo.
Mitsuba se acercó a ellos a decirles que habían logrado hacer funcionar una van y que deberían ir acomodándose antes de que el par de nobles cambiara de opinión sobre ellos. Mika tomó a Yuu en brazos y lo cargó hasta el vehículo, seguido de cerca por el resto del equipo. Ninguno sabía si aquello era razonable, pero ya no tenían otra salida más que intentar sobrevivir. El rubio recostó a Yuu en el último asiento, apoyando su cabeza en sus piernas para que descansara. Shinoa y Mitsuba lo miraron preocupadas, pero solo esta última habló.
- ¿Estará bien?
- Eso espero.
Culpa. Sentía culpa. Se mordió el labio frustrado, lo que indicó a las chicas que era mejor dejarlo solo por el momento.
- ¿Ya están todos a bordo? - inquirió Ferid sentado al volante con una gran sonrisa - ¡Bien, entonces nos vamos!

Warm & Fuzzy   [ MikaYuu ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora